ANTIGONAS
Enviado por MONDRIGA • 3 de Octubre de 2013 • 303 Palabras (2 Páginas) • 373 Visitas
Obras completas de Platón, tomo 1, Medina y Navarro, Madrid 1871, págs. 201-253 (argumento, por Azcárate: 203-207, Carmides: 209-253).
Nada menos complicado que este diálogo. Marcha muy llanamente a un objeto muy sencillo. Un análisis rápido va a demostrarlo.
Habiendo llegado la víspera, de Potidea, Sócrates entra en la palestra de Taureas, y encuentra allí a sus amigos Querefon, Critias y otros, les da nuevas del ejército y pregunta a qué altura se halla la filosofía. Se le presenta Carmides, niño cuando su partida, y que era ya un joven formado y admirablemente hermoso; y se empeña la conversación primero con Carmides y después con Critias.
Carmides es hermoso; se dice que también es sabio, y él no está lejos de creerlo. Pero si es sabio, tiene el convencimiento de serlo, y si tiene el convencimiento, se halla en estado de definir la sabiduría. ¿Qué es por lo tanto la sabiduría?
La mesura, responde Carmides. –No, dice Sócrates, porque la sabiduría es inseparable de la belleza, y no es bello andar, leer, aprender, tocar la lira, luchar, deliberar y hacer cualquiera otra cosa con mesura, es decir, con lentitud. Es el pudor. –Tampoco, porque la sabiduría es siempre buena, y el pudor es algunas veces malo, testigo el verso de Homero: el pudor no cuadra al indigente.
En tal caso, la sabiduría consiste en hacer lo que nos es propio. –Tampoco, y antes por lo contrario sería una verdadera locura exigir que cada uno escriba sólo su nombre y no el de otros, que teja él mismo su vestido, que arregle su calzado, que lave su camisa, y que no haga nada por nadie, ni reciba nada de nadie. En este momento, Critias, impaciente al ver tratar tan ligeramente una definición que pudo sugerir al joven Carmides, entra en lid y acaba por verse batido a su vez.
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