VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, UN PROBLEMA DE CADA DIA ¿Cómo Nos Involucramos?
Enviado por enatierra • 24 de Junio de 2013 • 1.264 Palabras (6 Páginas) • 438 Visitas
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, UN PROBLEMA DE CADA DIA
¿Cómo nos involucramos?
Elena Peña Romero
Wiñastin
Creciendo en Salud Mental
Trataré un tema que siempre está presente en nuestras vidas, en el entorno, en lo cotidiano, pero que pasa como imperceptible para la gran mayoría de nosotros, hasta que de pronto un hecho fatídico, nos hace saltar, protestar, sentir algo. Luego, pensando que solo son hechos aislados, volvemos a nuestro mundo olvidándolo todo, olvidando que hay una violencia cotidiana contra la mujer.
En nuestra región de Ayacucho, en el mes que pasó, ocurrieron 3 homicidios contra mujeres y nos estremecimos con ello, nos indignamos e incluso algunos salimos a las calles pronunciándonos. Y por supuesto, salieron las noticias en los diarios copando las páginas, pero luego el tema quedó allí como si en tanto no hay estos hechos criminales, no hubiera más violencia. Son pocos los que continúan afrontando el tema.
Parece que las violencias para que sean atendidas, conmovedoras, indignantes, tienen que ser las extremas. Pero la violencia cotidiana en las relaciones humanas y particularmente hacia la mujer, es una violencia que mata día a día, porque impide el bienestar y el desarrollo de las personas, y no mata solo con golpes, principalmente es la violencia psicológica la que hunde a las personas en el dolor, el miedo, la impotencia y otros sentimientos, de los cuales muchas veces es difícil liberarse.
Como psicóloga que he atendido a muchas personas con diversos problemas, en estos 5 años en Ayacucho, viendo los “casos” en conjunto y contextualizándolos, ha sido impactante el problema de la violación sexual, tanto por su naturaleza como por la cantidad de ellos. Cada nuevo caso me hacía pensar “¿qué fenómeno tan terrible es este?” que ni yo lo imaginaba así, pude haber tenido conocimiento de cifras de denuncias, pero otra cosa es tener a las personas que lo han vivido y lo sufren frente a mí. Constatando que sobre todo ocurre en el entorno cercano y que la gran mayoría de estas violaciones queda guardada por años. Y en mis cuestionamientos me daba cuenta que había algo muy grave detrás de los hechos “personales” que veía, algo en nuestra sociedad que permitía, silenciaba y reforzaba, ¿inconcientemente?, esta tragedia tan frecuente. Uno de los casos más terribles que he acompañado, que me ha hecho sentir el dolor más profundo y la rabia más grande, y que me motivó a comenzar a escribir estas reflexiones, es el de una joven víctima de violación, que no sabía lo que le sucedió, porque su cuerpo, ella, fue usada bajo los efectos de la droga. Tan alienante. Y ella aún no podía expresar ese dolor, esa rabia, no era conciente y tampoco quería serlo.
Los hechos de violencia contra la mujer nos estremecen cuando son extremos y sobre todo cuando salen a la luz por su mortal final, sin embargo los casos de violencia contra la mujer y de violencia sexual específicamente son innumerables pero no visibles. A veces solo vemos la punta del iceberg y olvidamos que hay mucho invisibilizado en la base. Hay mucho que desconocemos o quizás preferimos no reconocer y afrontarlo como aquella joven.
¿Y qué es eso que permite, silencia, refuerza tanta violencia contra la mujer?
Para muchos los casos de violencia no van más allá de los presentados en los medios de comunicación que muestran a enfermos mentales, delincuentes, drogadictos que cometen estas atrocidades con las víctimas, apareciendo como casos excepcionales. Pero al reconocer que la violencia contra la mujer se da día a día, al ver que hay tantos casos de violación sexual, entonces nos preguntamos, ¿es solo un problema de trastorno individual o es un problema social?. No se trata de quitar responsabilidad a los que cometen la violación, pero sí de ver el problema en su total dimensión, para así también hacer cambios en todos los ámbitos necesarios,
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