Cristo ejemplo supremo de humildad
Enviado por M7C25 • 15 de Junio de 2024 • Apuntes • 2.845 Palabras (12 Páginas) • 73 Visitas
CRISTO EJEMPLO SUPREMO DE HUMILDAD
EL PERFECTO EJEMPLO DE HUMILDAD
SIERVOS COMO CRISTO
Filipenses 2:1
I.Su humillación. En las Escrituras se hace frecuente referencia a la posición preencarnada y gloria del Señor Jesucristo. «Siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios» (v. Flp_2:6, RV). «En el principio era el Verbo… y el Verbo era Dios» (Jua_1:1). Él es antes de todas las cosas (Col_1:17). Fue Él quien en el principio puso los fundamentos de la tierra, y los cielos son obra de sus manos (ver Heb_1:10). Éste es Aquel que era «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jua_1:29, RV). Éste es aquel que:
1. SE ANONADÓ A SÍ MISMO (v. Flp_2:7, RV). Pensemos en la gloria que Él tenía en los cielos, antes que el mundo fuera, y de cuánto se vació a Sí mismo cuando apareció entre los hombres para ser menospreciado y rechazado. «Varón de dolores, experimentado en quebranto.»
2. TOMANDO FORMA DE SIERVO. El que era el Creador de los confines de la tierra, a quien los ángeles se complacían en servir y adorar, que era en forma de Dios, toma la forma de siervo, para poder traer bendición a un mundo rebelde (Luc_22:27).
3. FUE HECHO SEMEJANTE A LOS HOMBRES. Él mismo participó de la misma carne y sangre, porque le convenía ser hecho semejante a sus hermanos (Heb_2:14-17), excluido el pecado (v. Flp_2:15, Lacueva, Nuevo Testamento interlineal). El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar» (Mat_20:28). Aquel que era la «fiel representación del ser real de Dios» toma sobre Sí la semejanza de una humanidad pecadora.
4. SE HIZO OBEDIENTE HASTA LA MUERTE (v. Flp_2:8). ¡OBEDIENTE! pero no a los clamores de una raza orgullosa y cegada por el pecado, sino a la voluntad de su Padre. «El hacer tu voluntad, oh Dios, me ha agradado» (Jua_6:38). Nada en la tierra ni en el Infierno podía apartarle de su gran propósito lleno de gracia. «Puso su rostro como un pedernal.»
5. SE HIZO OBEDIENTE HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ (v. Flp_2:8). Desde nuestra perspectiva natural, es simplemente abrumador pensar en el Hijo Eterno y Amado de Dios sometiéndose a ser clavado a una Cruz por parte de aquellos a los que en amor buscaba salvar. La absoluta indignidad y culpa de los hombres jamás se hizo más abominable ante la mirada del cielo. Pero con ello se revela aquí la infinita gracia de Dios. Él se estaba con ello entregando «en rescate por todos nosotros». El Justo sufrió voluntariamente por los injustos, para llevarnos a Dios (Gál_3:13).
II. RESULTADOS DE LA HUMILDAD
1. Su exaltación. «Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo» (v. Flp_2:9). Debido a su humildad y sufrimiento obediente, en el cumplimiento del propósito de su Padre, Él le ha exaltado hasta lo sumo como el Hijo del Hombre. Como el Eterno Hijo de Dios, Él no podía ser exaltado por encima de su posición anterior a su nacimiento, como «Uno con el Padre» (Jua_14:9). Allí le fue dado:
1. UN NOMBRE PREEMINENTE. «El nombre que es sobre todo nombre» (v. Flp_2:9). El Nombre que es para siempre por encima de todo otro nombre es «JEHOVÁ». Ahora el Hombre, Cristo Jesús, que vino a ser «Varón de Dolores», ha sido exaltado por encima de todo nombre que se nombra. Aquel que fue coronado con las espinas de la vergüenza por nosotros está ahora coronado de gloria y de honra (Heb_2:9) como nuestro Representante.
2. AUTORIDAD UNIVERSAL. Al Nombre de Jesús se inclinará aún todo ser en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra (v. Flp_2:10). «Toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra» (Mat_28:18). Aquel que lleva ahora sobre Sí el estigma eterno de la Cruz sobre sus manos y pies, «sujetará todas las cosas a Sí mismo», no solo en este mundo, sino también en el venidero (Efe_1:20, Efe_1:21).
3. ADORACIÓN UNIVERSAL. «Toda lengua confesará que Jesucristo es SEÑOR, para gloria de Dios Padre» (v. Flp_2:11). Fue Dios el Padre quien envió a su Hijo a buscar y a salvar a los perdidos, y Él recibirá honra y satisfacción cuando todo el mundo confiese a Jesús como SEÑOR. Porque Él será Señor tanto de los muertos como de los vivos (Rom_14:9). Ahora vemos a Jesús, que gustó la muerte por todos los hombres, coronado de gloria y de honra. «tuyo es el reino, y el poder, y la gloria para siempre. Amén». «El que se humillare, será exaltado.»
El Supremo Ejemplo de Obediencia, Flp_2:5-11
Este es uno de los más majestuosos y profundos pasajes cristológicos de todas las Sagradas Escrituras. Nadie puede presumir el haber escalado los soberbios picos de la revelación en estos versículos. Al leerlos, uno se siente más inclinado a alabar que a analizar o teologizar acerca de ellos. Considerando la cuidadosa construcción y el equilibrio de las cláusulas, bien podría ser que fuera un poema o un himno usado en el culto por la iglesia primitiva. Pero uno no puede evitar tratar de interpretarlo, e históricamente ha dado lugar a numerosos y a veces opuestos puntos de vista. Sean cuales fueren los matices del significado que se hallen aquí, el mensaje esencial de Pablo (idéntico al pensamiento expresado en 2Co_8:9) no es difícil de descubrir si se recuerda que su propósito primordial es de naturaleza práctica. Está tratando un problema que amenaza con disolver la unidad de los creyentes de Filipos. Contra la actitud de algunos de expresarse egoístamente como dechados, él pone el espíritu de Cristo como el ejemplo supremo de obediencia.
1. La razón de la obediencia (Flp_2:5-6)
Haya, pues, en vosotros este sentir (Flp_2:5) es, literalmente, “tened (phroneite) dentro de vosotros”. [[Vincent, op. cit., III, 430.]] “Pensar” se emplea también en Flp_1:7 y Flp_2:2. Sin embargo, como se ha visto en los respectivos comentarios, su connotación es más amplia que la del mero pensar. Se refiere primordialmente a la disposición. En la cláusula que hubo también en Cristo Jesús el término hubo no se encuentra en el original. Tal vez sería mejor reemplazarlo por “hay”. Moffatt traduce el versículo: “Trataos unos a otros con el mismo espíritu que experimentáis en Cristo Jesús.” También se ha traducido: “Entre ustedes tengan la misma actitud del Mesías Jesús” (N.B.Esp.). [[EGT, III, p. 434.]] Esta manera de decirlo es consecuente con la admonición a que los filipenses obren su propia salvación (Flp_2:12). Sirve también como una legítima advertencia contra el erróneo divorcio que algunos cristianos hacen entre su vida religiosa y sus relaciones con sus semejantes. Se muestra aquí la absoluta imposibilidad de amar a Dios sin amar, al mismo tiempo, al prójimo.
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