Enciclicas
Enviado por Gabii1993 • 23 de Junio de 2013 • 804 Palabras (4 Páginas) • 261 Visitas
1. Hay que darse prisa. Muchos hombres sufren y aumenta la distancia que separa el progreso de los unos del estancamiento y aun retroceso de los otros. […] Es cierto que hay situaciones cuya injusticia clama al cielo. Cuando poblaciones enteras, faltas de lo necesario, viven en una total dependencia que les impide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promoción cultural y de participación en la vida social y política, es grande la tentación de rechazar con la violencia tan graves injurias contra la dignidad humana. (Pablo VI, Populorum Progressio, No 29-30)
Problema:
El hombre se enfrasca en los problemas y excusas, perdiendo la iniciativa y no haya solución.
Solución:
Dejar a un lado las excusas y avanzar sin pérdida de tiempo.
2. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los hombres de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la Salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia. (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, No 1)
Problema:
Diferentes situaciones lamentables que vive el hombre.
Solución:
Con todas las situaciones tristes que vive la humanidad, la Iglesia tiene claro que no hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón, es por eso, que para la Iglesia son gozos y esperanza ya que se solidariza del ser humano y de su historia.
3. En la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social.
[…] En un momento en que el desarrollo de la vida económica, con tal que se le dirija y ordene de manera racional y humana, podría mitigar las desigualdades sociales, pero, con demasiada frecuencia, trae consigo un endurecimiento de ellas y a veces hasta un retroceso en las condiciones de vida de los pobres. Mientras muchedumbres inmensas carecen de lo estrictamente necesario, algunos, aun en los países menos desarrollados, viven en la opulencia o malgastan sin consideración. El lujo pupula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplísimo de decisión, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana. (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, No 63)
Problema:
Desigualdades
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