CUENTO DE RELIGIÓN EL SENTIDO DE LA VIDA ES BUSCAR A DIOS Y ENCONTRAR EL CAMINO DE AMOR
Enviado por Leslie Quizhpi • 11 de Enero de 2021 • Tarea • 775 Palabras (4 Páginas) • 195 Visitas
CUENTO DE RELIGIÓN
EL SENTIDO DE LA VIDA ES BUSCAR A DIOS Y ENCONTRAR EL CAMINO DE AMOR
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblito a lo lejos de la cuidad, vivía Ana una niña huérfana, humilde y trabajadora que trabajaba diariamente para poder obtener algo de alimento. Esta niña era conocida en todo el pueblo ya que nunca faltaba a misa los domingos y era muy común observarla a la puerta de la iglesia rezando y cantando las alabanzas hacia Dios. Ana tenía un gran carisma y a pesar de ser huérfana no le impedía ser alegre y andar alegrando a las demás personas, es más, todo el pueblo le tenía aprecio a esa niña.
Hubo una época en el que ese pequeño pueblito sufrió de escasez de comida, todos los habitantes morían de hambre y no tenían plata para comprar suficientes alimentos, todos se veían decaídos y no tenían fuerza para seguir con sus labores cotidianas pero Ana siempre trataba de subirles el ánimo cantándoles una canción o haciéndolos reír para que de un u otra forma se olviden del dolor y sufrimiento por el cual están pasando, los hacía encomendarse a Dios porque ella siempre decía que Dios nunca abandona a sus hijos y que tengan fé por que el los sacará de esa tragedia por la cual el pueblo estaba pasando. Todos los habitantes se reunían cada domingo a la puerta de la iglesia para encomendar y elevar plegarias hacia Dios porque él los libraría de todo mal, su fé era tan grande que se empezaron a llenar de alegría tal como lo hacía Ana.
Llegó un tiempo en el que ningún habitante quería sonreír, todo el pueblo se llenó de tristeza y amargura, ya ninguno acudía a Dios porque pensaron que los había abandonado, toda su fé se perdió y ya no tenían esperanzas de salir de la escasez; los pocos alimentos que quedaban se iban agotando rápidamente y ya no les quedaba recursos para sobrevivir, todos se quedaban en sus casas esperando la muerte, nadie sonreía, creían que su vida ya no tenía sentido y Ana era la única que no perdía la fé y la esperanza porque sabía que Dios los iba a ayudar, ella cantaba para el pueblo y trataba de que los habitantes del pueblito intenten recobrar la fé en Dios pero todo su esfuerzo era en vano, ya nadie creía en Ana y no tenían ni un gota de esperanza.
La fé de Ana se iba desvaneciendo poco a poco, ella al no ver cambios en su vida ni en la del pueblo, se rendía lentamente, trataba de no hacerlo, pero sus esperanzas en dios eran pocas; ella le rogaba a Dios todas las noches que la escasez de su pueblo se vaya y que todos vuelvan a ser felices al igual que ella. Hubo una noche en la que Ana ya no tenía que comer, pasó hambre todo el día y al no encontrar alimentos ni trabajo para su bienestar regresó muy temprano a su casa, en la que vivía sola, y al acostarse a descansar encontró un plato de comida recién preparado y exquisito para su paladar; ella se sorprendió al ver la comida y como tenía hambre no pensó ni un segundo y se puso a comer. Al terminar de comer la comida que había aparecido mágicamente se acostó a dormir plácidamente, ese día no le importó de dónde provenía el plato de comida.
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