Introduccion A La Lectio Divina (Lectura Orante De La Biblia)
Enviado por Legnaarl • 13 de Agosto de 2014 • 3.749 Palabras (15 Páginas) • 645 Visitas
INTRODUCCIÓN A LA LECTIO DIVINA
P. Angel Antonio Recinos Lemus
Para uso interno de la Parroquia Santiago Apóstol
Mataquescuintla, Diócesis de Jalapa. Agosto 2014.
La Iglesia "recomienda insistentemente a todos sus fieles... la lectura asidua de la Escritura para que adquieran 'la ciencia suprema de Jesucristo' (Flp 3, 8)... Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues 'a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras' (San Ambrosio, off. 1, 88)" (DV 25).
Catecismo de la Iglesia Católica 2653
Introducción a la Lectio Divina
Contenido
¿Qué es la Lectio Divina?
Pasos de la Lectio Divina
1. Preparación La Palabra esperada.
2. Lectura La Palabra escuchada.
3. Meditación La Palabra comprendida.
4. Oración Mi palabra responde a la Palabra.
5. Contemplación La Palabra encarnada. Epifanía.
6. Acción La Palabra en acción.
¿Qué es la Lectio Divina?
La lectura orante de la Biblia o Lectio Divina es una lectura, individual o comunitaria, de un pasaje bíblico, recibido como Palabra de Dios, que se desarrolla bajo la moción del Espíritu en meditación, oración y contemplación. Es el Espíritu Santo quien hace de guía en la lectura. El Padre envía el Espíritu y enseña todas las cosas y recuerda todo lo que el Hijo ha dicho (ver Jn 14,26). Jesús quiere abrir nuestra inteligencia para que comprendamos las Escrituras (Lc 24,45), Él nos da su Espíritu. Nosotros ofrecemos un oído y un corazón atentos a su Palabra.
La lectio divina es el ejercicio de un corazón dispuesto para el encuentro con Dios a través de la Palabra. Es un ejercicio de lectura y de oración. La Lectio es el proceso por medio del cual la Escritura pasa de la letra al Espíritu que da vida (ver 2 Cor 3,6).
• Lectio divina quiere decir lectura divina. Otros traducen lectura orante. Indica la práctica de la lectura de la Biblia, que los cristianos hacen para alimentar su fe, su esperanza, su amor y su compromiso.
• La LECTIO DIVINA es la lectura creyente y orante de la palabra de Dios, hecha a partir de la fe en Jesús, que dijo: El Espíritu les recordará todo lo que les dije y los introducirá en la verdad plena (Jn 14,26; 16,13).
• La expresión LECTIO DIVINA procede de Orígenes: es absolutamente necesario orar para comprender las cosas divinas.
• En torno a la palabra de Dios escuchada, meditada y rezada surgió y se organizó la vida monástica del desierto. Las reglas monásticas de Pacomio, Agustín, Basilio y Benito hacen de la lectura de la Biblia, del trabajo manual y de la liturgia la triple base de la vida religiosa.
La sistematización de la LECTIO DIVINA en cuatro gradas se realizó en el siglo XII. Hacia el 1150, Guigo, un monje cartujo, escribió un librito llamado La Escalera de los Monjes:
La lectura es el estudio asiduo de las Escrituras, hecho con espíritu atento. La meditación es una diligente actividad de la mente que, con ayuda de la propia razón, busca el conocimiento de la verdad oculta. La oración es el impulso fervoroso del corazón hacia Dios, pidiéndole que aparte los males y conceda las cosas buenas. La contemplación es una elevación de la mente sobre sí misma que suspendida en Dios, saborea las alegrías de la dulzura eterna.
• Guigo:
Resolvimos compartir con ustedes algunas de nuestras reflexiones sobre la vida espiritual. Pues ustedes conocen esta vida por experiencia, mientras que nosotros la conocemos más por el estudio teórico. Así, ustedes podrán ser jueces y correctores de nuestras consideraciones.
• Mediante la LECTIO DIVINA procuramos alcanzar lo que dice la Biblia: La palabra de Dios está muy cerca de ti: en tu boca y en tu corazón, para que la pongas en práctica (Dt 30,14). En la boca, por la lectura; en el corazón, por la meditación y la oración; en la práctica, por la contemplación.
• El objetivo de la LECTIO DIVINA es el mismo de la Biblia: Comunicar la sabiduría que lleva a la salvación por la fe en Jesucristo (2 Tim 3,15); instruir, refutar, corregir, formar en la justicia y, así, preparar al hombre de Dios para toda obra buena (2 Tim 3,16-17); proporcionar perseverancia, consuelo y esperanza (Rom 15,4); ayudarnos a aprender de los errores de los antepasados (cf. 1 Cor 10,6-10).
• La LECTIO DIVINA supone algunos principios, siempre presentes en la lectura cristiana de la Biblia:
• La unidad de la Escritura. La Biblia tiene una gran unidad, donde cada libro, cada frase, tiene su lugar y función para revelarnos el proyecto de Dios. Sus diversas partes son como ladrillos de una pared inmensa: juntos forman el dibujo del proyecto de Dios. El principio de la unidad de la Escritura prohibe aislar los textos, arrancarlos de su contexto y repetirlos como verdades aisladas y absolutas. Un ladrillo solo no hace la pared. Un solo trazo no hace el dibujo. La Biblia no es un camión de ladrillos, sino una casa donde se puede vivir.
• La actualidad o encarnación de la palabra de Dios. La Biblia es el reflejo de aquello que nosotros mismos estamos viviendo, es el espejo de lo que nos pasa en la vida y en el corazón de todos. La Biblia se encarna en el pasado y también en el hoy para poder estar con nosotros y ayudarnos a enfrentar los problemas y a realizar las esperanzas: Ojalá oyésemos hoy su voz (Sal 95,7).
• La fe en Jesucristo, vivo en la comunidad. Jesús es la clave de lectura que hacemos. La lectura hecha en comunidad hace que la Biblia, tradición y vida formen una unidad viva.
• La LECTIO DIVINA tuvo un principio sencillo:
a) leer y releer hasta conocer bien lo que está escrito;
b) repetir de memoria, en voz alta, lo que fue leído y comprendido, y rumiarlo hasta que de la boca y la cabeza pase al corazón y entre en el ritmo de la propia vida;
c) responder a Dios en la oración y pedir que nos ayude a practicar lo que su palabra nos pide;
d) el resultado es una nueva luz en los ojos que permite saborear la palabra y observar el mundo de manera nueva. Con esa luz en los ojos, se comienza, nuevamente, a leer, a repetir, a responder a Dios, y así sucesivamente… Un proceso que no termina nunca, retorna siempre, pero nunca se repite tal cual.
Hay tres preguntas sencillas y claves que orientan el proceso de la Palabra que inicialmente es oída, luego apropiada y finalmente
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