La Alquimia
Enviado por alex0925 • 19 de Abril de 2013 • Tutorial • 9.441 Palabras (38 Páginas) • 307 Visitas
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Alquimia
En la historia de la ciencia, la alquimia (del árabe الكيمياء [al-kīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica y una
disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la
semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto,
Persia, la India y China, en la Antigua Grecia y el Imperio romano, en el Imperio islámico y después en Europa hasta
el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2.500 años.
La alquimia occidental ha estado siempre estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y
espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad sincrética grecoegipcia y legendario alquimista.
Estas dos disciplinas influyeron en el nacimiento del rosacrucismo, un importante movimiento esotérico del siglo
XVII. En el transcurso de los comienzos de la época moderna, la alquimia dominante evolucionó en la actual
química.
Actualmente es de interés para los historiadores de la ciencia y la filosofía, así como por sus aspectos místicos,
esotéricos y artísticos. La alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las
sustancias, herramientas y procesos de la antigua alquimia han servido como pilares fundamentales de las modernas
industrias químicas y metalúrgicas.
Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias,
películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro. Otra
forma que adopta la alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que se era capaz de lograr la habilidad
para transmutar oro o la vida eterna.
En el plano espiritual de la alquimia, los alquimistas debían transmutar su propia alma antes de transmutar los
metales. Esto quiere decir que debían purificarse, prepararse mediante la oración y el ayuno.
El alquimista de Pietro Longhi.
Visión general
La alquimia como investigación de la naturaleza
La percepción popular y de los últimos siglos sobre los alquimistas, es
que eran charlatanes que intentaban convertir plomo en oro, y que
empleaban la mayor parte de su tiempo elaborando remedios
milagrosos, venenos y pociones mágicas.
Fundaban su ciencia en que el universo estaba compuesto de cuatro
elementos clásicos a los que llamaban por el nombre vulgar de las
sustancias que los representan, a saber: tierra, aire, fuego y agua, y con
ellos preparaban un quinto elemento que contenía la potencia de los
cuatro en su máxima exaltación y equilibrio.
La mayoría eran investigadores cultos, inteligentes y bien
intencionados, e incluso distinguidos científicos, como Isaac Newton y
Robert Boyle. Estos innovadores intentaron explorar e investigar la
naturaleza misma. La base es un conocimiento del régimen del fuego y de las sustancias elementales del que tras
profundas meditaciones se pasa a la práctica, comenzando por construir un horno alquímico. A menudo las carencias
debían suplirse con la experimentación, las tradiciones y muchas especulaciones para profundizar en su arte.
Para los alquimistas toda sustancia se componía de tres partes mercurio, azufre y sal siendo estos los nombres
vulgares que comúnmente se usaban para designar al espíritu, alma y cuerpo, estas tres partes eran llamadas
principios. Por manipulación de las sustancias y a través de diferentes operaciones, separaban cada una de las tres
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partes que luego debían ser purificadas individualmente, cada una de acuerdo al régimen de fuego que le es propicia,
la sal con fuego de fusión y el mercurio y el azufre con destilaciones recurrentes y suaves. Tras ser purificadas las
tres partes en una labor que solía conllevar mucho tiempo, y durante el cual debían vigilarse los aspectos planetarios,
las tres partes debían unirse para formar otra vez la sustancia inicial. Una vez hecho todo esto la sustancia adquiría
ciertos poderes.
A lo largo de la historia de esta disciplina, los aprendices de alquimista, se esforzaron en entender la naturaleza de
estos principios y encontraron algún orden y sentido en los resultados de sus experimentos alquímicos, si bien a
menudo eran socavados por reactivos impuros o mal caracterizados, falta de medidas cuantitativas y nomenclatura
hermética. Esto motivaba que, tras años de intensos esfuerzos, muchos acabaran arruinados y maldiciendo la
alquimia. Los aprendices por lo general debían empezar por trabajar en el reino vegetal hasta dominar el régimen del
fuego, las diversas operaciones y el régimen del tiempo.
Para diferenciar las sustancias vulgares de aquellas fabricadas por su arte, los alquimistas, las designaban por el
mismo nombre de acuerdo a alguna de sus propiedades, si bien procedían a añadirle el apelativo de «filosófico» o
«nuestro». Así, se hablaba de «nuestra agua» para diferenciarla del agua corriente. No obstante, a lo largo de los
textos alquímicos se asume que el aprendiz ya sabe diferenciar una de otra y, en ocasiones, explícitamente no se usa,
ya que de acuerdo al arte hermético «no se debe dar perlas a los cerdos», razón por la que muchos fracasaban al
seguir al pie de la letra las diferentes recetas. La «iluminación» sólo se alcanzaba tras arduos años de riguroso estudio
y experimentación. Una vez que el aprendiz lograba controlar el fuego, el tiempo de los procesos y los procesos
mismos en el reino vegetal, estaba listo para acceder a los arcanos mayores, esto es, los mismos trabajos en el reino
animal y mineral. Sostenían que la potencia de los remedios era proporcional a cada naturaleza.
Los trabajos de los alquimistas se basaban en las naturalezas, por lo que a cada reino le correspondía una meta: al
reino mineral la transmutación de metales vulgares en oro o plata, al reino animal la creación de una «panacea», un
remedio que supuestamente curaría todas las enfermedades y prolongaría la vida indefinidamente. Todas ellas eran el
resultado de las mismas operaciones. Lo que cambiaba era la materia prima, la duración de los procesos y la
vigilancia y fuerza del fuego. Una meta intermedia era crear lo que se conocía como menstruo y que lo que ofrecía
era una multiplicación
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