Fortalecer El Carácter De Los Hijos Mediante Creencias Y Virtudes

El otro día leí una noticia sobre el incremento de suicidios en menores de 15 años y el resultado de un estudio revelaba que muchos niños deciden quitarse la vida sin realmente desear morir, lo que realmente quieren es desaparecer mientras el problema se resuelve. Las principales causas son porque muchos adolescentes no saben manejar sus emociones, sentimientos y/o problemáticas a las que se enfrentan.

¿Qué debemos hacer nosotras como madres? A mí punto de vista lo primordial es fortalecer el carácter mediante creencias y virtudes.

Creencias: tenemos que enseñarles a nuestros hijos a creer en sí mismos y que crean en un fin.

• Creer en uno mismo, si nuestros hijos no creen en sí mismos, difícilmente tendrán la capacidad de enfrentarse a los retos actuales que vivimos, como madres debemos ayudarles a descubrir y a confiar en sus talentos, a descubrirse como seres únicos e irrepetibles . La biblia dice:

“Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes” Rom 12:6

Dios desea que ayudemos a nuestros hijos a desarrollar su potencial al máximo, él los hizo con talentos y dones únicos, no son copias, y todo lo que nuestros hijos hacen tiene un toque exclusivo y único que nadie podrá repetir. No debemos permitir que duden de su capacidad que Dios les asigno.

• Creer en un fin es tener un para qué, lo que será la fuerza motriz de nuestros hijos, lo que les empuje a enfrentar la vida con un significado, porque si no tiene un fin, chocaran contra el obstáculo y se frenaran.

“Quien tiene un para qué, puede soportar cualquier como” (Nietzsche).

Sabemos que hay obstáculos pero estamos dispuestos a luchar por conseguir y lograr nuestro fin.

Virtudes: el valor se hace bueno cuando sale de sí mismo, cuando busca el bien de otro, es ahí cuando se convierte en virtud.

Para distinguir entre virtud y valor, tenemos las siguientes definiciones.

• Valor: se refiere a una excelencia o una perfección, son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. Están orientados al crecimiento personal por un convencimiento intelectual, por ejemplo sabemos que si mantenemos ordenadas nuestras cosas, podremos encontrarlas con mayor facilidad cuando las busquemos.

• Virtud: son hábitos buenos que nos llevan a hacer el bien. Son un medio eficaz para colaborar con Dios, pues implican que hemos decidido libre y voluntariamente hacer el bien, es decir a cumplir con el plan de Dios. La virtud permite a la persona no solo hacer el bien, sino a dar lo mejor de sí misma.

A diferencia de los valores, las virtudes están orientadas directamente a un bien espiritual, y nos hacen crecer como personas a imagen de Dios.

Un ejemplo para distinguir el valor del servicio y la persona que tiene la virtud del

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