Un Recorrido Por Algunas Referencias Al Nombre Del Padre En La Obra De Jacques Lacan
Enviado por martuteacher • 27 de Marzo de 2014 • 2.252 Palabras (10 Páginas) • 429 Visitas
En el presente trabajo intentaremos hacer un recorrido por algunas puntualizaciones teóricas de Lacan, rastreando las referencias sobre tópicos como los del Nombre del Padre, imago del padre y sus funciones. Situaremos algunos antecedentes de estas teorizaciones en sus primeros escritos y enseñanzas de seminario.
Para ello, nos centraremos en las primeras referencias aparecidas en diversos trabajos de los años 1938 a 1957 (Lacan, 1938; 1953a; 1953b; 1955-1956; 1957; 1957-1958), para luego detenernos en las puntualizaciones del seminario 5 (Lacan, 1957-1958). Respecto de este seminario, que constituye un momento clásico de su enseñanza, nos detendremos en la concepción del Nombre del Padre en tanto término esencial para la inscripción del sujeto en la estructura, la asunción del sujeto como sexual, y el valor de significante fundante.
En primer lugar, en el año 1938, que corresponde a un momento previo a su enseñanza, Lacan presenta en Los Complejos Familiares la imago del padre, como imagen fundamental para la sublimación de la imago materna. La imago, en este caso, sería una representación inconsciente. En segundo lugar, en el marco de la conferencia publicada con el título de Lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real (Lacan, 1953a), postula que hay padre porque hay Nombre del Padre. En este contexto, el Nombre del Padre cumple una función de nominación, cumple una función por la palabra, y es de esta manera incorporada la dimensión lenguaje. Ese mismo año, y en un sentido análogo al mencionado, en Función y Campo de la Palabra y el Lenguaje en Psicoanálisis (Lacan, 1953b), nuevamente, aparece una referencia al Nombre del Padre como aquel lugar en "donde se reconoce el sostén de la función simbólica" (1953b; p. 267).
En estas breves referencias podemos ver cómo se van delineando ciertos conceptos que más adelante serán desarrollados y modificados. Podemos reconocer, por un lado, la función normativa del padre, que permite la salida del niño de su identificación dual con la madre; por otro, vemos cómo entiende Lacan al padre: no se trata aquí del padre de la realidad, particular de cada biografía, sino de un significante fundante, el significante que permite la inscripción del sujeto en la estructura del lenguaje.
Más adelante, en La Instancia de la Letra (Lacan, 1957), se reformula el complejo de Edipo freudiano, desarrollando el lugar y las funciones del padre en dicho complejo. De acuerdo a los desarrollos de la lingüística que Jakobson realiza a partir de los lineamientos fundantes de Saussure, -desarrollos que influyeron en la producción teórica de Lacan-, la lengua es concebida como un sistema, cuyos elementos no valen por sí mismos sino por las relaciones que se establecen entre ellos. Dicho de otra manera, los elementos no se definen por su positividad, sino por las oposiciones establecidas en la cadena. Lacan retoma estos postulados, para pensar que, en los inicios del desarrollo, el Otro es completo, es un conjunto. Luego, la inscripción del sujeto en la estructura supone Otro que ya no es UNO. La estructura del lenguaje en la que el sujeto se inscribe presenta una falla fundamental, que pone en evidencia la ausencia de un significante para el ser del sujeto. Y es justamente el Nombre del Padre el significante que permite esta inscripción del sujeto en esta estructura opositiva.
Podemos ubicar también otra referencia previa al Nombre del Padre, en el Seminario 3 (Lacan, 1955-1956), antes de los desarrollos realizados sobre el algoritmo saussureano. En este contexto, Lacan planteaba que lo que se denomina punto de almohadillado, son los lugares en los que se atan entre sí significante y significado, manteniendo al significante fuera de lo real. En este caso, la ensambladura entre el significante y el significado, está posibilitada por el Nombre del Padre.
Posteriormente, en el Seminario 5 (Lacan, 1957-1958), plantea que el punto de almohadillado es sólo mítico en cuanto a la posibilidad de “coser” un significante a un significado. Los efectos de significación devienen de la articulación entre los significantes, y es esto lo que permite la existencia de la novedad, de creación y desarticulación de sentidos.
Con el objetivo de precisar las diferencias entre las estructuras clínicas de la nosografía lacaniana, se señala que el punto de almohadillado es el punto de la cadena significante en el que el significante detiene el movimiento -de otro modo interminable-, y produce la ilusión de un sentido fijo y necesario. Esto es lo que sucede en el caso de un sujeto neurótico, algo que no se encontraría en la psicosis, en donde los puntos de almohadillado no están establecidos o ceden. Esta ausencia permite comprender algunas de las características centrales de la experiencia psicótica, en dónde “el significante y el significado se present[an] de forma completamente dividida” (Lacan, 1955-1956, p. 268).
La reinvención del padre freudiano
En el contexto del seminario 5, y en Cuestión Preliminar (Lacan, 1957-1958; 1958), Lacan reinventa al padre freudiano. Introduce un término que no está en la obra del creador del psicoanálisis y al que ya había hecho referencia anteriormente: el Nombre del Padre. Retoma el texto freudiano de Tótem y Tabú, al cual considera el último mito moderno. Allí se puntualiza que Freud puede estar equivocado en relación a los hechos, pero subsiste el hecho de ser una forma de establecer por la ficción, la verdad. Lo que Lacan rescata es la importancia de que Freud haya postulado una figura que diga que no a la castración. Éste es el padre de Tótem y Tabú, mito que remite a una estructura. Lacan rescata la importancia de esta dimensión mítica, y afirma, siguiendo a Lèvi-Strauss, que se encuentra estructurado y que al mismo tiempo es estructurante.
En este sentido, introduce un término que, como señalamos, no está presente en la obra freudiana: el Nombre del Padre. Éste es un término que viene de la religión. El padre al que hace referencia es un significante, y su lugar, en tanto significante, es el de la función de un nombre. El padre es entendido como el término significante esencial para la inscripción del sujeto en la estructura y la asunción del sujeto como sexual. Es el que orienta la asunción del sujeto como sexual, algo que se relaciona directamente con la aceptación o no de la castración materna.
El padre es un significante que condiciona la emergencia del sujeto (diferente del yo como resultado de la identificación) y es un término significante que modifica el estatuto del Otro, Otro que deja de ser completo, para aparecer fallido.
El sujeto, inicialmente, está forcluido del sistema, el único sujeto es la madre, y sólo comienza a emerger a partir de la palabra del Otro. Podemos decir que hay una intervención
...