Zona De Confort

Nuestra zona de confort son los lugares físicos o psicológicos donde nuestra mente se siente segura, es donde estamos a gusto con nuestra vida y no queremos cambiar nada. Permanecer en nuestra zona de confort es señal de conformismo, ignorancia, miedo, falta de confianza, falta de nuevas aspiraciones y ambiciones. Una vez que llegamos a nuestra zona de comodidad, podemos tomar un leve descanso, pero hay que considerar que estamos en un escalón, y que existen otros escalones que subir; para crecer, hay que tener aspiraciones y ambiciones sin importar su tipo: se puede aspirar a tener dinero, a viajar, aspiraciones artísticas, de pertenencia a grupos sociales, aspiraciones religiosas, amorosas, etc. Lo importante es recordar que nada en este universo es estático, y si uno no mejora, entonces va en sentido contrario.

“Un barco atracado en un puerto está seguro, pero no es la finalidad para la que fue construido” (Shedd).

La zona de confort, como todo lo que genere algún tipo de placer, puede generar adicción, buscar la estabilidad y disfrutarla no está mal; lo que está mal es creer de manera absoluta en que nada se puede mejorar y que no podemos hacer nada por nosotros mismos y por los que nos rodean, más que seguir igual, quejándonos por lo que nos disgusta, sin actuar. Estar en la zona de confort no es malo; pero creer que siempre va a ser así puede traer consecuencias catastróficas.

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