El Origen de la Ley y de la Gracia
Enviado por thewhiteagle • 15 de Octubre de 2016 • Práctica o problema • 4.066 Palabras (17 Páginas) • 326 Visitas
el origen de la ley y la gracia.
Gálatas 3:10-12 LBLA Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS. (11) Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE. (12) Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, EL QUE LAS HACE, VIVIRA POR ELLAS.
Anhelo en lo más profundo de mi corazón que esta Palabra nos pueda llevar al entendimiento del Origen de todas las cosas en lo referente a la Ley y la Gracia.
Primeramente quiero enfatizar que ningún país, sea demócrata, oficialista, o cual sea su Ideología política, se sustenta sin una “Ley Suprema”.
¿Cuál es la “Ley Suprema” de una Nación? Indudablemente que es “La Constitución”.
En un estudio de lo que representa el Reino de Dios, debemos entender que todo está constituido por la Palabra, esta es la Constitución del Reino. Dentro de ella vamos a encontrar leyes, mandamientos y ordenanzas que ayuda a mantener el orden dentro del Reino.
Hebreos 11:3 NT Peshitta-ES (3) porque por fe comprendemos que los mundos fueron hechos por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se ve.
Aquí podemos ver la importancia de la Fe y no de las obras, porque si fuera por las obras, la Fe perdería su efecto creativo y formativo. Si analizamos bien el verso anterior, dice claramente que fue la Palabra quien hizo que de la NADA brotaran los Universos, y fue la fe quien desato la Palabra creativa.
La Ley tenemos que entenderla que su propósito no era creativo, sino explosivo, o sea que a través de ella se manifestaría el pecado que se encontraba oculto y que nos apartaba de la Presencia del Padre. Veamos lo que Pablo expreso acerca de la Ley y de la gratitud que había en él, porque a través de la Ley entendió que su naturaleza fue expuesta:
Romanos 7:7-11 NT Peshitta-ES (7) ¿Qué, pues, diremos? ¿La ley es pecado? ¡De ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera aprendido lo que es el pecado sino mediante la ley, porque no hubiera tenido conciencia de lo que es la codicia si la ley no dijera: NO CODICIARÁS, (8) porque el pecado, por medio de este mandamiento, encontró ocasión y consumó en mí toda codicia, porque sin la ley el pecado estaba muerto. (9) Y antes yo vivía sin ley, pero al venir el mandamiento, el pecado vino a la vida (10) y yo morí; y encontré que el mandamiento que era para vida, resultó para muerte, (11) porque el pecado encontró ocasión mediante el mandamiento, provocando que yo me extraviara, y mediante él me mató.
La Ley tiene una función y es que brote el pecado engendrado en nuestra naturaleza, mientras el pecado este oculto, no sabemos que estamos destituidos de la Presencia del Padre. Pablo no sabía que era codicioso hasta que la palabra de la Ley le mostro lo que era la codicia y entonces para su sorpresa el mandamiento hace que brote su pecado y muere, esta muerte es importante que entendamos que no fue a primera vista una muerte física, sino una muerte de su espíritu, allí el mandamiento le muestra que por ese pecado, está separado de Dios y de Su Presencia, esta destituido y se ve reflejado en la muerte Eterna.
EL OBJETIVO DE LA LEY.
El objetivo de la Ley es mostrar mi condenación a una muerte eterna porque el pecado en mi me condena a ella.
Esto es como en un Juicio al ladrón, que dice ser inocente, le demuestran que tiene guardado lo que se había sustraído, entonces lo declaran Culpable.
Es lo mismo en nosotros, la Ley manifiesta lo culpable que somos delante del Padre y nos da los motivos por los cuales fuimos destituidos de Su Presencia.
Tú puedes decir que no le gusta la vecina, pero cuando la Ley dice que no puedes desear a la mujer de su prójimo, entonces brota todo tipo de deseos y pensamientos que te dicen lo contrario. Luego reaccionas y dices que son estos pensamientos, mejor me alejo. Pregúntele a Jose y a Elías, porque salieron huyendo de las mujeres de otros.
No podemos desde ningún punto de vista, a través de la Ley declararnos Justos porque ella produce en nosotros todo tipo de deseos que nos condenan.
Entonces el objetivo de la Ley es declararnos culpables e inmediatamente buscar un Abogado que nos ayude a salir de la Condenación Eterna. Tú y yo necesitamos un abogado que nos saque del Lago de Fuego y Azufre.
Romanos 3:20 NT Peshitta-ES (20) porque ninguna carne es justificada delante de Él por las obras de la ley, porque el pecado fue dado a conocer por medio de la ley.
La Palabra es clara y contundente, la ley lo único que hace es condenarte delante del Padre y ahora es necesario que alguien te salve de Su justo Juicio.
Gálatas 3:19 NT Peshitta-ES (19) Entonces, ¿para qué es la ley? Fue añadida a causa de la transgresión, hasta que viniera la simiente a quien había sido hecha la promesa, y la ley fue dada mediante ángeles por mano de un mediador.
Nosotros estábamos encerrados en el pecado hasta que apareciera la promesa que se le había hecho a Abraham, que en su SIMIENTE, o sea Cristo, vendría la liberación de la Condenación Eterna.
Gálatas 3:24 NT Peshitta-ES (24) De manera que la ley ha sido nuestro guía hacia el Cristo, para que fuéramos justificados por la fe,
Esto es hermoso porque ahora podemos entender que la UNICA manera de poder ser justificados delante del Padre es a través de quien en forma de carne humana pudo caminar en esta Tierra sin violar los principios de la Ley y al cargar con nuestros pecados, rompió la Maldición que pesaba sobre nosotros y ahora en El somos Justificados GRATUITAMENTE, y al recibirlo a Él como nuestro SUSTITUTO, nuestros pecados son PERDONADOS y podemos tener entrada al Reino Eterno.
Gálatas 4:4-8 NT Peshitta-ES (4) pero al llegar el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo nacido de mujer y que estaba bajo ley, (5) para redimir a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos, (6) y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió el espíritu de su Hijo a sus corazones, el cual clama: ¡Padre, Padre nuestro [4]! (7) De manera que ustedes ya no son esclavos, sino hijos, y si hijos, también herederos de Dios por medio de Jesucristo, (8) porque en otro tiempo, cuando no habían conocido a Dios, ustedes servían a los que por naturaleza no son dioses.
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