EPISTEMOLOGIA

No podemos negar desde nuestro punto de vista la realidad de los seres humano, el deterioro físico y cognitivo al que nos lleva disfrutar del ciclo vital, nosotros no seremos ajenos a ese fin (si es que llegamos hasta allá), ahora bien, hemos escogido en nuestro proyecto de vida la psicología como profesión, y a lo largo de ese bello camino nos encontraremos con el fenómeno de la vejez; tendremos que diagnosticar situaciones sobre la tercera edad, pero esto nos llevara a concientizar no solo al individuo que afronta esta etapa vital, sino a los elementos humanos que conforman su entorno , sean familiares, cuidadores y hasta el mismo Estado como garante constitucional de los derechos de los ancianos, debemos apropiarnos de esa sensibilización crítica frente a la vejez, claro está que es desde la perspectiva de sus implicaciones psicológicas que debemos atenderla.

Un punto importante, son los cambios psicológicos que se dan en los individuos que llegan a la vejez, sin obviar también a quienes han de convivir con ella, debemos analizar de manera integral como el entorno influye en sus relaciones sociales, siendo este un periodo socialmente delicado y crítico, en donde la persona experimenta estados depresivos y desarreglos de personalidad, sintiéndose desplazados, ya que la sociedad coloca a la juventud como un indicador de funcionalidad, igualmente los mismos medios de comunicación muestran símbolos juveniles como los iconos de la sociedad, dejando a un lado inclusive, los valores con los que las personas de la tercera edad fueron criados, mostrando que el conocimiento sustituye rápidamente a la experiencia, esto los obliga a vincularse a unos cambios drásticos en su estilo de vida, en busca de la adaptabilidad del medio, ya que son consiente no la mayoría claro está, que todo lo que no cambia tiende a desaparecer, estas presiones someten al individuo a restructuraciones cognitivas, afectivas y de comportamiento, es ahí donde nuestra labor como profesionales nos obliga a conocer suficientemente el medio ambiente y los estilos de vida, para poder diseñar y aplicar una adecuada intervención educativa para que le individuo prevea un buen envejecimiento, reduciendo situaciones traumáticas y elevar así los correspondientes niveles de bienestar individual y colectivo.

Debemos abordar también la motivación del individuo de la tercera edad sobre el auto cuidado como estrategia para que tengan como meta ser saludables, realizando actividades en forma individual o colectiva, pero esto no implica solo el ámbito físico, sino también el mental, analizando lo que mínimamente necesita el ser humano, satisfacer las necesidades para su desarrollo psicosocial y para la construcción de una vida plena y satisfactoria, es en el fortalecimiento del autoestima, donde se debe ahondar pues el ser humano necesita sentirse útil, saberse capaz, considerarse digno, reconocido, apreciado, acogido, y perteneciente a algo y a alguien con quien se identifique. El autoestima está vinculada a un concepto positivo de sí mismo y en la vejez cobra importancia,

...