Teologia

Ma. Jesús Amunátegui W.

Javiera Hurtado C-M.

Trabajo Teología III

Fecha de entrega 11 junio 2017.

Desarrollar el siguiente tema complementando los temas vistos en clase con los dos documentos :

¿Cómo es iluminada (liberada, reconciliada y llamada a la comunión) la condición humana por la salvación que Dios le ofrece en Jesucristo?

¿Por qué la Redención cristiana y la Revelación de Dios como una Trinidad responde y se ajusta a la aspiración de amor verdadero en la persona humana?

La nueva creación tiene que tener la fuerza necesaria para realizar en plenitud lo que se le está pidiendo. Tiene 2 cara: la potencialidad de cumplir, y la gracia que es un don que está sobre la naturaleza humana para poder lograr y cumplir su liberación.

La primera manera es el aspecto de la liberación y que se lleva a cabo por lo que este redentor dice que es un nuevo nacimiento.

El bautismo es el sacramento de iniciación a la liberación del pecado. Es un nuevo nacimiento, una libertad nuevamente elegida. Esto se da por una gracia que suscita la respuesta de la fe. Lo primero es creer que se puede dar, ya que, sin fe no hay gracia, es el primer escalón que tiene una respuesta de adhesión, por lo que uno actúa de acuerdo a eso. Pongo mi insistencia porque me merece confianza, aunque no pueda creerlo.

Esta fe es una adhesión libre, pero con una certeza de que eso es así, pero no tiene todas las razones completamente o sino no sería fe, si fuera todo evidente no dejaría libertad al hombre para acercarse o decir que no.

Si un cristiano no creyera en el demonio, no creería en cristo, porque osino ¿para qué vino Cristo?, Dios habla del demonio, y nos quiere liberar de él, del mal.

El bautismo hace y potencia cierta iluminación sobrenatural para que esa persona pueda ver el mundo con una luz distinta (luz de la inteligencia y potencia de la libertad).

¿Por Qué es necesario estar bautizado? Yo te bautizo (sepultar para volver a vivir) en el nombre (sumergirse en el nombre de ese padre, hijo y E.S)

La gracia y la fe se dan en una elección histórica a lo largo de la vida, y por eso los cambios que le gustaría ver en uno mismo y en otros se va dando en la medida de la libertad de las personas.

En primer lugar, nuestro Dios no está lejos. ¿Cómo existe Dios en uno?, ¿Cómo está con uno? Si uno realmente está dispuesto para vivir en esa presencia.

Una segunda consecuencia de esta liberación, redención o hacer cristiano, no es una decisión personal, si Dios no diera esa capacidad, no podría hacerlo, no es una potencia que tenga el ser humano por sí propio. Hay una manera distinta que uno puede “caminar” sobre el mal y salir indemne. Distinto al budismo, quienes pueden llegar a su liberación sin Dios, si no cumpliendo sus “reglas”.

En estos signos que comunican la gracia, siempre hay un elemento material perceptible por los sentidos el agua y se dicen unas palabras, y con esto se va dando una actuación de Dios que no se ve, pero que si se percibe.

En el elemento del agua, no es casualidad. El bautismo ya era un rito que se hacía antes de Jesús, siempre en el agua hay purificaciones. El agua tiene simbolismo para muchas creencias, es uno de los elementos del cosmos esencial, sin agua no hay vida.

El agua es muy importante, significaba por una parte pensar en el Mar: muerte, la persona se sumerge y en ese baño físico, pero el cristiano cree que ahí se realiza espiritualmente, limpiar el alma de la persona.

La condición humana por la salvación que Dios le ofrece en Jesucristo es iluminada a través de tres heridas que urgen de la salvación, en primer lugar, dentro de la misma persona, en relación con el ser humano y por último en la relación con la naturaleza, es un amor creciente y que puede ser elevado.

El amor personal no gravita en el ser humano es decir, es una amor de la persona pero no es la persona, radica en diversas facultades o dimensiones, pero no en su intimidad por tal amor una persona está dispuesta a entregar su vida y todas sus facultades, sin que esta se comprenda separada de la persona a la que ama. Es un acto de ser propio de la persona el “amar”. La razón que da para decir que este amor no es algo que la persona hace si no lo que es, uno nace con eso.

El amor personal tiene como objeto siempre a otra persona pues al descubrir al otro como persona es imposible no amarlo. En cuanto a que es persona, estoy llamado a quererlo por sobre lo que este, esté haciendo, es decir por el mero acto de ser. Es una realidad que el hombre ES, aunque no seamos consciente de ello.

La capacidad de amar no es posible desarrollarla personalmente, por eso no podría existir un solo hombre en el mundo, porque el hombre es amor, y el amor personal exige correspondencia. El ser humano espera una respuesta, solo así se podría establecer una relación mutua,  con un ser que no tiene conciencia, no se podría. Se espera que ambos donden y las “cosas”, no dan ese amor personal.

El ser humano exige más, porque es más.

El mundo no puede responder a nuestro amor personal puesto que carece de él, no es persona y no ama, de tal manera que para que el mundo tenga sentido hay que verlo como un don, algo que se me ha sido regalado. Suele pensarse que amarse a uno mismo es algo negativo pero es correcto cuando se trata de dos tipos de amor, uno inferior y otro superior, el primero es el amor de la persona humana a su yo, personalidad y cuando esta se conforma en su esencia, manifiesta el sentido personal propio, desplegando la plenitud de ese “yo” es cuando va dando felicidad, pues va hacia el bien.

El segundo, es el amor de la persona humana a sí mismo, en la medida en que es amada por la persona a la que ella ama.

El amor personal humano está referido a Dios y a las demás personas, solo los hombres son “otro yo” y pueden responder como tales a la amistad. Saberse amado es lo que a uno lo hace amarse. Su crecimiento se va dando en la medida en que la verdad es lo principal, no el interés. “El amor a la verdad es lo más importante en la formación del hombre”. Doy de la plenitud que tengo, donación: que dignifique a la persona. No se ama a los demás si solo se quieren las cualidades, eso no es querer porque uno es más que las cualidades que a mi me interesan. uno quiere, aunque no nos gusten muchas de sus cualidades. La verdadera amistad llama al bien dice Aristóteles.

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