LA PALABRA VIVA

LA PALABRA VIVA

Es de conocimiento universal el efecto poderoso que la Palabra Revelada de Dios ha producido produce y producirá en la vida de millones de seres humanos.

En los siglos pasados se levantaron grandes intérpretes de Las Escrituras Sagradas; algunos de ellos dejándonos un legado literario que por mucho tiempo ha sido utilizado en la formación de nuevas generaciones; dejando como producto una gama de verdaderos científicos en el arte de la interpretación del Texto Sagrado.

De allí conocemos el término exégesis que significa ‘extraer el significado de un texto dado’. La exégesis suele ser contrastada con la eiségesis, que significa ‘insertar las interpretaciones personales en un texto dado’. En general, la exégesis presupone un intento de ver el texto objetivamente, mientras que eiségesis implica una visión más subjetiva.

La interpretación bíblica satura al individuo de conocimiento (muy saludable) pero es la vivencia de ese conocimiento que produce resultados transformadores en la vida de ese individuo; es decir, una sola palabra de Dios puede impactar la vida de un individuo y cambiarla de rumbo.

ASPECTOS DEL CONOCIMIENTO HUMANO

Hablemos entonces de ese conocimiento en sus dos aspectos: Teórico y práctico.

El Conocimiento Teórico: Es el alcanzado con el interés de tener una reserva intelectual, sin un propósito de carácter servicial a Dios.

El Conocimiento Práctico: Son las acciones realizadas, impulsadas por el conocimiento adquirido al interpretar Las Escrituras con el sentido necesario que requiere el estudio de la misma: Servir a Dios y al prójimo.

El conocimiento práctico viene como producto de la intervención del Espíritu Santo en el individuo, esto le permite, hacer viva la Palabra Escrita en su vida; a este acto lo podemos llamar Efecto presencial de trascendencia o contemporáneo.

Efecto presencial de trascendencia o contemporáneo: Paso a explicar por qué al conocimiento práctico o estilo de vida creado por la palabra de Dios; que es lo mismo, le doy este nombre.

Es presencial porque se le da el valor al hecho histórico que produjo el texto escrito, es decir, aquellas palabras inspiradas por el Espíritu Santo, escritas en el pasado, realmente son testigos presenciales de un acontecimiento importante para el tiempo de la revelación.

Es de trascendencia porque el solo hecho de ser un escrito inspirado le da el poder necesario de impacto perfeccionador sobre el individuo de todos los tiempos (2 Timoteo 3:16,17) su poder trasciende en la historia y en el tiempo, surtiendo el mismo efecto en todas las épocas.

Es contemporáneo porque la longevidad (larga vida) del versículo llega hasta hoy con el mismo efecto transformador de todos los tiempos y como tal se hace vivo en el individuo contemporáneo, es decir, en la actualidad.

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