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Bachillerato En Ciencias Y Letras


Enviado por   •  7 de Agosto de 2013  •  1.797 Palabras (8 Páginas)  •  400 Visitas

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Satisfacción mediante el servicio

Sermones de Charles Stanley

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¿Hay ocasiones en la que se siente desanimado con sus intentos de vivir la vida cristiana? ¿Le parece a veces que, cuanto más lo intenta, más fracasa?Si usted es como la mayoría de los cristianos, probablemente no ha oído una explicación en cuanto a los principios básicos de servicio, que son esenciales para disfrutar de una relación con Dios.

El seguir estas pautas no sólo trae : a. mayor gloria a Dios, b:-sino que también ayuda a otros y c:- aumenta la satisfacción y las bendiciones de usted mismo.

Usted pudiera preguntarse qué tiene que ver ser un servidor con el gozo de la vida cristiana. El mismo Señor Jesús vino a servir (Marcos 10:45), y Él ve a todos los creyentes como servidores en el reino de Su Padre (Juan 20:21). Aunque nosotros tenemos diferentes roles, no hay cristianos “VIP” [Persona Muy Importante] a sus ojos. Él nos creó para el servicio, y puesto que ésa es la vía que conduce a una vida de contentamiento, debemos entender qué enseña la Biblia en cuanto al servicio veamos:

1.111111111111.El verdadero servicio no es algo que nosotros hacemos para Dios, sino más bien algo que Dios hace por medio de nosotros.

Muchas personas se niegan a servir al Señor, o sirven infructuosamente, porque no son

capaces de entender este principio fundamental. Primera a los Tesalonicenses 524 dice: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”. Esto significa simplemente que Dios asume toda la responsabilidad de capacitarnos para que llevemos a cabo el trabajo que Él asigna. El Señor nunca nos dejará hacer una tarea dependiendo sólo de nuestras capacidades humanas.

En el momento de la salvación, el Espíritu Santo viene a vivir dentro del nuevo creyente. Esta “morada interior” tiene el propósito de capacitar a cada cristiano para que sea y haga todo lo que Dios ha dispuesto para su vida (Efesios 2:10). En otras palabras, para que se convierta en la clase de servidor que el Señor ha pensado. Dios es quien nos llama, quien nos da el deseo de servir y quien nos capacita para que en nosotros se produzca đtanto el querer como el hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13). Por tanto, lo que pensamos que es un servicio nuestro, en realidad es el Señor actuando dentro de nosotros.

Ni siquiera Jesús se adjudicó el crédito por los milagros que realizaba, sino que reconoció que era el Padre en Él quien los hacía (Juan 14:10). Justo antes de que los apóstoles salieran a cambiar al mundo con el Evangelio, el Señor resucitado les ordenó permanecer en Jerusalén hasta que fueran “investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49). Jesús sabía que ellos no estaban equipados, por sí solos, para enfrentar los retos que tenían por

delante; necesitan el poder del Espíritu Santo que vendría pronto a estar en ellos, con ellos y sobre ellos.

Si los discípulos y el propio Jesús dependieron del poder divino, sin duda, entonces, usted y yo debemos depender de Dios para llevar a cabo las tareas que Él nos dé. Realizarlas dependerá de Él, no de nosotros, y las lograremos si nos rendimos voluntariamente a la presencia, al poder y a la dirección del Espíritu Santo en nuestra vida. Si nos rendimos de esta manera: 1.tendremos una sensación de alivio, sabiendo que la responsabilidad es de Él, no nuestra; y 2.de confianza, por Su capacidad, no la nuestra; y 3.de contentamiento, ya que, por estar Dios a cargo, no tenemos que preocuparnos si las personas están satisfechas de nuestros esfuerzos.

Sin embargo, los creyentes deben tener presente algunas advertencias. Para empezar, 1.toda la gloria le pertenece a Dios; no debemos ser tan ignorantes o arrogantes para atribuirnos el mérito de lo que Él ha hecho a través de nosotros (Mateo 5:16). 2.Tampoco podemos insistir en cómo serviremos, dónde o por cuánto tiempo. Nuestra actitud debe ser: “Señor, soy tu siervo. Haré lo que Tú quieras, donde Tú quieras y de la manera que Tú quieras. Pero, Señor, tienes que hacer a través de mí lo que Tú quieres que se haga”. Dios sabe que el éxito que usted logre será gratificante para usted y un motivo de gloria para Él. El Señor quiere, entonces, que usted tenga éxito, pero según Su apreciación, y no necesariamente de acuerdo con las expectativas del hombre.

2.22222222.No importa quién sea el objeto de nuestro servicio, servimos en realidad al Señor.

Debido a que la esclavitud era común en el primer siglo, Pablo escribió en cuanto a la conducta adecuada de amos y de siervos. Para aplicar a la vida moderna pasajes como Efesios 6:5 y Colosenses 3:22, 23, podemos sustituir amo por empleador, y siervo por empleado, ya que ambas situaciones implican servir a alguien. Estos versículos indican que estamos sujetos a la autoridad de nuestro empleador, y que debemos trabajar con obediencia y reverencia como si sirviéramos a Cristo mismo.

El apóstol escribió estas palabras para

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