El Coran. Mahoma
Enviado por kmusalfa • 11 de Noviembre de 2012 • Monografía • 46.511 Palabras (187 Páginas) • 506 Visitas
EL CORÁN 1
Mahoma
SURA PRIMERO 2
Dado en la Meca. 7 versiculos
En nombre del Dios clemente y misericordioso 3
1. Loa a Dios, dueño del universo 4,
2. El clemente, el misericordioso,
3. Soberano en el dia de la retribución.5
4. A ti es a quien adoramos, de ti es de quien imploramos so¬corro.
5. Dirígenos por el camino recto 6,
6. Por el sendero de aquellos a quienes has colmado con tus beneficios 7,
7. No por el de aquellos que han incurrido en tus iras ni por el de los que se extravían.8
SURA II
LA VACA 1
Dado en Medina. 286 versículos
En nombre del Dios clemente y misericordioso
1. A. L. M. 2 He aquí el libro que no ofrece duda; él es la di¬rección de los que temen al Señor;
2. De los que creen en las cosas ocultas 3 y de los que obser¬van puntualmente la oración y hacen larguezas con los bienes que nosotros les dispensamos;
3. De los que creen en las revelaciones enviadas de lo alto a ti y ante ti 4; de los que creen con certeza en la vida futura.
4. Ellos solos serán conducidos por su Señor; ellos solos se¬rán bienaventurados.
5. En cuanto a los infieles, les es igual que les hagas o no ad¬vertencias: no creerán.
6. Dios ha puesto un sello en sus corazones y en sus oídos; sus ojos están cubiertos por una venda y les espera el castigo cruel.
7. Hay hombres que dicen: Creemos en Dios y en el día fi¬nal, y, sin embargo, no son del número de los creyentes.
8. Procuran engañar a Dios y a los que creen; pero sólo se en¬gañarán a sí mismos, y no lo comprenden.
9. Un achaque tiene su asiento en sus corazones 5, y Dios no hará más que acrecentarlo; le está reservado un doloroso castigo, porque han tratado de embusteros a los profetas.
10. Cuando se les dice: No cometáis desórdenes en la tierra 7, ellos responden: Lejos de eso, introducimos en ella el buen orden.
11. ¡Ay! cometen desórdenes, pero no lo comprenden.
12. Cuando se les dice: Creed, creed como creen tantos otros, responden: ¿Hemos de creer como creen los necios? ¡Ay! ¡Ellos mismos son los necios; pero no lo comprenden!
13. Si hallan creyentes, dicen: Somos creyentes; pero desde el momento en que se han unido en secreto a sus tentadores 8, di¬cen: Estamos con vosotros y nos reímos de aquéllos.
14. Dios se reirá de ellos; les hará persistir largo tiempo en su rebelión yendo errantes a inseguros de aquí allá.
15. Ellos son los que han comprado el error con la moneda de verdad; pero su comercio no les ha aprovehado; ya no se diri¬gien por la senda recta.
16. Se asemejan al que ha encendido fuego: cuando el fuego ha difundido su claridad sobre los objetos que le rodean y cuan¬do Dios lo quita de pronto, dejándolos en las tinieblas, no pue¬den ver.
17. Sordos, mudos y ciegos, no pueden ya volverse atrás 9.
18. Se parecen a los que, cuando cae de lo alto de los cielos una nube cargada de tinieblas, de truenos y de rayos, se tapan los oídos con los dedos a causa del estrépito del trueno y por temor a la muerte, en tanto que el Señor envuelve por todas partes a los in-fieles.
19. Poco falta para que el rayo los prive de vista; cuando el rayo brilla, caminan a favor de su claridad, y cuando los sume en las tinie¬blas, se detienen. Si Dios quisiese, les quitaría la vista y el oído, pues es omnipotente. ¡Oh hombres! 10, adorar a vuestro Señor, al que os ha crea¬do, a vosotros y a los que os han antecedido. Temedme.
20. Dios es el que os ha dado la tierra por lecho y el que ha cons¬truido los cielos como un edificio sobre vuestras cabezas; él es el que hace descender el agua de los cielos y el que hace germinar con ella los fru¬tos destinados a alimentarnos. No atribuyáis socios a Dios. Ya lo sabéis.
21. Si tenéis dudas sobre el libro que hemos enviado a nuestro ser¬vidor, producid un capítulo que sea al menos semejante a los que con¬tiene éste, y si sois sinceros, llamad vuestros testigos a aquellos a quie¬nes invocáis al lado de Dios 11.
22. Mas si no lo hacéis, y seguramente no lo haréis, temed el fuego preparado para los infieles, el fuego cuyo alimento serán los hombres y las piedras.
23. Anuncia a los que creen y practican las buenas obras que ten¬drán por morada jardines regados por corrientes de agua. Cada vez que tomen algún alimento de los frutos de estos jardines, exclamarán: He aquí los frutos con que nos alimentábamos en otro tiempo 13; pero sólo tendrán apariencias 14. Allí hallarán mujeres exentas de toda mancha y allí permanecerán eternamente.
24. Dios no se avergüenza de ofrecer como parábola, ora un mos¬quito, ora algún otro objeto más elevado 15. Los creyentes saben que la verdad les proviene de su Señor; pero los infieles dicen: ¿Qué es lo que ha querido decirnos Dios al ofredernos eso como objeto de compara¬ción? Con tales parábolas extravía a los unos y dirige a los otros. No, los únicos extraviados serán los perversos.
25. Los perversos que rompen el pacto del Señor concluido ante¬riormente, que separan lo que Dios había ordenado que se mantuviese unido, que cometen desórdenes en la tierra: éstos son desventurados. 16
26. ¿Cómo podéis ser ingratos para con Dios, vosotros que esta¬bais muertos y que recibisteis de él la vida, para con Dios, que os hará morir, que luego os hará revivir de nuevo y junto al cual volveréis al¬gún día?
27. Él es el que ha creado para vosotros todo lo que existe en la tierra; terminada esta obra, se dirigió con firmeza hacia el cielo y formó con toda perfección siete cielos, él que entiende de estas cosas.17
28. Cuando Dios dijo a los ángeles: Voy a establecer un vicario en la tierra, los ángeles respondieron: ¿Vas a colocar en la tierra un ser que cometerá desórdenes y derramará la sangre, mientras que nosotros cele¬bramos tus alabanzas, te golorificamos y proclamamos sin cesar tu santi¬dad? Yo sé, respondió el Señor, lo que vosotros no sabéis.
29. Dios enseñó a Adán los nombres de todos los seres, y luego, llevándolos a la presencia de los ángeles, les dijo: Nombrádmelos, si sois sinceros.
30. ¡Alabado sea tu nombre!, respondieron los ángeles, nosotros no poseemos más ciencia que la que tú nos has enseñado; tú eres el sa¬bio, el prudente.
31. Dios dijo a Adán: Enséñales los nombres de todos los seres, y cuando él (Adán) lo hubo hecho, el Señor dijo: ¿No os he dicho que conozco el secreto de los cielos y de la tierra, lo que hacéis a la luz del día y lo que ocultáis?
32. Cuando ordenamos a los ángeles adorar a Adán, todos lo ado¬raron,
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