El rostro de cristo

El rostro de cristo

La concepción del rostro de cristo  ha presentado una multitud de descripciones a lo largo de la historia; esas diferentes imágenes que se han generado y trasmitido  se han visto influenciadas por diferentes factores, ya sea por  la época en que se presentó o debido a una postura personal (Desde un punto de vista de la ciencia o de la religión).

Desde el punto de vista religioso podemos recurrir a los distintos pasajes bíblicos o  la iglesia para dimensionarlo, caso tal como los padres de la Iglesia ponderarán la belleza física de Jesús. San Juan Crisóstomo contará que “el aspecto de Cristo estaba lleno de una gracia admirable”. San Agustín afirma que es “el más hermoso de los hijos de los hombres”. Y san Jerónimo dirá que “el brillo que se desprendía de él, la majestad divina oculta en él y que brillaba hasta en su rostro, atraía a él, desde el principio, a los que lo veían”.

En estos  apartes anteriores se resalta a cristo con una gran supremacía, destacando su belleza, divinidad que le permitía destacarse frente a todos los hombres.

Esto mencionado anteriormente puede entrar en discusión si lo vemos como lo expresa Isaías en el siguiente pasaje bíblico, donde se considera que no era un hombre hermoso que brillaba entre los demás, sino que carecía de esa misma belleza y que le permitía resaltar y atraer consigo a las personas

Su aspecto no era de hombre, ni su rostro el de los hijos de los hombres. No tenía figura ni hermosura para atraer nuestras miradas, ni apariencia para excitar nuestro afecto… Era despreciado y abandonado de los hombres, varón de dolores, como objeto ante el cual las gentes se cubren el rostro (Is 52, 14; 53, 2).

Con lo expresado y conocido definir un rostro de cristo como tal será imposible, y dependerá más de otros factores de tipo cultural, científico,  social, religioso que permitirán que cada persona se cree en si una imagen distinta de cristo

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