La Africania Del Español Caribeño
Enviado por yosman25 • 30 de Noviembre de 2013 • 15.551 Palabras (63 Páginas) • 235 Visitas
La africanía del español caribeño: estado de la cuestión
John M. Lipski
The Pennsylvania State University
La cuenca del Caribe se suele considerar como el depósito más grande de cultura y
lenguaje de la diáspora africana en el hemisferio occidental. Entre las naciones del Caribe
hispanófono, el reconocimiento de la contribución africana está impedido por la polarización
racial y el elitismo eurocéntrico que estima que el único aporte africano a la cultura caribeña es la
música popular y una que otra palabra que se refiere a ceremonias religiosas africanas. En los
pocos casos en que las poblaciones afrohispanas han sido motivo de investigaciones serias, los
grupos estudiados aparecen como manifestaciones aisladas, sociedades africanas en miniatura,
que no ejercen ninguna influencia sobre la población circunvecina. En cuanto al posible impacto
del lenguaje afrohispánico sobre el español caribeño, las opiniones giran alrededor de dos polos
opuestos. La primera postura, fruto de la inseguridad afrofóbica o de la simple ignorancia, afirma
que no existe NINGUNA huella africana en el español caribeño, a excepción de un puñado de
palabras universalmente reconocidas. La opinión contraria, sostenida en su gran mayoría por
observadores extra-caribeños que desconocen la verdadera diversidad dialectal del español
americano, postula que TODOS los rasgos típicamente caribeños reflejan un trasfondo
afrohispánico, aunque aparezcan también en otras partes del mundo.
Los africanos y sus descendientes han vivido en el Caribe desde los primeros viajes
europeos hasta la época contemporánea, cinco siglos de contactos lingüísticos y culturales que
produjeron una simbiosis que trasciende los postulados simplistas. En estos comentarios, muy
breves y por lo tanto esquemáticos e incompletos, voy a enfocar tres facetas de la búsqeda
científica del aporte africano al español caribeño. Primero, es necesario considerar las
configuraciones histórico-demográficas que existían en el Caribe español, así como las vías de
compenetración social y lingüstica mutuas entre africanos, afro-americanos, y europeos. En
segundo lugar, mencionaré brevemente la búsqueda de evidencia tangible de etapas anteriores de
lenguaje afrohispánico, confundida entre una multitud de testimonios distorsionados y exagerados.
Finalmente, intentaré reexaminar algunas caractersticas del español caribeño moderno, en
términos de la contribución africana.
Cuando una sociedad domina y esclaviza a otra población, las lenguas del grupo
esclavizado sufren una desventaja lógica; la percolación del lenguaje subordinado hasta la lengua
dominante sólo es posible en la medida que las proporciones demográficas (de esclavos a amos) y
contactos sociales directos faciliten la transferencia lingüística en sentido contrario a la
direccionalidad del poder. Las proporciones demográficas en sí mismas no son suficientes para
garantizar la transferencia lingüísica. Por ejemplo, durante las primeras décadas del período
colonial, los indígenas sobrepasaban a a los europeos hasta 100,000 a uno, pero mientras los
españoles vivían dentro de sus ciudades amuralladas o en enclaves fortificados en el litoral, el
impacto de las lenguas indígenas era nulo. En la ciudad de México, los millones de indígenas que
vivían fuera de las murallas no tenían contacto con los españoles, excepto por medio de
intermediarios bilingües o mestizos. Los europeos no aprendían las lenguas indígenas, ni los
indígenas aprendían el español. Los individuos bilingües y biculturales que servían de puentes
entre los dos mundos no daban lugar a una fertilización cruzada, y sólo fue cuando los muros
empezaron a desaparecer y la clase mestiza alcanzaba números considerables que la influencia de
las lenguas indígenas sobre el español llegaba a ser realidad. Los principales frutos de este
contacto era la incorporación de nuevas palabras, tales como chocolate, tomate, zacate, tecolote,
poncho, jaguar, cóndor, pero una vez que la población bilingüe--que retenía algunos rasgos
estructurales de la lengua indígena--llegaba a predomoinar numérica y socialmente en una región,
se producían cambios permanentes en el español hablado por monolingües. Un factor clave que
facilitaba la transferencia de configuraciones estructurales de las lenguas indígenas al español era
el hecho de que en cada región, predominaba una sola lengua autóctona. Los indígenas se
comunicaban entre sí en su propia lengua, y sus aproximaciones al español compartían unas bases
comunes, que reflejaban la gramática de su lengua nativa. Por ejemplo, los hablantes bilingües
(quechua-español) en la zona andina suelen producir construcciones posesivas del tipo de Juan su
mamá en ve de mamá de Juan, un calco directo del posesivo en quechua. El hablante bilingüe
anglo-hispano en Estados Unidos (cubanos, puertorriqueños, dominicanos, isleños, mexicanos,
aun en Gibraltar) utilizan con frecuencia combinaciones como te llamo patrás, El señor C. está
corriendo para mayor, etc., calcadas del idioma inglés. En Angola, el portugués se habla como
segunda lengua entre poblaciones del grupo bantú, en particular el KiKongo, que utiliza la
negación doble. El portugués angolano popular también presenta combinaciones como não sei não
(también en el portugués vernacular brasileño, de fuerte presencia bantú). El idioma principal de
Luanda, el KiMbundu, no desplaza las preguntas interrogativas al comienzo de la oración, y el
portugués angolano tiene preguntas como Você faz isso porquê? Aun los europeos radicados en
Angola adoptan estas combinaciones, que son fácilmente reconocidas por los hablantes de las
lenguas indígenas. El español vestigial de Filipinas emplea la construcción tú cuidao, yo cuidao,
etc. en el sentido de `tú te ocuparás de la situación,' un calco casi exacto de las principales
lenguas filipinas, sobre todo el tagalog, donde la yuxtaposición del pronombre de sujeto y una
palabra que significa `cuidado' tiene el mismo sentido. Es igualmente frecuente en Filipinas el
orden de palabras VSO, que en el español filipino resulta en combinaciones como Tiene Juan una
casa. El quechua a su vez tiene como orden preferido SOV, de manera que el hablante andino
diría una casa tiene. El empleo
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