El Conclave
Enviado por adrianashawol • 16 de Mayo de 2013 • 3.360 Palabras (14 Páginas) • 307 Visitas
El cónclave es la reunión que celebra el Colegio cardenalicio de la Iglesia católica romana para elegir a un nuevo obispo de Roma, cargo que lleva aparejados el de papa (Sumo Pontífice y Pastor Supremo de la Iglesia católica) y el de jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
La Capilla Sixtina es el lugar donde se celebra el cónclave. Sus frescos son obra de Miguel Ángel y está considerada una de las máximas cumbres del arte mundial.
El término cónclave procede del latín “cum clavis" ("bajo llave"), por las condiciones de reclusión y máximo aislamiento del mundo exterior en que debe desarrollarse la elección, con el fin de evitar intromisiones de cualquier tipo. Este sistema de encerrar a los electores del Papa, vigente al menos desde el II Concilio de Lyon (1274), fue mitigado por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (UDG), sobre la Vacante Apostólica y la elección del nuevo Pontífice (22 de febrero de 1996). Se establece en ella que los electores pueden residir, mientras dura el cónclave, en la recién construida Casa de Santa Marta, una residencia al efecto en el propio Vaticano, pero manteniendo la rigurosa prohibición de cualquier clase de contacto con el mundo exterior.
Desde hace siglos, los cónclaves tienen lugar en la Capilla Sixtina, dentro del complejo del Vaticano.
HISTORIA DEL CÓNCLAVE
En 1271 la elección que finalizó con la asignación de Gregorio X en Viterbo llevaba durando más de dos años y nueve meses; fue entonces cuando las autoridades locales, cansadas del retraso, cerraron a los Cardenales dentro de límites estrechos y así aceleraron la deseada elección (Reinaldo, Anales Eclesiásticos, Año del Señor de 1271). El nuevo Papa resolvió solucionar para el futuro retraso tan escandaloso dando una ley del cónclave que promulgó en quinta sesión del Segundo Concilio de Lyon en 1274. Es la primera ocasión en la que encontramos la palabra “cónclave” en relación con las elecciones Papales.
Cuando un Papa moría, los Cardenales que estaban con él habían de esperar diez días por sus hermanos Cardenales ausentes. Entonces, cada uno con un solo sirviente, laico o clérigo, debían congregarse en el palacio donde el Papa estaba en su muerte, o, si eso fuera imposible, la ciudad más cercana que no estuviera bajo interdicción, en la casa del obispo o algún otro lugar conveniente.
Todos habían de reunirse en un cuarto (cónclave), sin separaciones ni ventanas, y vivir en común. Este cuarto y otra cámara aparte a la que podrían ir libremente, habían de estar cerradas de tal manera que nadie pudiera entrar o salir sin ser visto, ni hablar en secreto con cualquier Cardenal.
Y si alguien de fuera tenía algo para comunicar, debía ser del asunto de la elección y con el conocimiento de todos los Cardenales presentes. Ningún Cardenal podía mandar mensaje alguno fuera, verbal o escrito, bajo pena de excomunión. Habría una ventana a través de la cual podrían recibir la comida. Si a los tres días los Cardenales no llegaban a una decisión, durante los próximos cinco días recibirían sólo un plato a mediodía y en la noche. Si estos cinco días pasasen sin una elección, sólo recibirían pan, vino y agua. Durante la elección ellos no podrían recibir nada de la tesorería Papal, ni encargarse de otros asuntos, a menos que fuera una necesidad urgente que pusiera en peligro a la Iglesia o a sus posesiones.. Si algún Cardenal rechazaba entrar, o dejaba el enclaustramiento por otra razón que no fuera la enfermedad, la elección había de seguir sin él. Pero si recuperaba la salud podría reingresar en el cónclave y continuar el asunto donde lo encontrara.
Bonifacio VIII confirmó la acción de su predecesor y ordenó que la "Ubi Periculum" de Gregorio X fuera incorporada al Derecho Canónico (c. 3, en VI°, I, 6), dado que en el tiempo todas las elecciones Papales habían tenido lugar en cónclave. El Papa Gregorio XI en 1378 autorizó a los Cardenales (sólo para esa ocasión) a proceder a una elección fuera de cónclave, pero ellos no lo hicieron.
El Concilio de Constanza (1417) modificó las reglas del cónclave en tal grado que los Cardenales de las tres "obediencias" tomaron parte en él, así como seis prelados de cada una de las cinco naciones.
Inicio del Cónclave
Las normas de la UDG sobre la celebración del Cónclave amplían por primera vez el ámbito en que transcurrirá la vida de los Cardenales mientras dure la elección del nuevo Papa. El proceso electoral mismo se mantiene, como es tradición, dentro de los límites de la Capilla Sixtina, pero se incorporan tanto la Casa de Santa Marta, residencia vaticana de reciente creación, como las capillas para las celebraciones litúrgicas, las áreas por donde deban desplazarse los cardenales para ir de un punto a otro, e incluso los mismos jardines vaticanos, donde pueden pasear y descansar. Sin embargo, se mantiene en pie la prohibición de todo contacto con el mundo exterior (televisión, prensa, radio, teléfono, correspondencia, Internet…), y nadie no autorizado puede acercarse a los cardenales o hablar con ellos mientras dura el Cónclave. En el de 2005 se procedió, incluso, a efectuar un barrido electrónico para detectar cualquier posible mecanismo transmisor o receptor camuflado en el ámbito de la clausura, y se colocó un aparato que restringía las señales de radio dentro de la Capilla Sixtina y lugares las áreas próximas a ella.
La Universi Dominici Gregis aclara los motivos de esta reclusión cardenalicia: salvaguardar a los electores de la indiscreción ajena y de los intentos de afectar a su independencia de juicio y libertad de decisión, así como garantizar el recogimiento que exige un acto tan vital para la Iglesia entera.
El día señalado por la Congregación General de Cardenales (entre 15 y 20 tras el fallecimiento del Pontífice), tiene lugar por la mañana una solemne misa votiva “Pro eligiendo pontífice” (para la elección del Pontífice), normalmente presidida por el Cardenal Decano, en la que se pide a Dios que ilumine las mentes de los electores.
Ya por la tarde, los cardenales, reunidos en la Capilla Paulina, se encaminan en procesión solemne a la Capilla Sixtina –debido a unas obras en curso, el Cónclave de 2005 partió de la Capilla de las Bendiciones– cantando las letanías de los Santos de Oriente y Occidente. Una vez llegados a la Capilla Sixtina, los electores entonan a coro el “Veni Creator”, oración con la que se invoca al Espíritu Santo, y proceden a prestar juramento solemne de guardar las normas que rigen el Cónclave, cumplir fielmente el ministerio petrino en caso de ser elegidos, y mantener el secreto de todo cuanto se refiera a la elección del nuevo Pontífice.
Una
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