Jesus De Nazaret
Enviado por 152A • 17 de Abril de 2015 • 6.418 Palabras (26 Páginas) • 216 Visitas
¿Quién es Jesús?
Hay personas que pasan por la vida y apenas dejan huella, y a los pocos años de su muerte casi nadie los recuerda, con ellos o sin ellos, la vida sigue su curso normal. Jesús de Nazaret no es una persona de esas, dejó una profunda huella en muchos de sus contemporáneos.
Durante los casi veinte siglos que han transcurrido desde su muerte, millones de hombres y mujeres lo han tenido presente en sus vidas y se han esforzado en vivir como él vivió, servir a quienes él sirvió; al Padre del cielo y a los hombres mas necesitados, pero era al mismo tiempo hijo de Dios y hermano de los hombres.
También hoy, millones de hombres y mujeres de todos los continentes se sienten atraídos por su figura y por su estilo de vida. Unos lo imitan mejor y otros peor, pero Jesús de Nazaret sigue siendo un personaje que interesa a mucha gente. También en nuestro país muchos millones de hombres y mujeres se proclaman sus seguidores, lo recuerdan a menudo y celebran su presencia.
El Testimonio
Para hablar de él, nos basamos en testimonios de unos cuantos hombres que vivieron con él y llegaron a quererle. De tal manera que no sólo lo conocieron sino que aprendieron a amar lo que él amaba y a vivir como él vivía.
Personajes cercanos a Jesús:
Primeramente, destaca su madre, María. Era una persona buena y sencilla, que confiaba plenamente en el Dios de la promesa, era una muchacha de Nazaret, en Galilea. En sus orígenes era una joven bonita, trabajadora y dulce. Un día como todas las chicas de su edad, se enamoró, de un joven artesano, trabajador y bueno. Se llamaba José, y al él también le gustaba María. Así que un día se prometieron y empezaron a preparar su futuro hogar. Pero de pronto, sucedió algo que cambió sus planes, algo extraordinario e increíble, que ella nunca hubiera podido imaginar; una mañana cuando se encontraba sola en casa, sumergida en sus pensamientos y en su oración, se le presentó un ángel, llamado Gabriel. Ella, asombrada y al mismo tiempo asustada, le escuchó atentamente; oyó como de comunicaba que iba a ser la Madre del Hijo del Dios, que ella era la elegida para dar presencia y rostro humano a Dios. María lo comprendió, y como estaba acostumbrada a fiarse de Dios, aceptó gratamente.
José, su padre, es el siguiente, aunque no el menos importante, que al ver el embarazo de María, no sabía qué pensar, pero creía en su inocencia, a pesar de su desconcierto. Un día, en uno de sus sueños, se le apareció un ángel del Señor que le advertía que no tuviera reparo en aceptar a María en su casa, porque la criatura que llevaba en su vientre provenía del Espíritu Santo y que debería ponerle el nombre de Jesús. José que era bueno, sencillo y tenía una confianza total en Dios, aceptó colaborar con María en la hermosa tarea de criar aquel hijo. Así, cesaba el tiempo de las dudas y comenzaba el de las decisiones.
Ambos eligieron ir a Belén para que naciera su hijo, pero en contra de sus deseos, en vez de nacer en la posada, nació en un portal, rodeado del calor de sus padres y de animales, pero no eso no alteró de ningún modo la actitud, ni la vida de Jesús, al contrario, así mostró su humildad, a pesar de ser el hijo de Dios.
Testigos Directos
Son testigos que hablan de alguien que ha sido y es muy importante para ellos. En contacto con él, sus vidas cambiaron, no simplemente esperan informar con su testimonio, sino desean despertar en los que les escuchan el afecto y la fe en Jesús.
Durante los primeros años después de la muerte de Jesús, las personas que fueron testigos de su vida no se preocupan de escribir nada. Simplemente daban testimonios de palabra, y explicaban lo que habían visto y oído, a todos los que les querían oír. Hay que tener presente que en aquella época escribir un libro era una cuestión complicada, porque había muy poca gente que supiera escribir y cobraba caro, además no había papel, así que tenían que usar pieles de cordero, que tampoco estaban al alcance de todos. Pero esta falta de escritos no impidió que la vida y el mensaje de Jesús fueran corriendo de boca en boca y se extendieran rápidamente.
Aquellas gentes estaban muy acostumbradas a escuchar narraciones que fácilmente aprendían de memoria y eran capaces de repetirlas después, además tenían mucho tiempo para hablar y escucharse unos a otros, y a los que habían vivido con él les gustaba explicar las cosas de Jesús. Poco a poco, se fue formando una cadena de testimonios sobre su vida que se fue extendiendo por toda Palestina y por otros muchos lugares cada vez más lejanos: Asia Menor, Grecia, y Roma.
Es lógico que todas estas narraciones tuvieran entre sí pequeñas variantes. Por ejemplo, una cosa era explicarlas en Jerusalén, donde se hablaba la misma lengua que había hablado Jesús (el arameo), y otra cosa era explicarlas en Roma, donde la gente no conocía muy bien el estilo de vida de los judíos y había que explicarles mucho mejor las cosas, además sumarle la dificultad de que hablaban otras lenguas, como el latín y el griego. Pero a pesar de las diferencias lógicas, esas narraciones conservan una gran unidad de contenidos; todos estaban de acuerdo en afirmar que con Jesús había empezado una manera nueva de vivir, era un nuevo tipo de hombre abierto a Dios, a quien sentía como un Padre, estaba entregado a los hombres, sobre todo a los más pobres y marginados, se consideraba libre frente a los poderosos, libre para amar a todos y sin miedo ante las amenazas.
Los Evangelios
El comienzo de los evangelios se encuentra en la predicación oral de los apóstoles. Esta predicación era acompañada normalmente de relatos mas detallados, anécdotas tomadas de la vida de Jesús, que daban luz sobre su persona, su misión, su poder, su enseñanza.
Ese evangelio se recogió en cuatro libros diferentes, muy breves, que a pesar de estar escritos en lugares distintos y por autores diversos, se parecen mucho entre sí. Se escribieron entre el año 70 y el año 100 de nuestra era. Y se los conoce con los nombres de sus autores: San Mateo, San Marcos, San Lucas, y San Juan.
El libro de Marcos
El Evangelio según San Marcos es el primero que se escribió, entre los años 65 y 70. Recoge, sobre todo, los hechos de Jesús, aunque no tanto sus palabras. Se apoya en el testimonio del apóstol Pedro y en la predicación de Pablo. Escribe dirigiéndose a personas que no son de Palestina, ni tampoco son Judíos, sino paganos que han abrazado el cristianismo y que podrían ser romanos.
El libro de Mateo
El Evangelio según San Mateo
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