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La Fe Que Vence Al Mundo


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  2.080 Palabras (9 Páginas)  •  1.079 Visitas

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LA FE QUE VENCE AL MUNDO

ENSAYO

Se toma como referencia para este ensayo el capítulo 5 de la primera epístola de Juan, los versículos 1 al 5, que en una aversión de las tantas que existen hoy en día de la Biblia, dicen lo siguiente:

5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

5:2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.

5:3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.

5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

5:5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Analizando esta epístola dentro del contexto histórico, no incluye el nombre del escritor, pero desde los inicios de su historia la iglesia creyó que el apóstol Juan la escribió. Algunos escritores antiguos se refirieron a este libro como el escrito de Juan Aunque críticos modernos han desafiado esta opinión, no la han destruido.

El último versículo del capítulo cuatro de primera de Juan culmina con una exhortación a la práctica de los dos aspectos (dimensiones) de la vida cristiana: El amor a Dios y el amor a los Hermanos. En esta parte de la epístola, primera de Juan 5: 1-5, el apóstol continua desarrollando el argumento acerca de la necesidad de amar verdaderamente a los hermanos, pero ahora añade otros elementos. En cierto modo lo que hace en estos versículos es realzar la importancia del amor en el contexto de la práctica de la fe y la obediencia a la palabra de Dios. En efecto, el amor a Dios consiste en obedecer lo que él exige y esto sólo puede hacerlo aquel que ha nacido de Dios, de este modo el apóstol hace un resumen de la vida auténticamente cristiana ante los ataques que recibe tanto desde dentro como desde fuera de la iglesia.

La primera parte del versículo 1, es una de las claras declaraciones en la Escritura en las cuales una persona tiene que creer para ser salvo.

Tenemos que creer que Jesús de Nazaret es “el Cristo” (es decir, el Ungido a quien Dios prometió proveer como sacrificio sustituto por los pecados del mundo).

Nuestros hermanos y hermanas son aquellos que creen que Jesús es el

Cristo. Aunque tengamos poco en común con algunos cristianos, todavía los podemos amar porque compartimos al mismo Padre y somos miembros de la misma familia.

La confesión que Jesús es el Cristo es señal de que una persona ha nacido de Dios. En el versículo 1a, Juan es cuidadoso al identificar quienes deben ser considerados hijos de Dios: Aquellos que creen que Jesús es el Cristo; esta es la diferencia fundamental entre los falsos cristianos (influenciados por corrientes filosóficas o religiosas que niegan que cristo sea Dios) y aquellos que verdaderamente son cristianos que confiesan y siguen a Jesucristo, manifestado a la humanidad en cuerpo humano.

El Versículo 2 de primera de Juan 5 dice que tenemos que amar a los otros cristianos para ser obedientes a los mandamientos. El genuino amor por Dios resultará en obediencia a sus mandamientos. Este amor se expresa a sí mismo en acción, no solamente emoción. Amamos a otros cristianos mejor cuando obedecemos a Dios.

En el versículo 3 de este mismo capítulo: La prueba fundamental de amor por Dios y por el hombre es la obediencia a la Palabra de Dios. Esto debe incluir disposición a sacrificarnos por nuestros hermanos. Es muy fácil probar nuestro amor por

Dios. ¿Cuán comprometidos estamos a ser completamente obedientes a su voluntad? Esa es la medida de nuestro amor.

El amor por Dios y por sus hijos es esencialmente obediencia a los mandamientos de Dios. No es tan crucial cómo nos sentimos acerca de Dios y de otros creyentes sino cómo escogemos relacionarnos con ellos. Los mandamientos de Dios no son cargosos (opresivos, tanto como el aplastante amor) porque cada creyente ya ha ejercido la fe en Dios que es esencial para la obediencia.

Analizando el versículo 4, cada cristiano ha vencido al mundo por su fe inicial en Jesucristo. Para continuar venciendo y obedeciendo a Dios todo lo que necesitamos es continuar ejercitando fe en Dios.

Versículo 5: Continuar venciendo no es algo automático para los cristianos. No todos los cristianos vencen el mundo. Solamente aquellos que continúan viviendo por fe (es decir, confían en Dios y lo obedecen). Además nadie vence el mundo a menos que crea que Jesús es el Hijo de Dios. Esa confianza es la clave para cada una y todas las superaciones.

Obviamente cada creyente vencerá al mundo cuando lleguemos al cielo, pero ese pensamiento es extraño al contexto aquí.

Es necesario analizar cuidadosamente estos versículos pues incluyen elementos fundamentales para la vida auténticamente cristiana, miremos las siguientes afirmaciones estructuradas según la Nueva Versión Internacional de la Biblia.

1. El que ha nacido de Dios confiesa que Jesús es el Cristo (V. 1ª)

2. El que ama a su hermano muestra que ama a Dios (v. 1b)

3. Amamos a los hermanos (mostramos amor) cuando amamos a Dios (v. 2ª)

4. Amamos a los hermanos (mostramos amor) cuando hacemos lo que Dios exige (obedecemos sus mandatos) (v.2b).

5. El amor a Dios consiste en Hacer (obedecer) lo que él exige (v. 3ª)

6. Los mandatos de Dios no son difíciles de cumplir (v. 3b)

7. El que ha nacido de Dios vence al mundo (v. 4a).

8. La fe es la fuerza que tenemos para vencer el mundo (v.4b).

9. El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios vence al mundo (v. 5).

Como se puede notar, hay una relación directa entre la primera y la

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