Discípulos De Cristo
Enviado por macho2014 • 18 de Junio de 2014 • 1.381 Palabras (6 Páginas) • 231 Visitas
DISCÍPULOS
ANTECEDENTES
Ya vimos como el profeta Elías servía a Dios. El le obedecía e iba a decirle al rey Acab lo que Dios le manifestaba. También vimos el poder de Dios obrando a través de Elías. Elías predijo que no llovería y no llovió durante tres años; Elías dijo que no se agotaría la harina y el aceite de la viuda de Sarepta y no se agotó. Elías invocó a Dios para que mandara fuego desde el cielo sobre el altar del sacrificio y eso sucedió. ¿El poder venía de Elías? ¡NO! ¡El poder, todo el poder venía de Dios! ¿Entiendes eso? Cuando escuchas una música de violín ves que el sonido sale de un instrumento pero en realidad quien hace que suene el instrumento es el violinista, sin el cual no habría música. Así somos los hombres podemos dar buenos sonidos, buenos frutos sólo si Dios se encarga de capacitarnos para ello.
Elías fue un gran profeta, pero se iba haciendo viejo y Dios necesitaba un instrumento para seguir hablando a los hombres, porque si Elías moría, ¿no iba Dios a poder hablar a los hombres?
¿Podía Dios hacer que hubiera un hombre que hiciera las mismas cosas que Elías y aún más grandes? Si, claro que podía, porque para Dios nada, nada es imposible. No olvidemos que Dios el TODOPODEROSO, que significa que tiene todo, todo el PODER.
LECTURA BÍBLICA
1ª Reyes 19: 19-21; 2ª de Reyes 2:1-14; 4:1- 37
HISTORIA
Llamamiento de Eliseo.-
Ya Elías era viejo; un día cuando pasaba por un pueblo encontró a un muchacho que araba el campo con 12 bueyes, Eliseo; le puso su manto encima, lo que era una invitación a seguirle y aquel se despidió de su familia y le siguió. Desde entonces se dedicó a aprender del gran Elías.
Elías es arrebatado por un carro de fuego
Pasado un tiempo Elías supo que su hora había llegado; pero también Eliseo supo que el tiempo de Elías se estaba acabando. También muchos profetas de aquella zona le decían que Elías sería quitado de la tierra. Por eso Eliseo no se quería separar de Elías.
Cuando llegaron al Jordán Elías golpeó con su manto el agua y estas se abrieron y pasaron por ellas en seco. ¡Qué gran poder le había dado Dios a Elías! Al ver esto Eliseo le pidió al maestro que le diera una doble porción del mismo espíritu que tenía Elías. ¡No pedía poco, no!, ¡doble porción del espíritu de poder, de profecía, de sabiduría etc.! Pero
Elías le dijo que eso dependía sólo de Dios. Al poco apareció un carro de fuego tirado por caballos también de fuego que se llevó a Elías cayendo su manto al suelo...
Eliseo gritaba y cuando todo pasó recogió el manto y dijo ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? y golpeó con el manto el agua, como había visto hacer a Elías. ¿Y qué pasó? ¿Se abrirían las aguas o todo quedaría igual?
¡Si!, se abrieron las aguas y pasó en seco. Eso demostraba que el mismo espíritu que Elías tenía (Dios) lo tenía también Eliseo. (Efesios 1:13).
Y desde entonces Eliseo hizo cosas realmente asombrosas. Bueno, Eliseo era sólo el instrumento, porque quien realmente hacía las cosas era Dios.
Vimos como Eliseo se convirtió en un discípulo de Elías, pero ahora veremos que nos dice Cristo.
Discípulos de Cristo
“Y (Jesús) decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” (Lucas 9:23)
¿Alguna vez te has preguntado qué quiso decir Jesús con estas palabras? ¿A qué se refería cuando hablaba de cargar nuestra propia cruz? Si analizamos este versículo podemos observar que la finalidad es seguir al Maestro y el primer paso para ello es querer hacerlo.
Los judíos en el tiempo de Jesús utilizaban la palabra “seguir” (en griego akaloutheo) para referir a los jóvenes que dejando su familia seguían a un rabí (maestro). A ese rabí daban toda devoción y lealtad, el rabí era en cierto modo como un amo, a quien servían y a quien escuchaban con atención. Su mayor deseo era aprender de él e imitarlo fielmente. Los seguidores estaban tan involucrados con su rabí que compartían
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