CRISTIADA

LA CRISTIADA

¡¡Viva Cristo Rey!!

La película refleja la fe que mueve la actuación de los diversos actores sociales de este hecho histórico, pero no la fe en sentido sólo católico, sino la fe en las propias convicciones, en la libertad, en la voz del pueblo, en la lucha contra el poder, y la fe en Dios y en Cristo. Igualmente, el filme muestra cómo los seres humanos y los creyentes también somos contaminados por intenciones negativas de violencia, intolerancia, lucha de poder, y cómo ambos bandos de la guerra cometieron atrocidades inhumanas. La guerra nunca es ni será la solución a los conflictos y al logro de la paz, y la pérdida de vidas humanas es un precio que no habría que pagar.

Siempre ha sido difícil para algunos hombres comprender a Cristo como Rey. Muchos han visto en la Iglesia una amenaza para sus gobiernos, una institución que se encarga de manipular a sus fieles para que solo piensen como ella quiere que piensen. Pero indudablemente se equivocan, porque en realidad no es así, la Iglesia es promotora de la libertad, de la verdadera libertad, no de la que se pretende camuflar con leyes y normas. Su equivocación se hace aún más evidente cuando por la fuerza tratan de impedir la siembra del Evangelio, recurriendo a métodos tan drásticos que en últimas terminan atentando con lo supuestamente han defendido todo el tiempo: La vida.

La historia tendría mucho que enseñarnos hoy. Lúcidamente lo señaló el Papa Benedicto en su homilía reciente en Silao aludiendo a Cristo Rey: “Su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio”. Y concluyó el Papa: “Para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad”

En esta película, “Cristiada”, se ve lo difícil que les toco a unos hermanos nuestros mexicanos en un tiempo en que profesar la fe era peligro de muerte. El mal siempre sabrá de que valerse para ir en contra de la verdad y del Evangelio. En esta producción se ve como lo personaliza el Presidente Calles, 1924-29. Y es durante este gobierno y en continuidad de una serie de persecuciones a la Iglesia donde se verá una gran cantidad de trabas puestas a la Iglesia por parte del gobierno de este hombre con el fin de cesar la actividad de la Iglesia. Para la Iglesia, su preocupación siempre ha sido cumplir el mandato de su fundador, hacer de todos los pueblos discípulos del Señor. Para el Estado, gobernado por este hombre, su preocupación es dejar claro el poder del gobierno, su posición, y no tener inquietud alguna, ni sentirse amenazado por otra institución con la cual el poder del Estado rivalizara, que en este caso era la Iglesia.

El estado se las ingenio de muchas maneras para opacar la misión de la Iglesia, expulsando a sacerdotes extranjeros, prohibiendo la enseñanza religiosa, castigando las vestimentas religiosas y todo aquello que apuntara hacia la religiosidad, prohibiendo la celebración en los templos, mandándolos a cerrar privando al Pueblo de los sacramentos. También, no le bastó con esto y quiso crear una iglesia cismática mexicana, crenado leyes en contra de los seguidores de Cristo Rey.

Pero esto no fue impedimento para dejar de evangelizar, al contrario, ayudo a que la llama del Evangelio ardiera más que nunca. Al igual que los primeros cristianos, las persecuciones fueron fermento y prueba de la verdad. Para ser sinceros, no es nada nuevo para la Iglesia, ya desde los orígenes de ésta, empezando por su mismo fundador y los Apóstoles, fueron

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