Aspecto Formal De La Ley
Enviado por moshita44 • 26 de Mayo de 2014 • 5.512 Palabras (23 Páginas) • 325 Visitas
“El Espíritu de Leviatán”
El orgullo, la arrogancia y la soberbia, se definen en un sólo, espíritu, cuyo nombre es Leviatán.
Este espíritu es la raíz de todos los pecados, debido a que fue el pecado que llevó a Satanás a rebelarse en contra de Dios. Una persona que camina con orgullo, puede caer en cualquier pecado.
Cada vez que una persona se enorgullece, le recuerda a Dios la rebelión que ocurrió en el cielo.
Hoy día, hay un sin número de personas que han caído en pecado y no se han vuelto a levantar por causa del orgullo que anida en su corazón.
Hay palabras sinónimas para referirse al orgullo, tales como soberbia y arrogancia. Y tanto el orgullo, como la soberbia y la arrogancia, son la raíz de todos los pecados. A continuación, estudiaremos cada una de las definiciones de la palabra orgullo sus sinónimos, que nos permitirán entender a profundidad este gran enemigo del ser humano.
Orgullo:
Es vivir para uno mismo creyéndose mejor que los demás. Es tener exceso de estimación propia y un sentimiento elevado de la propia dignidad.
Orgulloso:
Uno que depende de sus habilidades, de lo que sabe y de lo que ha aprendido. Por esta razón, vive independientemente de Dios y de los demás.
Soberbio:
Es aquel que tiene una excesiva estima de sí mismo y menosprecia a los demás. Es uno que se jacta de sus logros pasados y presentes, creyendo que todo lo que ha logrado es gracias a su propia fuerza; por lo tanto, no le da la gloria a Dios. A esto la Biblia le llama "vanagloria de la vida".
Arrogancia:
Es la actitud por la cual alguien que se siente superior, menosprecia a los demás; ya sea, por su nivel intelectual, por el color de su piel, por el país de origen o cualquier otra razón que lo haga sentir superior.
Arrogante:
Es uno que se atribuye o exagera facultades que no tiene, y expresa en su corazón que lo haría mejor que otros.
¿Cuál es el sentir de Dios hacia una persona que se comporta con arrogancia y soberbia?
Dios la resiste, la rechaza cara a cara, porque Él aborrece el pecado de arrogancia. El orgullo y la soberbia son la misma esencia de la naturaleza diabólica, porque la persona con estas actitudes está negándose a obedecer la autoridad legítima de Dios. Esto, exactamente, es lo que Lucifer hizo cuando habitaba en el cielo. Estudiemos cómo Dios aborrece el orgullo.
"El temor de Jehová es aborrecer el mal: yo aborrezco soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa" Proverbios 8.13 Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete le son abominables, los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente”... Proverbios 6.16, 17.
¿Cómo se siente Dios cuando actuamos con soberbia?
Es impresionante damos cuenta de que, muchas veces, hemos actuado con orgullo, soberbia y arrogancia, sin darnos cuenta que, con estas actitudes, estamos ultrajando a Dios. En cada persona, existe un nivel de orgullo, y de alguna manera, ha ultrajado a Dios, hiriendo su corazón.
“Pero la persona que haga algo con soberbia, sea el natural o el extranjero, ultraja (reprocha, censura, crítica injuria y blasfema) a Jehová; esa persona será eliminada de en medio de su pueblo”. Números: 15.30
Lo que concluimos de la palabra ultrajar, es que la persona orgullosa levanta el brazo contra Dios y dice: "Dios, yo no te necesito, yo soy autosuficiente para hacer lo que creo que debo hacer"; y esto insulta a Dios. Una persona que tiene esta actitud es alguien que confía en su propio corazón, que no tiene temor de Dios y, tarde o temprano, verá su caída.
Dios abomina toda persona altiva de corazón:
Abominable es para Jehová todo altivo de corazón; cierta¬mente no quedará impune". Proverbios 16.5
La palabra abominable significa: repugnante, orgulloso, odioso y excesivamente ofensivo. Para Dios, abominable es aquel que se cree superior a los demás, uno que se jacta de sus logros, que menosprecia a los demás, que se atribuye o exagera facultades que no tiene; uno que cree y dice que haría las cosas mejor que los demás, y que vive para sí mismo. Ante los ojos del Señor, todo esto es repugnante y excesivamente ofensivo. ¡Que el Señor nos guarde de la arrogancia!
¿Cuáles son las características de una persona orgullosa, arrogante y soberbia?
Después del pecado de Adán, todos los seres humanos lleva¬mos orgullo en nuestro corazón; algunos tienen más, otros menos, pero todos, sin excepción, cargamos con él. La persona orgullosa es:
Autosuficiente
La persona autosuficiente pone su confianza en sus habilidades naturales. No le gusta trabajar en equipo, tiene un espíritu individualista. El autosuficiente considera que no necesita de los demás y siempre pone una excusa para no trabajar en grupo. Es un individuo que vive independien¬temente de Dios.
Perfeccionista
El perfeccionismo es uno de los resultados de la soberbia, y refleja lo que hay en el corazón. Por ejemplo, la persona perfeccio nista, nunca está conforme consigo misma ni con lo que hace, y tampoco se pone de acuerdo con los demás. El perfeccionista se pone metas o normas de exigencia por encima de lo normal; si las consigue, se siente superior; si por el contrario, no las consigue, se frustra, se critica y se menosprecia a sí mismo y a los demás.
Egoísta
Es una persona que trata de satisfacerse a sí misma, sin importarle los demás. Esto es un gran problema en el matrimonio y es la razón de muchos divorcios. El hombre orgulloso y soberbio llega a pensar que nada le va a satisfacer en esta vida. Trata de llenar su ego con dinero, fama, sexo y cualquier cosa que crea que puede saciarlo. Busca la auto-gratificación a toda costa y siempre está pidiendo más; nunca logra estar satisfecho.
Competitiva
Una persona a la que le gusta la competencia es soberbia, pues lucha por sobresalir y ser reconocida. Al competitivo, le gusta llamar la atención y conseguir los aplausos. Nuestra única competencia es contra nuestro viejo hombre, contra nuestra carne.
Rencorosa
La persona rencorosa tiene grandes dificultades para perdonar, no puede aceptar las ofensas porque hieren su ego. Es muy vengativa y siempre está preocupada por su reputación. Este tipo de persona prefiere razonar y complacer su orgullo antes que perdonar. Sin embargo, a una persona humilde la hieren y no le importa si la herida
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