Carta De Identidad Mjs

Linz argumenta sobre la lógica política de los sistemas presidenciales enfocándose sobre las consecuencias que se derivan de dos rasgos estructurales,[1] a saber:

1) “Tanto el presidente, que controla el ejecutivo y es elegido por el pueblo (o por un colegio electoral elegido por el pueblo con ese único fin), como el legislativo elegido (de una o dos cámaras) tienen legitimidad democrática. Es un sistema de << legitimidad democrática dual>>.

2) Tanto el presidente como el congreso son elegidos por un período fijo, el cargo del presidente es independiente del legislativo y la duración del legislativo es independiente del presidente. Esto lleva a lo que vamos a caracterizar como la <<rigidez del sistema presidencial>>”. (Linz y Valenzuela, 1994: 32).

Para sustentar las consecuencias que resultan de ambos rasgos distintivos del presidencialismo, Linz procede a argumentar a partir de las experiencias históricas de las crisis en los sistemas presidencialistas. Para darle más fuerza a su argumentación Linz compara a los sistemas presidenciales con los parlamentarios.

Por ejemplo, Linz señala que el sistema presidencialista traduce la legitimidad popular por dos filtros democráticos, por una parte el voto popular para la elección del presidente y por otra parte el voto popular para la conformación del Congreso. De acuerdo con la experiencia histórica se presentan casos como la elección de Salvador Allende en Chile (1973) que gana en coalición la presidencia de su país con un 36.2 %, pero enfrenta a un Congreso sumamente polarizado. De esta manera, se presenta la situación en que ambos fueron legítimamente electos y como sabemos por la historia se entró en una crisis política que tuvo como consecuencia el quiebre de la democracia en Chile. Siguiendo los argumentos de Linz, el Primer Ministro en los sistemas parlamentarios es producto de los consensos entre los parlamentarios, pues son ellos quienes eligen al Primer Ministro, de esta manera la fuente de la legitimidad democrática en los sistemas parlamentarios no se ve cuestionada por las crisis políticas como sucedió en Chile.

Sobre la rigidez del sistema presidencial, Linz sostiene que en los sistemas presidenciales el mandato es por un período fijo, esto implica que en situaciones de crisis políticas el Ejecutivo no puede ser removido de su cargo, causando un desgaste al presidente y polarizando a las distintas fuerzas políticas en el interior del Congreso. Ante tal situación se presentan casos en sistemas presidenciales como el derrocamiento de la República en España o de la crisis de gobierno de María Estela Perón en Argentina que desembocaron en el quebranto de la democracia una guerra civil y un golpe de estado respectivamente.

Finalmente, en los sistemas parlamentarios no existe tal rigidez del mandato como en el sistema

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