Yo Soy Hijo De La Luna
Enviado por gerarditoghl • 9 de Abril de 2014 • 449 Palabras (2 Páginas) • 258 Visitas
Síntesis de clase: FREIRE, PAULO
PEDAGOGIA DE LA AUTONOMIA. CAPITULO III: ENSEÑAR ES UNA ESPECIFICIDAD HUMANA
n Enseñar exige seguridad, competencia profesional y generosidad: implica llevar en serio su formación, estudiar. La incompetencia descalifica la autoridad del maestro. La generosidad supone la autoridad democrática que permita al educando ejercitar su autonomía asumiendo la responsabilidad de sus acciones.
n Enseñar exige compromiso: no discriminar, no mentir, no escapar a la apreciación de los alumnos, aprender a comprender los silencios, las sonrisas, los gestos. Estar alerta a la “neutralidad de la educación”. La presencia del profesor es una presencia política.
n Enseñar es comprender que la educación es una forma de intervención en el mundo: la educación no es solo reproductora o transformadora de la realidad (visiones parciales) es una forma de intervenir en el mundo ligada a la forma en que el mismo es entendido. Por eso el profesor no es neutro, con su accionar dice más que con sus palabras y por eso debe ser coherente.
n Enseñar exige libertad y autoridad: sin confundir libertad con libertinaje y autoridad con autoritarismo. La autonomía se construye en las decisiones.
n Enseñar exige una toma consciente de decisiones: porque es un hecho político. Con su accionar el educador crítico, democrático, coherente demuestra su capacidad de lucha, su respeto a las diferencias, el valor de la transformación de la realidad.
n Enseñar exige saber escuchar: significa cambiar el hablar a por el hablar con, revalorizar la importancia del silencio. Hoy vivimos una nueva forma de asfixia que no permite escuchar otro discurso que no sea el de la globalización. Es necesario respetar la lectura del mundo con la que el educando llega a la escuela para luego con él y no sobre él superar la manera ingenua de ver el mundo por una más crítica
n Enseñar exige reconocer que la educación es ideología: estar alertas de la capacidad que la ideología tiene de ocultar la realidad, de hacernos miopes, ensordecernos, que aceptemos dócilmente el discurso fatalista neoliberal o el pragmatismo pedagógico de la formación en la era de la tecnología. Estar consciente del poder del discurso ideológico.
n Enseñar exige disponibilidad para el diálogo: esta disponibilidad supone la seguridad al discutir un tema fundada en la convicción del saber no acabado de que algo ignoro, de la apertura a conocer con los otros.
n Educar exige querer bien a los educandos: significa que la afectividad está en el vínculo pedagógico y que no me asusta, no tengo miedo de expresarla. Es falsa la separación entre seriedad y afectividad. Implica apertura a la alegría de vivir, a la esperanza. Como actividad humana el quehacer docente no puede dejar afuera parte de su especificidad.
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