Ensayo Sobre Vida Y Obra De Santa Clara De Asís
Enviado por elialeona • 29 de Abril de 2013 • 4.391 Palabras (18 Páginas) • 1.167 Visitas
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “SAN MARTÍN DE PORRES”
MADRES DOMINICAS – EL PORVENIR
CONCURSO ESCOLAR
“LIDERAZGO DE SANTA CLARA EN SUS 800 AÑOS
DE PRESENCIA CARISMÁTICA”
TEMA: CLARA DE ASÍS
INTEGRANTES:
DOCENTE: Lic. Elia Angelita León Plasencia
ALUMNAS: Cortegana Aranda, Margarita
Cueva Castillo, Katherin
Infantes Delgado, Amy
Urrutia Quispe, Lucía
AÑO: 5to
NIVEL: SECUNDARIO
Trujillo, julio de 2012
PRESENTACIÓN
En el marco de la celebración de los ochocientos años de la Consagración de Clara de Asís, resulta gratamente sorprendente, en nuestra calidad de alumnos de Secundaria, conocer y analizar la trascendencia de la vida y obra de esta Santa.
En el presente trabajo, producto de gran esfuerzo y empeño, pretendemos determinar, desde nuestra humilde perspectiva, las diferentes facetas de la vida de Clara de Asís y sus repercusiones didácticas en nuestra vida.
Brindamos nuestro sincero agradecimiento a las Hermanas Clarisas por la organización de este certamen que nos ha permitido conocer y valorar a Santa Clara de Asís.
Dejamos, pues, este ensayo en vuestras manos a fin de ser revisado y observado por vuestro acertado criterio.
Las autoras.
“Clara de Asís es el faro luminoso que en medio de tantas opiniones y criterios, nos muestra la claridad y la verdad de Jesucristo y su evangelio”
Hay pocas personas que llegan a ejercer influencia tal en su entorno que son capaces de cambiar vidas, transformar conductas, enmendar senderos encaminándolos al bien y acercar almas a Dios. Tales son llamados apóstoles. Clara de Asís es, sin duda, el Apóstol de la luz que desde hace ochocientos años viene iluminado el mundo mostrándonos a Cristo.
Analicemos las diferentes facetas de esta Santa que a pesar de haber nacido hace tantos años sigue vigente en nuestros días.
1. Clara de Asís: sierva escogida
Clara de Asís nació hacia fines del siglo XII, en la ciudad italiana de Asís (región de Umbría), en el seno de una familia aristocrática. Decimos que es una sierva escogida pues Dios la predestinó desde antes de su nacimiento para ser la luz que ilumine al mundo. Su madre Ortolana era una mujer de mucha virtud y piedad cristiana, y a ella el Señor le reveló que de su vientre nacería una brillante luz que habría de iluminar al mundo entero. Fue por ello que en su bautismo recibió el nombre de Clara el cual denota dos significados a la vez: resplandeciente y célebre. Asimismo, según se testificó con juramento en el proceso de su canonización, Clara desde muy pequeña mostró inclinación hacia la virtud, la oración y la caridad.
Dios también nos ha llamado a nosotros a ser hijos suyos, al igual que Clara. “Te puse nombre, mío eres tú”. Como hijos predestinados debemos prestar atención a su llamado de acercar nuestra vida a Él, a servirle, en el lugar y circunstancia que nos encontremos, sin necesidad de pertenecer a una orden religiosa o de vivir en un monasterio.
2. Clara de Asís: mártir de la fe
Consideramos que Clara de Asís es mártir de la fe pues pese a sus escasos años nació en ella el ferviente deseo de consagrase a Dios al escuchar los discursos de Francisco de Asís, joven predicador, celoso, apasionado y piadoso que clamaba ayuda para reconstruir la Iglesia de San Damián, cantando, según testimonio de Santa Clara: “Venid y ayudadme en la obra de este monasterio de San Damián, porque con el tiempo habitarán e él unas dueñas por cuya vida famosa y santa se dará gloria al padre celestial”.
Cuando aún contaba con dieciocho años, Clara tomó la valiente decisión de dejar todo para consagrase al servicio de Cristo. La noche después del Domingo de Ramos de 1212, Clara, huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula, allí ante la imagen del Cristo de san Damián, ratificó su renuncia al mundo «por amor hacia el santísimo y amadísimo Niño envuelto en pañales y recostado sobre el pesebre». Cambió sus relumbrantes vestiduras por un sayal tosco, semejante al de los frailes entrando así a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Es allí donde deja ver esa faceta de mártir pues pasa grandes penalidades no sólo cuando sus familiares enterados de su huida y paradero fueron a buscarla al convento, sino en la negativa para regresar a casa y posteriormente acompañando en el sufrimiento a su hermana Inés quien a los pocos días siguió sus pasos.
Asimismo se puede ver que Clara, a lo largo de su vida no tuvo ningún miramiento en sufrir por causa de Dios, al contrario, todo lo hacía con gran esmero y auténtico fervor y amor a su divino esposo.
Como cristianos tenemos la gran responsabilidad de ser baluartes de nuestra fe católica, de ser testimonio vivo, de imitar el ejemplo de Cristo; tal vez no podamos hacerlo en la dimensión que Clara lo hizo, pero desde nuestro rol de estudiantes o maestros podemos predicar el amor divino en cada conducta diaria, en cada palabra y gesto que brindemos. Y si hay que sufrir por el “Qué dirán”, aceptemos con gusto las críticas que puedan hacernos pues Cristo es nuestra mejor recompensa. Eso es lo que Clara nos enseñó con su ejemplo de vida.
3. Clara de Asís: mujer ilustrada
Clara de Asís, a pesar de la época medieval en que vivió, y con las limitaciones a que ello conllevaba, incluyendo su condición de mujer, demostró ser una persona inteligente y culta; así lo revelaba su modo de tratar a las personas, a las autoridades eclesiales, su capacidad de liderazgo, su predilección por la lectura de ciertos escritores selectos como Adán de Oxford; y, sobre todo, lo demuestran sus escritos, en los cuales, empezó a difundir sus ideales y pensamientos cristianos. Por ejemplo, en las Cartas a Inés de Praga, a quien considera como su hija y hermana espiritual, Clara, desde su propia experiencia cristiana, le va mostrando con un estilo rico en imágenes y alusiones, el derrotero para la vida religiosa, tomando como base la alianza nupcial con Cristo.
Podemos afirmar que la cultura religiosa y teológica de Clara provenía no sólo de su educación en la casa paterna,
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