Camino Hacia La Libertad
Enviado por veronicacorral • 5 de Diciembre de 2014 • 27.920 Palabras (112 Páginas) • 183 Visitas
PARTE UNO. MUERTO EN VIDA
Hoy es un día normal. Te levantas y todo sigue igual. Quizás estás viviendo en una cárcel emocional, preso de tu descontrol. O puede que te refugies en alguna droga; alcohol, cigarrillo, pastillas para dormir, dependencia emocional hacia alguien. Sin embargo, nada ha podido llenar ese inmenso vacío que inunda tu alma. Al mundo puedes engañar, pero a ti mismo, no puedes hacerlo. Vives contigo todos los días, consciente o inconscientemente te tienes a ti mismo. Ahí en tu intimidad, sabes qué te sucede y al mismo tiempo no lo sabes, porque no analizas tu condición, ni te das cuenta lo mal que estás. Tu mente resulta confusa, un tallarín de ideas irresueltas, cabos sueltos. En una sociedad tan relativa, todo te parece relativo también. No hay estándar, ni moralidad que rija tu vida. Al final te dices ¿para qué? Caminas sin propósitos, ni sueños. Un zombie más por la vida. No sabes ¿para qué has sido creado? Ni te has trazado un plan de vida. Creyendo o no en Dios, no te has planteado la posibilidad que en su inteligencia Suprema, Dios te haya creado para servirlo, para hacer cosas maravillosas y extraordinarias. Esa idea la vez lejana a ti, y si te llega sonar agradable, concretamente no sabes ¿para qué mismo te habría creado Dios?
CONTENIDO
RECONOCIMIENTOS 5
INTRODUCCIÓN 9
PARTE UNO. MUERTO EN VIDA 13
Mi condición actual. ¿Cómo saber? 14
Estado actual. ¿aburrido e inconforme? 19
Como zombies 22
ATADOS, ATRAPADOS 25
Cárceles emocionales: un ejemplo: La codependencia 25
Características del pecado: 29
¿Cómo manejarlo? 29
¿Cuál es la prioridad de tu vida? 30
Conocer la voluntad de Dios 30
Nueva vida 35
Dios restaura tu alma 40
Ama, sonríe, vive 46
Restaurando relaciones 50
Cúbreme del mal 55
¿Cómo reprogramamos entonces nuestro pensamiento? 59
Normas buenas y verdaderas de vida 62
Tu estado mental 65
Pensamientos de nosotros mismos 65
Susurrando mi nombre 66
Un ejercicio para lidiar con la crítica 77
PARTE DOS. LOS OBSTÁCULOS 80
No todos lo siguen con pasión, hay un precio que pagar. 81
Gran problema: falta de contentamiento. 88
Como resolver problemas 91
Resistir 96
Afirmaciones satánicas: 98
Armas espirituales 103
Sacrificio de alabanza 114
PARTE TRES. DESPERTAR AL SERVICIO. 124
Despertar 124
¿Cuándo te decides? 131
Propósito de elegirnos 135
Si sabes de Cristo, has nacido de nuevo. Entonces, ¿por qué no hablar de Él? 136
No temas pedir 139
Sanar para poder servir 146
Dios responde a nuestra ferviente oración 147
El poder sanador del perdón 147
Aunque tardare su respuesta, seguiremos confiando en él. 150
Cuestión de fe 152
Vencerás el desánimo 154
Dios te levanta y te da el camino 157
Aprendiendo a ser feliz 172
Y decidió la felicidad 174
Libertad 186
Emociones adversas 186
Vida abundante. 188
Plan de vida 194
Estableciendo metas 199
Indispensable 206
Apoyos bibliográficos 209
RECONOCIMIENTOS
Las siguientes personas aportaron lo necesario, en cuanto a estímulo, apoyo para llevar a cabo este trabajo.
Gracias a:
Mi esposo, Irwin Gabriel. Eres la alegría de mis días, quien los ilumina con una cálida sonrisa. Amo reír junto a ti, quiero hacerte muy feliz. Y que cumplamos todos los sueños que tenemos para Dios. Gracias por ser mi amante compañero. Te amo.
Mi familia, padres, ñañito Josué. Gracias por ser una importante inspiración en mi vida. Los amo mucho.
Mi grupo de amigos, de la Roca. Gracias por cada viernes compartir conmigo estudios de la palabra de nuestro Dios. Gracias por mostrarme la inmensa fidelidad, amor, bondad y misericordia de nuestro Señor. Los amo inmensamente.
Los dos estafadores que se robaron el primer bosquejo de lo que es ahora este libro. Por obstáculos dolorosos como ustedes, he podido ver aún más grande la fuerza y gloria de Dios. He podido ver que no existe la palabra rendirse, sino que se debe llegar a la meta sin importar lo que suceda. Que Dios los bendiga, donde quiera que estén, que puedan leer este libro, la palabra de Dios que puede restaurar y transformar sus almas poderosamente. Donde quiera que estén, oro por la salvación de sus almas.
A ti lector. Gracias por darte la oportunidad de leer algo diferente. El tiempo invertido en aprender la palabra de Dios no es en vano. No te cierres a renovar tu mente. Dios quiere transformar, restaurar, sanar tu alma. Revolucionar tu vida para que a su vez sea de impacto y edificación para muchas vidas más. Permíteselo.
DEDICATORIA
No permitamos que la sonrisa se borre de nuestro rostro, con ella podemos cambiar el curso abrumador del mundo. Que los árboles de nuestros bosques tenebrosos van a ser los que un día nos aplaudan cuando estemos en gloria, en las cimas de nuestras montañas. Esas lágrimas serán las que formen nuestro carácter, que definan el camino que debemos seguir. Ese camino que Cristo ve y que paso a paso nos llevan a la meta para decirles a los ángeles: Cristo mi camino vio. Ahí donde nadie te ve, en lo secreto de este momento, en medio de la silenciosa soledad, ten la certeza de que: Cristo tu camino ve y que te quiere ver feliz. Así que sonríe.
INTRODUCCIÓN
“Camino a la libertad” es la voz de aliento en el proceso difícil de llegar a la meta. Muestra el camino árido, la cuesta empinada a escalar y la circunstancia metafórica de que a veces nos “toca caminar descalzos”, desprovistos de todo, sin nada material para triunfar más que el Espíritu del Señor animándonos a hacerlo. Los que tenemos a Jesucristo como fortaleza, sabemos que llegaremos a pesar del millón de dificultades que se presenten. Sabemos que más fuerte es el que nos sostiene, que la adversidad o el desánimo. Tenemos certeza de que llegaremos a alcanzar las metas. Aunque a veces termina siendo el camino mucho más largo de lo que imaginábamos. La cima está mucho más lejos de lo que avizorábamos. Llega un punto en que ya no vale la pena mirar cuánto falta, sino que se debe seguir sin desmayar. Y más bien empezar a disfrutar del esfuerzo, de la lucha. La ganancia no sería tan gratificante, si fuera fácil llegar. Habrá muchísimos momentos en los que tu alma diga: ya no puedo más, ya no quiero seguir. Pasará pero no sucumbirás,
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