Un Mundo Feliz

Centro de Incubación y Acondicionamiento de la Central de Londres”

Desde el momento en que leí esto, mi mente comenzó a hacerse muchas preguntas. ¿Qué es incubación?, ¿Acondicionamiento? ¿Qué es un centro?, como si no fuera poco con estas preguntas ya rondándome en mi cabeza con solo dos líneas leídas, observé: “Comunidad, identidad, estabilidad.” Muy bien, fue justo ahí donde me percaté de que este libro estaría lleno de cosas que definitivamente no iba a entender si no las investigaba.

Después de Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones (más conceptos que tenía nula idea de lo que eran) una muy larga explicación de cómo se mantiene vivo un óvulo, comencé a entender qué era una incubación y que en todo el libro, hablaríamos del como un D.I.A me iba a explicar el proceso.

En un contraste increíblemente fuerte en el segundo capítulo ya no quería seguir leyendo. Me causaba mucho terror el que este autor estuviera en muchos casos simplemente haciendo una adaptación mínima a lo que ocurre en nuestro mundo y muchas veces o la mayoría de estás nosotros no nos damos ni la más pequeña idea.

Al seguir avanzando, me percaté de que la ideología de los “civilizados” tiene mucho en común con la película del director Neil Burger, “Divergente” pues hacen alusión a una civilización perfecta.

Huxley describe, el crear un mundo donde cada persona tiene su propia función específica en la sociedad y desde su formación, en la modo que hay diferentes tipos de “razas” en esta sociedad que no se relacionarán entre sí durante su vida. Describe a “Los Alfas” (Son la raza principal, la que controlan el mundo y la más fuerte) “Los Beta” (estos realizan diferentes funciones obreras) y “Los Epsilones” (son los más degradados y prácticamente sin ningún conocimiento pero están muy desarrollados físicamente). Para esta sociedad futurista, la felicidad se encontraba en hacer a lo que cada uno le correspondía y tomar una droga que suena bastante buena, pues no causa adicciones ni daño a la salud y cosas por el estilo, era distribuida por el mismo estado y es la encargada de mantener al pueblo feliz (Ojalá a si fueran las drogas de nuestros tiempos.)

Quizá lo que más me duele o me impacta de la historia sea esa especie de felicidad vacía que muestra nuestro autor. El impacto probablemente es más fuerte porque, en esta sociedad alegre, esta carencia de personalidad y familia; de amor y pasión: “Les falta algo que cueste lágrimas” decía John, el Salvaje con tanta impotencia. Porque al final, es él quien nos lleva por esta travesía de robots humanos creados como idiotas caminantes para funcionar en un mundo prefabricado, superficial y falso. Él, que posee todos los sentimientos que fueron suprimidos en el resto, a base de una experimentación tras otra.

A cierto punto del libro, me detuve y pensé: ¿Qué tan

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