Donde Pasarar La Eternidad
Enviado por antonyloreto • 14 de Enero de 2013 • 4.038 Palabras (17 Páginas) • 481 Visitas
¿Dónde pasaré mi eternidad?
Dios tiene, en su palabra, la respuesta a esta pregunta. Según Dios, existen dos alternativas, una eternidad cerca de Él y una eternidad alejado de Él. Según la Biblia, la primera es el cielo, mientras que la segunda es el infierno. Según Su palabra, el hombre viene a esta tierra a tomar una decisión, a favor, o en contra de Él. Surge entonces la pregunta, ¿qué significa tomar una decisión a favor de Él?. Nuevamente, la Biblia tiene la respuesta a esto.
Dios espera que nosotros, orando, nos reconozcamos pecadores ante Él, que creamos que Jesús fue su hijo y murió en la Cruz por los pecados de cada uno de nosotros, y que nazcamos de nuevo, no de carne, sino de Espíritu.
¿Has cometido pecado?
Sea cual sea tu respuesta, Dios nos muestra que ante sus ojos, todos somos pecadores:
"Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno."(Romanos 3:10-12)
"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23)
Como vemos, para Dios no importan las obras que uno haya hecho. Todos hemos pecado. La consecuencia de esto es clara en la Biblia:
"y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte." (Santiago 1:15b)
"porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23a)
Dios no se refiere a una muerte física, sino a una espiritual. Esta muerte espiritual significa estar alejado de Dios. En esta condición, al morir una persona, ya no tiene más oportunidades para tomar una decisión, y su muerte espiritual se convierte en eterna.
"Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio," (Hebreos 9:27)
Sin embargo, Dios en su infinito amor por cada uno de nosotros, creó una salvación de esta muerte eterna, y esa salvación está en Su Hijo.
"Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su hijo." (1 Juan 5:11)
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, más tenga vida eterna." (Juan 3:16)
"porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23)
De esta manera, Dios ofrece limpiarnos de pecado. ¿Cómo? Aceptando el regalo que El nos da, que creamos que Cristo murió por nuestros pecados:
"quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24)
"porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." (Mateo 26:28)
"Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5)
De esta manera, Dios nos tiene este enorme Regalo, y lo único que tenemos que hacer para aceptarlo es creer en Él:
"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá."(Juan 11:25)
De esta forma, creyendo en el Señor, pasamos de muerte a vida, porque aceptamos que El ya pagó por todos nuestros pecados. Sin embargo, esta paga sólo se puede aceptar si uno verdaderamente se arrepiente de sus pecados, pues dice:
"Así que, arrepentios y convertios, para que sean borrados vuestros pecados.." (Hechos 3:19)
Dios nos dice que para "convertirse", del pecado a Dios, para que sean borrados los pecados, primero debe haber un arrepentimiento sincero.
Finalmente, Dios nos pide que nazcamos de nuevo. Jesús le dijo a Nicodemo:
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios." (Juan 3:3 )
"Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios." (Juan 3:5)
"No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo." (Juan 3:7)
También dijo:
"De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él." (Lucas 18:17 )
"y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos." (Mateo 18:3)
Dios nos pide que nos hagamos como niños; más exactamente, que nazcamos de nuevo, pero no de carne, sino de espíritu.
"Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." (Juan 3:6)
Pero ¿cómo es posible nacer de nuevo?
Dios nos da a entender la manera. Jesús dijo:
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20)
Jesús está a la puerta de tu corazón, y te está llamando. Si tu le abres, ¿a dónde entrará?. Jesús no dice que va a entrar a tu casa, ni a tu ciudad, ni a tu familia. Jesús promete entrar a ti. Tú debes tomar la decisión de dejarlo entrar, Él no va a entrar si tú no le abres tu puerta. Tú eliges.
Pero, ¿por qué es esto nacer de nuevo?. La respuesta es simple. Abrirle la puerta de tu corazón, que es sino recibirle en él. Y he aquí lo que Dios dice acerca de los que le reciben:
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;" (Juan 1:12)
Así es, al abrirle tu corazón, y recibirle en él, tú naces de nuevo, y pasas a ser un hijo de Dios. Pero recordemos que Dios pide un nacimiento espiritual. Si seguimos leyendo encontramos el tipo de nacimiento que experimentamos.
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." (Juan 1:12-13)
Si en el momento de recibir a Jesús en nuestro corazón, somos "engendrados por Dios", es evidente que este nuevo nacimiento que experimentamos es un "nacimiento de espíritu", tal como Él nos pide.
De esta manera, podemos "nacer de nuevo" y completar lo que Dios nos pide. Recordemos, como vimos al comienzo, que Dios espera que nosotros, orando, nos reconozcamos pecadores ante Él, que creamos que Jesús fue Su Hijo y murió en la Cruz por
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