Vida

El hombre ha llegado a un tiempo en donde la espiritualidad cobra el protagonismo absoluto sobre la percepción humana, preguntándose porqués cada vez que actúa, filosofando sobre su presencia y dándole un inicio y un final de manera existencial: La vida y la muerte.

Ellos son dos extremos de un ciclo natural que esta incrustado en el destino de todos los seres tangibles y no puede ser modificado ya que es una regla universal, todo lo que empieza debe de acabar, creando un serie de preguntas sin respuesta ni retorno. A medida que fuimos evolucionando empezamos a buscar la razón de todo lo que podemos tocar, ver y sentir; lo que no se puede nos pone en una crisis introspectiva, ¿Qué hay más allá de la muerte?, ¿La muerte significa la iniciación de otra vida? Esto crea hipótesis sobre qué debemos hacer y cómo debemos ser para averiguarlo.

Desde nuestras primeras civilizaciones el tema “vida y muerte” es algo sagrado, pasando por ritos, profecías, religiones, cuentos, mitos, libros, poesía, películas y expresiones sociales generando una nueva definición sobre lo que es vivir y lo que es morir, tratando de ser personas más conscientes con nuestros semejantes.

El hecho de ver la vida de manera simbólica hace que replanteemos nuestro modus operandi y forma de vivir, realizando acciones para el bien común, la mayoría de veces justificando nuestra presencia en la tierra; otras veces, buscando una razón para seguir. Pero esto está siendo reemplazado por la nueva visión de la década: El vivir hasta morir.

El hoy es la clave del significado, en estos tiempos de la vida y muerte, dejando a un lado las dudas existenciales y las razones por las que hemos nacido; la vida no es todo lo que vivimos y viviremos, sino los momentos que tenemos a lo largo de esta; las nuevas oleadas filosóficas dejan a un lado las preguntas retóricas y nos sitúan a ser los verdaderos protagonistas de nuestra vida.

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