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La fe y la esperanza.


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.702 Palabras (7 Páginas)  •  2.110 Visitas

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La Fe y la Esperanza son inseparables

EL PODER INFINITO DE LA ESPERANZA Y LA FE

Mis objetivos para mi ensayo son:

Creer en Jesucristo mediante sus enseñanzas por medio de la fe.

Tener esperanza de que Jesús esté con nosotros hasta el fin del mundo.

Mantener la esperanza en cualquier circunstancia que se nos presente.

Justificación:

Elegí este tema ya que las personas están enfocadas en lo material y no en lo espiritual.

La fe y la esperanza son muy  importantes en nuestras vidas; porque es el motivo para seguir adelante día a día.

INTRODUCCIÓN:

Hablar de fundación fe y esperanza es hablar de conceptos y acciones de tres elementos fundamentales del evangelio de Jesucristo como son la fe, la esperanza y el amor. La fe y la esperanza van de la mano, ambas forman parte del ser cristiano. Un cristiano no puede estar sin esperanza.  Allí donde hay fe, también nace la esperanza. En resumen, para mí, la fe consiste en la siguiente certeza: Dios es todopoderoso y Dios es amor. Estas dos certezas hacen que pongamos nuestra esperanza en la ayuda de Dios. Porque Dios es todopoderoso y porque me ama, me ayudará. No abandonemos la esperanza en Dios, Dios quiere ayudarte y lo hará.

Además creemos en Dios a través de Jesucristo. También de esta fe resulta una maravillosa esperanza. Creemos que Jesucristo, el Hijo de Dios, ha venido a la tierra para hacer accesible a los hombres el perdón de los pecados y la vida eterna. Porque creemos en Jesucristo esperamos en la vida eterna. Ser cristiano significa: Tener esperanza en la vida eterna.  Objetivos:

Siempre vivir con  fe en nuestros corazones. La gente que no oye la Palabra de Dios o que no la obedecen no tienen la clase de fe que es de Dios. La fe requiere el oír y el obedecer.

Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe.

Mi elección por este tema es porque me  resulta mucho interés. Es por eso que con este mensaje queremos concientizar a la sociedad a que sigamos practicamos estos valores  importantes.

DESARROLLO:

1. Esta esperanza no defrauda porque no se basa en la debilidad humana ni en la incertidumbre de los acontecimientos, sino que está garantizada por la acción de Dios. Por eso no puede fallar. Colma plenamente los anhelos del corazón humano y es tan segura como Dios mismo.

La esperanza es la espera de algún bien, sea éste material o espiritual, y el ser humano mientras viva, espera. Esta esperanza siempre está ligada con la confianza, pero a la vez es la espera ansiosa de conseguir aquello que aún no se tiene. La esperanza de por sí no es una garantía si no está acompañada de la fe. En nuestro caso es la fe en nuestro Dios que es todopoderoso y que para él no hay nada imposible. El filósofo griego Porfirio señalaba que los cuatro elementos que constituyen una vida auténtica son: la esperanza, la fe, la verdad y el amor.

 

Desde el punto de vista cristiano, la esperanza tiene por objeto a Dios. Es esta esperanza de la que se habla cuando el ser humano puede salir de una situación difícil y se ve liberado con la ayuda de Dios. Es una esperanza que se forja en la fe y no en las fantasías, es la confianza en un Dios misericordioso. Los que esperan en Dios no deben tener temor alguno.

 

La esperanza que tiene por objeto a Dios, tiene tres aspectos: la espera del futuro, la confianza y la paciencia de la espera. El agente que dinamiza la esperanza es la fe, constituyéndose ambos en la esencia de la vida cristiana. La esperanza unida a la fe se convierte en una nueva actitud para enfrentar al mundo. Esta nueva actitud es un nuevo salto existencial que el ser humano realiza desde una situación trágica, para encontrar una solución inmediata, gracias a la intervención divina.

La esperanza mesiánica presenta algunas dificultades, pero la fe en Dios hace que esa espera se convierta en una esperanza viva. Muchas veces lo que dificulta nuestra esperanza viva es la desesperanza, que está representada por el miedo, la duda, los problemas, las contradicciones. Hoy vivimos tiempos de desesperanza, de temores y dudas. No señales de esperanza en ningún lugar. De ahí que este tiempo de Adviento, debe ser un tiempo de reflexión acerca de la fe en Dios y del cumplimiento de sus promesas, entre ellas, el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo. Los que ya hemos experimentado las maravillas del Señor, debemos generar esperanza ahí donde existe la desesperanza, fe donde haya duda. Que nuestra confianza y esperanza estén cimentadas en la gracia de Dios.

La fe está en el tiempo presente. Lo cree ahora. Lo recibe ahora. Actúa ahora. Una de las grandes diferencias entre la fe y la esperanza está en el tiempo verbal. La esperanza está generalmente relacionado con el futuro, mientras tanto que la fe está relacionada con el presente.

A veces oímos decir que alguien está dando un paso de fe en una nueva aventura. Generalmente quieren decir que no saben lo que va a pasar o que es lo que el futuro tiene para ellos. Sólo sienten el impulso de hacer algo nuevo y lo hacen.

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