Hacia Un Mundo Mejor
Enviado por Pizarro96 • 18 de Diciembre de 2014 • 1.872 Palabras (8 Páginas) • 243 Visitas
TEMA IV: HACIA UNA NUEVA CULTURA A FAVOR DE LA PERSONA
HAVELOCK investiga el sentido de las críticas que Platón dedica a la épica homérica y la tragedia clásica en República. A menudo se suelen interpretar esas críticas como meras extravagancias que interrumpen la coherencia del discurso metafísico y político de República. Sin embargo, Havelock demuestra que son esenciales para comprender el sentido último de la obra maestra del filósofo.
En República, cuando Platón combate a los poetas y a los trágicos no está atacando lo que nosotros entendemos por arte sino algo muy distinto. Homero representaba para los griegos una enciclopedia legal, técnica y religiosa que les otorgaba identidad como pueblo a pesar de estar geográficamente dispersos. La transmisión de tal identidad tenía que realizarse oralmente. De ahí la necesidad del verso e incluso de la música y la danza que lo acompañaban: la musa homérica era Mnemosyne. La transmisión oral de una cultura entera requería que el espectador u oyente se identificase, casi como si cayese en un trance hipnótico (mímesis), con el discurso del poeta. El éxito del político dependía no sólo de su habilidad como guerrero sino de su capacidad retórica para expresarse usando también el verso, pues de ese modo las nuevas leyes podían calar profundamente en la memoria de su pueblo.
Cuando a lo largo del s. V a. C. se hizo real la posibilidad tecnológica de evolucionar desde una cultura oral a otra escrita es el momento en el que emergen las críticas de Platón a la poesía. La introducción generalizada del alfabeto, la conservación del conocimiento y la identidad griega mediante la escritura, hacían innecesaria la educación homérica a través de la mímesis, de la memorización e interiorización de los personajes de Homero. Platón introducía en escena al pensador crítico, racional, al filósofo. Este ya no se deja hipnotizar por poetas y trágicos sino que somete sus bellas palabras al tribunal de la razón. Esta es una buena perspectiva para comprender todo el novedoso discurso de Platón acerca del alma, de la solidez de un yo (psyché) separado del objeto de conocimiento.
Platón anuncia una nueva paideia, un nuevo modelo educativo basado en la escritura. Esta implica, no el abandono del yo que acompaña al trance de la mímesis, sino la existencia de un alma racional distanciada de su objeto. Este objeto de conocimiento, además, ya no puede estar relacionado con la forma épica, hecha de historias y leyendas, con el devenir, lo que simultáneamente es y no es, sino que ha de fijarse sobre un novedoso objeto estático e intemporal, que Platón llamará Formas o Ideas.
Entre Homero y Platón dos siglos de pensamiento que suelen caer bajo la etiqueta de presocráticos. Havelock observa en ellos cierta naturaleza esquizofrénica: su voluntad es la de sustraerse a la mímesis homérica, abandonar el universo de la opinión (doxa) y adentrarse en el mundo del ser, pero su lenguaje es todavía el de la poesía. De ahí la belleza mística de sus palabras.
Prefacio a Platón es un texto imprescindible para una comprensión adecuada del papel de la poesía en el mundo griego y del sentido de las críticas de Platón a la misma.
PLATÓN también en este tema, fuera del libro de HAVELOCK, se plantea dos metas: la afirmación de una personalidad autónoma pensante (sujeto), y la afirmación de un área de conocimiento (obejeto), que ha de ser abstracta.
Yéndonos a otro tema, Platón señala que la mímesis es solo la apariencia sensorial de las imágenes exteriores de las cosas, que constituyen el mundo opuesto al de las ideas. Esta imitación de la realidad, solo es una copia de la copia del mundo de las ideas. Por consiguiente, Platón renuncia a la imitación (mimesis) del mundo para adoptar el relato (lexis), en tanto este es la narración de la historia (diégesis), sin la presentación de los personajes, a través de un modelo de imitación de un acontecimiento a través de palabras. Por el contrario, para Aristóteles, no cabe la imitación del mundo ideal, en la Poética, la mímesis y su función imitativa es el modo esencial del arte para representar a la acción humana. Destacando, por este motivo, la función del poeta como el reconstructor de la fábula, a través de la imitación efectuada por los personajes en acción.
En efecto, dice Lledó, “el objetivo del diálogo es mostrar cómo el rapsoda no sabe hablar de Homero en virtud de una técnica o una ciencia (τέχνη καὶ ἐπιστήμη)2”, pues, según dice Platón, “es una cosa leve, alada y sagrada el poeta, y no está en condiciones de poetizar antes de que esté endiosado, demente, y no habite ya más en él la inteligencia (νοῦς)3”.
Se trata, en efecto, de reprochar al discurso poético el que sea incapaz de dar cuenta a través de unlógos, del modo efectivo en que ha llegado a su arte.
Sin embargo, “el sofisma de Platón es clarísimo. En primer lugar, al aducir una serie de pasajes, referidos todos a técnicas particulares que nada tienen que ver con la poesía, cuando precisamente el juicio sobre ésta no radica en la exactitud de esas descripciones de técnicas, que caen fuera del menester poético.” Pero es justamente en el hecho de que Platón no se pregunte por algo así como una “naturaleza” del discurso poético, donde no debemos encontrar un error o un despiste, sino la intención fundamental, no sólo del Ion, sino de casi todo el embate platónico hacia la poesía: la desacreditación de la ésta como educadora, pues es consciente de que una investigación que interrogara sobre lo poético mismo, daría como resultado un análisis
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