AJ Muste
Enviado por jorge32432 • 11 de Junio de 2013 • Informe • 460 Palabras (2 Páginas) • 463 Visitas
A lo largo de la historia, se ha concluido que la paz puede y debe aprenderse, y para hacer esto posible se ha de supeditar en el proceso educativo la comunicación de conocimientos, con la invención- apoyo- abstención de ciertos hábitos/ rutinas y con una serie de pautas y valores. Hay quien también opina que la paz no puede adquirirse a través de la educación “no se puede educar a nadie para la paz, (aunque existen actividades encaminadas al fomento de la paz como se indicará posteriormente). Ésta es una condición que sólo puede obtenerse a través de la acción social”. Siempre ha existido cierto interés y anhelo por la paz, se sabe que el concepto de su educación específica tiene sus orígenes filosóficos mucho más antiguos a una década.
La paz es el proceso de búsqueda de justicia en los diferentes niveles de relación humana. Este es un concepto dinámico el cual nos lleva a hacer brotar, arrostrar y solventar los conflictos de manera no-violenta, con el fin de alcanzar una concordia de la persona consigo misma, con la naturaleza y con los demás.
La investigación para la paz tiene un carácter desusado en cuando a disciplina con demanda científica. Pretende introducir introspección en la ciencia, divisar las causas de la guerra y de la violencia para socavar su autenticidad como instrumento político y fomentar así condiciones de paz. Entre sus características definitorias destacan: “interdisciplinariedad, transdisciplinariedad, carácter normativo, orientación hacia la acción, su naturaleza internacional y la búsqueda de receptores diversos.”
A.J. Muste (1885 – 1967) dijo: ”No hay un camino hacia la paz, la paz es camino”.3 Por ello, la reiteración en la educación para la paz radica tanto en su método como en su contenido. La paz no es una meta, sino un proceso, por el que hay que aprender a entrar en los conflictos y resolverlos de forma positiva sin usar la coacción.
La idea de educar contra la armonización, para la rebeldía, está abismalmente adaptado en la filosofía y práctica no violenta. La educación debe estar orientada a finalizar con la guerra, por lo que ha de compaginar “la capacidad de rebeldía y regular los conflictos por métodos incruentos”, así, se debe hacer aflorar los conflictos en la educación, incluso engendrarlos. Y el hecho de vulnerar debe implicar a asumir la responsabilidad de las consecuencias de las propias determinaciones.
La necesidad de educar en valores para la indisciplina y para el enfrentamiento nos lleva a otro problema de la educación para la paz, el problema de la elección, el conformismo o la pseudoespeciación cultural. El conformismo se ha desarrollado en épocas actuales, y en ese proceso ha jugado un papel destacado en la educación. La pseudoespeciación cultural, conserva la guerra, el militarismo y la aceptación de la idea del enemigo.
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