La Fe Cristiana Normal
Enviado por EDWINFBA • 17 de Mayo de 2015 • 5.563 Palabras (23 Páginas) • 183 Visitas
ección uno: Cristo y Dios
La búsqueda de Dios
La palabra de Dios
Dios se hizo hombre (1)
Dios se hizo hombre (2)
Sección dos: Cristo y el cristianismo
Cristo contra las doctrinas
Cristo: la base de nuestra doctrina
Los dos hombres corporativos
Cristo como nuestra vida
Sección tres: Cristo y la vida nueva
El perdón de pecados
La crucifixión de los pecadores con Cristo
Cristo como vida en el espíritu
La vida mediante la fe
Sección cuatro: Cristo y el cristiano
El significado de la fe
Una vida de fe
Actitud hacia el mundo
Apéndices
Hacia la iglesia
Hay un Dios
PREFACIO
Este tomo está compuesto de algunos mensajes evangélicos dados por el hermano Watchman Nee. Los capítulos del uno al quince son una serie de mensajes evangélicos dados por Watchman Nee en Tientsin en 1936. Debido a la afinidad del tema, el apéndice uno, titulado “Hacia la iglesia”, se incluyó en La fe cristiana normal como capítulo dieciséis. Sin embargo, no fue parte de la conferencia de Tientsin en 1936. También se incluye en este tomo a modo de apéndice, el mensaje titulado “Dios existe”, que se publicó originalmente en enero de 1936 en la revista The Glad Tidings ([Las buenas nuevas], publicado por Shanghai Gospel Book Room). Ambos mensajes fueron dados por el hermano Nee y publicados por Shanghai Gospel Book Room durante ese mismo período.
Los capítulos de La fe cristiana normal fueron recopilados a partir de los apuntes tomados durante las reuniones; éstos no fueron revisados por el orador. La serie completa se divide en cuatro secciones, cuyos temas abarcan la fe que se extienden del conocimiento de Dios, Cristo y aspectos de la Biblia que incluyen las doctrinas de la redención, la vida y el Espíritu.
SECCION UNO
CRISTO Y DIOS
CAPITULO UNO
LA BUSQUEDA DE DIOS
LA PRIMERA PREGUNTA
Examinemos la fe cristiana desde su mismo cimiento. El primer tema que hallamos es Dios.
Leamos algunos versículos de la Biblia. En Salmos 14:1, del Antiguo Testamento, leemos: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”. Esta frase también puede traducirse: “El necio no quiere a Dios en su corazón”. El resultado de esto se halla en la segunda frase del mismo versículo: “Se han corrompido, hacen obras abominables”.
Veamos también un pasaje del Nuevo Testamento. Hebreos 11:6 dice: “Porque es necesario que el que busca a Dios crea que le hay”.
TRES CLASES DE PERSONAS
Ya sea que usted afirme ser cristiano o incrédulo o que busque la verdad, empezaremos al examinar el tema de Dios. En cuanto a esto el mundo está dividido en tres grupos. El primero es el de los ateos, quienes no creen en Dios. El segundo consta de los agnósticos. Estos no tienen un conocimiento claro acerca de la deidad. Por una parte, no se atreven a decir que Dios no existe, pero por otra, no saben con certeza si existe en realidad. Nosotros pertenecemos a la tercera categoría, la de los que creen en Dios.
LA PARTE ACUSADORA
¿Existe Dios? No trataré de decir ni si ni no a esta pregunta. Más bien, haré de este lugar un tribunal. Le pediré a usted que sea el juez, y yo seré el acusador. La tarea de un juez es tomar decisiones, determinar la veracidad de las declaraciones; la función del acusador es presentar la evidencia y los argumentos que pueda reunir.
Antes de proceder, tenemos que estar seguros de un hecho: no todos los acusadores son testigos de los crímenes ni son policías. Un policía quizás dé testimonio de un evento, mientras que el acusador obtiene su información sólo indirectamente. El presenta delante del juez todos los cargos, evidencias y argumentos recopilados. De la misma manera, yo presentaré delante de usted todo lo que pueda encontrar. Si usted me pregunta si he visto a Dios o no, yo diré que “no”. Yo estoy leyendo y demostrando lo que he recogido. Mi trabajo es investigar los hechos y llamar a los testigos. Usted tiene que llegar a una conclusión.
LOS REQUISITOS
Muchas personas afirman que Dios no existe. Como acusador le pido que verifique la condición de esas personas. ¿Están ellas calificadas para afirmar tal cosa? Aquellos que aseguran que Dios no existe ¿son personas morales o inmorales? No escuche sólo sus argumentos. Aun los ladrones y estafadores tienen sus argumentos. Por supuesto, los argumentos los respaldan como a los ladrones y a los estafadores. El tema de sus argumentos quizá sea muy noble; tal vez hablen de la condición de las naciones y del bienestar de la sociedad, pero sus opiniones no pueden tenerse en cuenta seriamente. Ellos no son dignos de hacer tales juicios. Si un hombre es recto en su conducta y moral en sus juicios, podemos dar crédito a sus palabras, pero si no, sus palabras no tienen peso alguno. Esto es válido especialmente cuando se trata de la deidad. Es interesante notar que el nivel moral de los hombres está directamente relacionado con el concepto que tienen de Dios. Aquellos que admiten su propia ignorancia tienen un nivel aceptable, mientras que los ateos recalcitrantes, sin excepción, tienen un bajo nivel de moralidad. No digo que conozco a todos los ateos, pero de los millares que conozco, ninguno tiene una moralidad notablemente recomendable. Quizás usted me diga que es posible que haya existido o exista un ateo moral, pero en todo caso no tenemos a nuestra disposición a dicha persona. De todos modos, cuando menos podemos decir que no conocemos a ningún ateo moral.
NINGUN ATEO ES MORAL
Una vez en una reunión en la Universidad de Nanking, comenté que ningún ateo es moral. Había allí muchos estudiantes que no creían en Dios. Ellos se ofendieron muchísimo con esas palabras. Al día siguiente, mientras yo hablaba, ellos empezaron a arrastrar los pies con la intención de distraerme a mí y al auditorio. Al siguiente día cuando volvieron, me hicieron gestos de burla durante mi mensaje. Al cuarto día el vicerrector de la universidad, el doctor Williams, se acercó y me dijo: “Creo que sería mejor cambiar el lugar de reunión. Estos estudiantes se pusieron furiosos con la afirmación que usted hizo el primer día, que los ateos son inmorales. Hoy no van a usar solamente los pies y la boca, sino que van a usar los puños. Oí que van a esperar a la entrada del corredor y que saltarán sobre usted cuando entre”. Estuve de acuerdo con el arreglo y conduje la reunión en otro lugar. Cuando iba para la reunión junto con algunos estudiantes, escuché sus conversaciones.
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