Zona De Confort

Desde que dimos nuestros primeros pasos en la tierra tratamos de explicar el mundo que nos rodeaba; las preguntas sobre nuestro entorno se volvieron frecuentes. Es decir el por qué de los fenómenos naturales. Seguidamente comenzamos a crear explicaciones para satisfacer la necesidad de volver familiar lo que nos era extraño; éramos aventureros ávidos de conocimientos y fue esto lo que hizo que la experiencia se hiciera parte de nosotros y seguidamente empezamos a temerle a lo que nuestra lógica no pudo encapsular en ese seguro terreno de lo “normal”. El temor se convirtió en la mejor respuesta a lo desconocido.

Paso mucho tiempo para que el ser humano se diera cuenta que las respuestas estaban dentro de sí mismo, enfocó su atención en su propia humanidad y generar conocimiento se convirtió en algo más sencillo.

En este punto cabe hacer énfasis en el ser humano como ser integral. Uno de los principales exponentes de la dualidad de un ser fue Platón, quien ilustra en la alegoría el mito de las cavernas, cómo seres encadenados a una caverna, cuya única percepción de su realidad eran sombras que se formaban por una hoguera que alumbraba una pared y en esta pared se proyectaban las sombras sin poder ver más allá de ello, sin tener la opción de investigar a fondo de donde provenían, o cual era el origen de estas. Y es esto lo que hace que uno de estos seres encadenados rompa los lazos que lo ataban a la caverna, logrando escaparse y posteriormente va detrás de ese muro que limitaba su visión, lo que le permitió ver algo totalmente diferente a lo que el concebía, lo cual cambió radicalmente su cosmovisión. Cuando este vuelve donde sus compañeros encadenados y trata de compartir su nueva percepción, fue ignorado e incomprendido.

Esta alegoría que nos ilustra Platón, explica y separa los dos componente de un ser, lo sensible que es todo aquello que se puede percibir a través de los sentidos, siendo una concepción primitiva del mundo, y vemos cómo fue esto lo que sucedió a los seres encadenados. lo suprasensible por su parte no es más que el universo de lo que razonamos, lo que nos define como seres humanos. Es por esto que este nuevo ser racional fue ignorado e incomprendido cuando quiso mostrar a los demás todo aquello que había podido experimentar y comprobar.

Por esta alegoría comprendemos el ser como un ser integral, con la necesidad de comprender su entorno y de comprenderse a sí mismo, pero además de esto, un ser que tiene la capacidad de analizar racionalmente para de esta manera poder crear sus propias conclusiones.

La zona de confort se puede ver evidenciada en esta alegoría, pues traducida en tiempo real nos enseña como muchas veces nos encontramos en esta zona viendo la luz que nos llevaría a otra zona de aprendizaje, pero ante esto existe la preferencia de estar encadenados a la caverna, caverna que en este caso no es más que la zona de confort. Sin

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