Desarrollo del Ministerio Profético

Desarrollo del Ministerio Profético © Juan Molina F., 2020 ____________________________________________________________________________

Desarrollo del Ministerio Profético

La Biblia y la Palabra de Dios

Definitivamente, hay una diferencia entre la Biblia y la Palabra de Dios. Jesús es la Palabra viva, el Verbo hecho carne, la manifestación revelada de dios a los hombres. A la luz del pasaje de Juan 1:1-5 (RVC) leemos que Jesús, quien existía desde el principio y estaba con Dios y era Dios es la Palabra. Él era la luz de los hombres y la manifestación del Padre. Este pasaje ciertamente no habla de “algo” sino de “alguien”.

1 En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra.

2 La Palabra estaba en el principio con Dios.

3 Por ella fueron hechas todas las cosas. Sin ella nada fue hecho de lo que ha sido hecho.

4 En ella estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.

5 La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Tal como leemos, esta porción de la Escritura se refiere a la persona de Jesucristo. Algunos estudios ortodoxos puntualizan que, en este contexto, el verso 3 se refiere a Jesucristo como el co-Creador con el Padre y el Espíritu Santo (compare Génesis 1:1; Salmos 32:6 y Hebreos 1:2). Por otro lado, en el verso 4 al referirse a la Palabra como fuente de vida, sólo Dios tiene vida en sí mismo y sólo Él puede dar vida a los hombres.

Entonces, a riesgo de sonar peyorativo, debemos entender que la Biblia (Colección de libros legales y proféticos de Antiguo y Nuevo Testamento traducida a muchos idiomas y en distintas versiones) contiene la Palabra y el pensamiento de Dios y nos lleva a la revelación de Jesucristo por medio de una relación íntima y profunda con el Autor, el amado Espíritu Santo. No debemos confundir entonces la Biblia con la Palabra de Dios. Sabemos que las Escrituras son textos inspirados por Dios para salvaguardar Su pensamiento y dejarlo disponible para toda la humanidad en todas las edades y generaciones.

El apóstol Pablo resalta esto en su segunda carta a Timoteo: “Toda la Escritura (la Ley y los Profetas) es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida” (2 Timoteo 3:16, NTV).

El perfil profético del Nuevo Testamento

Definitivamente, hay una diferencia en la función profética del Antiguo y el Nuevo Testamento. No sólo una diferencia cronológica, sino de función y mensaje. No obstante, el diseño de Dios sigue siendo el mismo, pero en un contexto diferente (Su iglesia o el Cuerpo de Cristo y el mundo que le rodea.

Definimos el ministerio profético a la luz de las Escrituras, como la visión y la voz de Dios para los hombres. En esencia, esta función continúa. Sin embargo, el llamado y el mensaje han cambiado. En el Antiguo Testamento, este llamado era para algunos hombres, sobre los cuales reposaba el Espíritu de Dios y representaban el Oráculo de Dios para los tiempos y circunstancias que el pueblo de Dios (Israel) y los pueblos que le rodeaban debían enfrentar. En ese tiempo, el Espíritu Santo no había venido a “toda carne” aún (Joel 2:28). Este perfil profético llegó hasta Juan el Bautista, según la declaración que hace Jesús en Mateo 11:13.

...