Ética y la familia
Enviado por faby2324 • 19 de Octubre de 2015 • Ensayo • 5.524 Palabras (23 Páginas) • 373 Visitas
El matrimonio normalmente desemboca en la familia. La familia es la sociedad de padres e hijos. Los vínculos de sangre entre padres e hijos fundan las inclinaciones dentro de comunidad familiar. El hijo es el fruto del amor; el encuentro amoroso entre el hombre y la mujer en el matrimonio no se queda en el nivel personal; es transcendente, crea un nuevo ser: el hijo. Aquí se revela el misterio del sexo y de la vida humana. Aquí se manifiesta la responsabilidad de la pareja en lo sexual. ``El matrimonio es, por naturaleza, fecundo. Y la procreación de los hijos es un hecho cotidiano, pero maravilloso. Los hijos son la prolongación de los padres; son la cristalización de sus anhelos de eternidad. El matrimonio no es, como se pensó por mucho tiempo, la institución al servicio de la procreación, es decir, no hay esposos para que pueda haber hijos, sino que el matrimonio es una comunidad de amor cuyo fruto natural son los hijos. Los esposos procrean porque se aman, porque los hijos manifiestan, encarnan el prodigio de la entrega total de hombre y mujer por amor. Aquí una de las maravillas del amor. `` El matrimonio es un reflejo de la trinidad en la totalidad de su `yo por ti y para ti` y en la indisolubilidad de su unidad. Cuando su amor se efunde para producir el fruto de los hijos, el amor divino y el humano, la efusión trinitaria y la conyugal, influyen en ese misterio creador en que tiene origen una persona``. El matrimonio está, pues orientado a los hijos: la comunidad de amor de dos personas crece y se convierte en trinidad. por ello el matrimonio es imagen de dios. Así el hijo tiene la dignidad de persona porque proviene del amor y de la unión total de dos personas y no de la pulsión de dos individuos. 2. Fines de la familia es triple: incorporación de los hijos; dar a los componentes de ella los bienes materiales, culturales y espirituales, necesarios para una vida digna; era la base de la sociedad. Estas funciones existenciales- individuales y sociales- de la familia le dan la superioridad de responsabilidad frente a cualquier formación social, incluyendo el estado. Primero es la familia y después cualquiera otra institución. Por ello la familia tiene derechos naturales, antes que el estado, y que este debe reconocer y respetar. Más aun, la tarea principal del estado es crear el ambiente favorable para que la familia, elemento material de la comunidad social, cumpla sus fines naturales. Las teorías totalitarias afirman que la familia esta exclusivamente al servicio del estado porque el estado es el todo, la familia, la parte; el estado tiene autoridad absoluta, la familia no tiene autoridad alguna o, si la tiene, es relativa y con dependencia del estado. Y como la parte es por el todo, es para el todo: la familia es por el estado y para el estado. Así pensaron en la antigüedad Platón y Aristóteles. Posteriormente Hegel, los socialistas, los nacionalistas y los comunistas. Se dice ordinariamente que la familia es la célula del estado. En esto hay una clara concepción solidarita de la familia. Entonces el fin de la familia es dar buenos ciudadanos al estado. Nosotros pensamos que el fin del estado es servir a la familia. Es decir, la tarea del estado es subsidiar: dar a los medios necesarios para el bienestar y perfeccionamiento de la familia y suplir lo que la familia no pueda realizar. 3. La familia comunidad personal. La familia no tiene valor puramente sociológico y jurídico; tiene, ante todo, valor ético-filosófico: es una comunidad de personas que conviven. La familia, como comunidad personal, tiene valores psíquicos y espirituales que la sociología no puede descubrir ni el derecho regular. La ética es la única que puede captar estos valores porque lo que el hombre vive en el matrimonio adquiere su plena significación en el amor. Los valores de la familia se manifiestan no en la estadística sociológica ni en la fuerza de la ley, sino en el misterio del amor. Claro que esta concepción personalista de la familia no desconoce los demás valores de la familia- por ejemplo, valor sociológico, valor jurídico, etc.-, pero trata de darles el lugar que por naturaleza deben ocupar. Por ello la naturaleza es, antes que cualquier otra cosa , una comunidad de personas que conviven en el amor para lograr su madurez psíquica y espiritual. 4. La familia comunidad de vida. La misma naturaleza- dijeron Aristóteles y tomas de Aquino- constituyo la familia para satisfacer las necesidades de la vida diaria: casa, vestido y sustento. Por ello Aristóteles, citando a los poetas, añadía que los miembros de la familia son compañeros de mesa o compañeros de fogón. En la familia deben reinar el amor, la paz, la alegría, diversión. Si la familia es psicológicamente sana y humanamente normal habrá un hermoso ambiente de tranquilidad y de dicha. Todo esto supone que la familia vive en el amor. 5. La familia, comunidad de educación,- la tarea principal de los padres es la educación. Tarea difícil, por cierto, pero importantísima. El niño es un haz de posibilidades, está abierto a todos los futuros; es apenas una esperanza que puede llegar a ser una hermosa realidad. Lo que llegue a ser dependiente en gran parte de los padres. De aquí su grave responsabilidad. Por educación se entiende, en general, la promoción de los hijos hasta su estado perfecto de persona. Lo cual indica que la educación abarca el aspecto físico-fisiológico, el aspecto psíquico cognoscitivo y volitivo, el aspecto afectivo, y el aspecto sobrenatural (en el creyente). En pocas palabras, la educación consiste en la formación de la persona funcionalmente completa. Ordinariamente los padres tratan de hacer a los hijos una copia, una réplica de sí mismos: se proyectan en los hijos y se empeñan en que los hijos sean lo que ellos, los padres, no pudieron ser- proyección por deseos frustrados. Para ello les imponen sus ideas, sus gustos, uso opiniones y aun a veces los padres son los que escogen la carrera de los hijos. La verdadera educación consiste en ayudar a los hijos a que sean ellos mismos, es decir, a que desarrollen su propia personalidad. Tienen que dejarles progresivamente su iniciativa para que vallan adquiriendo responsabilidad. Tienen que educarlos para la libertad. Mientras los hijos no sean independientes-psicológicamente-de sus padres, no pueden ser personas completas. Pero independencia no significa que todos los miembros de la familia no colaboren en la armonía, en el bienestar y en la felicidad de todos. La labor educadora de los padres implica que ellos mismos se eduquen entre sí para poder educar a los hijos ya que la mejor educación el ejemplo. 5. Crisis en la familia.- es muy común afirmar que en nuestros días la familia esta en crisis. El ambiente hedonista y de crisis en los valores morales y espirituales propicia la crisis de la familia. Solamente en el hallazgo y en la vivencia de los valores se puede superar la crisis que tiene que desembocar en el horizonte luminoso del verdadero amor que supone una actitud de fe y de esperanza. 6. La familia en la actualidad.- actualmente, y debido a ciertas circunstancias, la estructura de la familia ha sufrido modificaciones de importancia significativa, de modo que con verdad se puede decir que la familia vive una ´´perdida de función´´. Antes la familia desempeñaba funciones que ahora desempeña la sociedad. Especialmente recibe el influjo de la progresiva diferenciación que actúa en todos los campos de la vida humana. La antigua sociedad, en sus relaciones económicas, estaba estructurada como la familia y fundamentalmente dependía de ella. El trabajo y la vida familiar estaban relacionados íntimamente, de suerte que la familia era una comunidad de producción y de consumo. La estructura familiar era el modelo de las demás agrupaciones. Por ejemplo, la jerarquía laboral de maestro, oficial y aprendiz era el reflejo0 de la estructura padre, hijo mayor e hijo menor. Actualmente la estructura familiar es diferente. Tiene más ventajas que la estructura antigua, pero también tiene sus peligros: en vez de la ley, prefiere la invención; en vez de la seguridad, prefiere el riesgo; en vez de las relaciones de amor total, prefiere la libertad sexual, es decir, que en vez del amor estable, prefiere el amor libre, y a la antigua infravaloración del sexo, ha sustituido la supra valoración del mismo. Podría parecer que la ´´perdida de función´´ en la familia implicaría una disminución de sus valores esenciales y por lo mismo una causa de desintegración. Pero desintegración y perdida de función no coinciden porque las funciones que antes desempeñaba la familia, las realiza ahora la sociedad, y casi siempre mejor que aquella. Por eso la perdida de funciones es más bien benéfica; así la familia puede cumplir mejor su función esencial que es trascender la esfera de lo funcional para ser el hogar de la armonía y del amor. Deberes familiares; estas obligaciones surgen a partir de la esencia del matrimonio, el cual se puede definir bajo varios puntos de vista. 1. definición, fines y propiedades del matrimonio: éticamente, el matrimonio es la unión permanente de un hombre y una mujer para la procreación y educación de los hijos. Teológicamente, el matrimonio es, además, un sacramento ya que es un contrato. Dad la definición anterior, quedan claro los fines del matrimonio, que son: 1. El amor entre los cónyuges, con todo lo que ello implica (o sea, la completación psíquica, la comunicación y dialogo íntimo, la ayuda mutua y la donación del uno al otro). 2. La procreación y educación de los hijos. Es decir: como fruto natural del amor conyugal, vienen los hijos a formar parte de loa sociedad fundada por los padres, con sus correspondientes derechos y obligaciones. Evidentemente, en un plano humano, se debe buscar siempre la paternidad responsable. Las propiedades típicas del matrimonio son dos: la unidad y la indisolubilidad, que se derivan a partir del concepto inicial del matrimonio; y a su vez, son fuentes de obligaciones entre los cónyuges. La unida consiste en que el vínculo matrimonial debe ser exclusivo entre un hombre y una mujer. A esto se opone la poligamia, que puede ser (un hombre con varias mujeres) o poliandria (una mujer con varios hombres). La indisolubilidad es la propiedad del matrimonio, en virtud de la cual debe perdurar hasta la muerte de uno de los cónyuges. A esto se opone la práctica del divorcio. Hay que hacer notar que estas dos propiedades del matrimonio tienen un fundamento de orden natural, independientemente de lo que digan acerca del matrimonio las diferentes religiones. Simplemente basándose en la naturaleza humana, pueden obtenerse estas propiedades. En efecto, la psicología del hombre pide un amor cada vez más lejos del amor de tipo infantil, que es interesado, egoísta, y que utiliza a la persona amada como un instrumento. El amor netamente humano es incompatible con la disolución del vínculo y con la poligamia. O dicho de otra manera, el amor es de dos clases: de concupiscencia y de benevolencia. El primero es interesado y el segundo desinteresado. Todo el mundo empieza a querer con amor de benevolencia. La práctica de este amor, es el propio del matrimonio, consiste en una donación de si mismo, trata a la persona como persona, y no como un instrumento. Solamente en este nivel es como se entiende la unidad y la indisolubilidad del matrimonio. Por otra parte, es claro que la integridad y consistencia de la familia solamente se logra cuando se realizan estas dos propiedades. Por tanto, la felicidad conyugal, la armonía en el trato cotidiano, la educación de los hijos, son obligaciones que manan necesariamente de la esencia del matrimonio. 2. El divorcio. El divorcio se puede definir como la ruptura del vínculo matrimonial. Existen dos clases de divorcio: el perfecto y el imperfecto. Ninguno de estos dos se ha de confundir con la anulación del matrimonio, la cual tiene lugar cuando en realidad nunca ha existido el vínculo matrimonial, a pesar de las apariencias. 1. Los hijos no se pueden educar convenientemente en los matrimonios disueltos. 2. El divorcio establece una desigualdad entre los mismos cónyuges; pues en términos generales, la mujer queda en una situación inferior para vivir honestamente. 3. El amor maduro netamente humano (como ya lo hemos visto), pide el matrimonio completamente estable. Por otro lado está el llamado divorcio imperfecto, que solo destruye la cohabitación, sin dejar a los sujetos en libertad para contraer nuevas nupcias. También se llama simple separación. Familia y el matrimonio, la familia tiene como determinación su unidad efectiva, el amor. Y la condición de la familia es tener la autoconciencia de la propia individualidad. La familia, como persona moral o jurídica, tienen su realidad externa, primeramente, en una propiedad, en ella reside la existencia de su personalidad, solamente la posee en cuanto tiene bienes. Tradicionalmente la familia, como persona jurídica frente a los demás, está representada por el varón como jefe, a él le concierne la adquisición y administración de los bienes familiares. Bienes que son propiedad común, de manera que ningún miembro de la familia pose propiedad particular, sino que cada uno tiene derecho a la cosa común. Sin embargo este derecho y aquella disposición pertenece al jefe de familia, pueden entrar en conflicto, porque la inmediatez existen en la familia del sentimiento ético, de la particularización y de la accidentalidad, es aun evidente. Conforme la familia se desarrolla crece en madurez y sus contradicciones internas-la individualidad de los hijos- se hacen irreconciliables, merced al principio de la personalidad, los individuos que integran a la familia, los hijos, se escinden del núcleo familiar en una pluralidad de familias que se comportan como personas independientes, concretas y externas. Es decir, los momentos ligados a la unidad de la familia necesitan ser emancipados de ella, como una realidad independiente, buscando la diferenciación: el matrimonio. El matrimonio como relación moral inmediata, contiene el momento de la convivencia natural, es decir, en cuanto a relación sustancial, la vida en su totalidad como realidad de la especie y de su proceso. En segundo lugar, en la convivencia de si, la unidad natural de los sexos solo interna o que en sí y por eso, precisamente, en la existencia exterior, se transforma en amor espiritual, consciente de sí. Como punto de partida de las dos personas que encuentran en relación o la disposición de los padres. El lado objetivo del matrimonio es el libre consentimiento de las personas para renunciar a la propia personalidad natural individual y construir la unidad con otra persona, la cual, en este sentido, es una autolimitación. Pero esa unidad, que conquista la autolimitación su conciencia de si sustancial, constituye precisamente su liberación, ¿Cómo se da esto? Incidentemente, con dos individuos (varón-mujer) que, como tales, buscan cumplir con su individualidad y propio interés. En el enfrentamiento de uno con el otro, en esa relación hay un choque de voluntades, cada quien busca imponerse a su voluntad. En la medida que los intereses de uno se hacen del otro y viceversa, este choque de voluntades va dejando su lugar a una voluntad, a un acuerdo mutuo. Acuerdo que niega al individuo (como puro impulso y pasión) y lo eleva a la particularidad, al nosotros. Por la particularidad, el individuo inmediato pierde su independencia (hacer lo que se le venga en gana) y entra en relación con el otro, en donde la voluntad del otro es su voluntad y su voluntad es la voluntad del otro, superándose la contradicción, la diferencia, para alcanzar la identidad, para hacer de dos voluntades, una. Y todo esto medido por el amor. La moralidad de la familia. La moralidad de la familia es la forma social en la que se realiza la continuación de la especie y de la educación de os hijos, lo hemos dicho ya. Es una categoría social y como todo fenómeno social, surge, se desarrolla y, con la evolución de las condiciones materiales de la vida social, cambia sus formas. La monogamia, origen de la de la moralidad de la familia. En el periodo más temprano de la historia, cuando los seres humanos acaban de separar el reino animal y vivían en las condiciones propias de la manada primitiva, las relaciones entre os sexos tienen un carácter absolutamente desordenado, por lo que la familia no existía. El régimen de las gens, del cual era característico el matriarcado, vino a sustituir estas relaciones que ya habían durado muchos siglos. En este momento, las relaciones entre los sexos adoptaron la forma del matrimonio colectivo. La familia monógama surge al pasar del consumo primitivo, en el que todos los bienes son comunes, incluyendo la comunidad de los sexos, a la sociedad dividida en clases como afirma Engels en el origen de la familia, la propiedad privada y el estado, base de nuestro análisis. La monogamia no es fruto del amor sexual individual, sino de razones puramente económicas y, en concreto, del triunfo de la propiedad privada sobre la comunal. Se funda, hasta la fecha, en el predominio del varón sobre la mujer y los hijos. El fin expreso de la familia monógama en sus inicios, es el de procrear hijos cuya paternidad sea indiscutible, ya que los hijos, en calidad de herederos directos, han de entrar un día en posesión de los bienes del padre, esta finalidad exige a su vez y como garantía de esta paternidad indiscutible, la virginidad de la mujer. Esta debe pertenecer en cuerpo y alma al varón, y si la mujer se acuerda de las antiguas prácticas sexuales del consumismo primitivo y quiere renovarlas, es castigada rigorosamente. La moralidad de la familia monógama continua siendo vigente. Sin embargo, desde los años sesenta la denominación del varón en la familia es cuestionada en la medida que la mujer se incorpora al mercado del trabajo, gana dinero, e ingresa a los sistemas de educación media y superior. Situación que la independiza de la férula del varón y se establece una familia en donde las propiedades y los gastos se hacen comunes, además de que cada día es más difícil, para el grueso de la población, amasar y legar grandes fortunas, origen de la experiencia de la virginidad femenina.
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