Humanae Vitae

“HUMANAE VITAE” (S.S Pablo VI, 1968)

Esta encíclica nos habla sobre la regulación de la natalidad, y el verdadero sentido del matrimonio, que en estos últimos tiempos se ha ido distorsionando.

La iglesia da una doctrina coherente sobre la naturaleza del matrimonio, así como el uso correcto de los derechos y obligaciones de esposos. La iglesia hizo un análisis concreto sobre de este tema, basado en estudios especiales con personas de distintas disciplinas, esposos y basada también en documentos, con lo que llegaron a conclusiones ciertas, que van acorde con los principios de la iglesia.

La iglesia no está de acuerdo con el aborto (en razones terapeúticas está permitido pero solo si no se hace con la intención directa de afectar al concebido), las formas de esterilización temporal o perpetua, y toda acción que en previsión, en su realización, o desarrollo de sus consecuencias naturales haga imposible la procreación. Más si permite el método natural como medio para espaciar los nacimientos, pero a condición de que luego se de la fecundación.

Estas vías ilícitas de regulación también hacen más propensos a los hombres a que lleven una vida de libertinaje, así como también se va perdiendo el respeto a la mujer tratándola y reduciéndola como un instrumento de goce y satisfacción.

En cuanto al matrimonio la doctrina de la iglesia busca fortalecer los lazos de amor entre los cónyuges y el respeto mutuo, dándoles a conocer unos principios que van de acuerdo a su naturaleza, y de esta forma cambiando también ordena a que cambie el mundo.

Esta encíclica nos da una reflexión para que la humanidad sea mejor, cumpliendo con sus principios y de esa manera acercándonos más a Dios cumpliendo el plan de vida que tiene para cada uno. También nos orienta también con una paternidad responsable, así como a una verdadera educación en valores que sea transmitida de generación en generación.

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