La Lealtad
Enviado por estefany141414 • 26 de Mayo de 2013 • 294 Palabras (2 Páginas) • 376 Visitas
El temor es algo natural en el ser humano; pero a veces puede asumir proporciones insospechadas cuando desborda su propia capacidad comprensiva.
Todo hombre posee sensibilidades distintas para cada evento o situación circundante; en consecuencia, resulta evidente que sus temores tendrán la magnitud que a su entender merece.
En ocasiones basta el mínimo temor para que su espíritu se amerite entre las sombras, para que ante el menor ruido proceda como el avestruz que esconde la cabeza, pero dejando todo el cuerpo a merced de lo que fuere.
Inconscientemente sigue en poder del temor, por más que se crea a salvo.
El temor, como he dicho, forma parte del proceso natural del hombre, pero no es algo indisoluble de él.
No se lo puede llevar a cuestas como la edad.
El temor procede de nuestro interior y se exterioriza a través de nuestros gestos y palabras; en cambio, los temores ocultos o callados implican a veces sensaciones de frustración o imposibilidad volitiva
Tanto es así que indefectiblemente creamos nosotros mismos esos temores tan temidos.
Todo proyecto, todo sueño, todo deseo se desploma ante el asomo del temor; por ende, por más que mostremos predisposición y ganas de lograr su concreción, nada podrá darse si en el fondo de nuestro espíritu tememos cualquier insignificancia.
No temer.
¿Cómo se puede no temer?
Superándolo es una forma simple de expresarlo, pero no se lo supera si no somos capaces siquiera de asumirlos o enfrentarlos.
Los temores son escollos para el navegante y molinos de viento para el soñador; entonces hay que ser los Ulises o Quijotes de la vida, poniendo de nuestra parte toda la fuerza interna necesaria y, sobre todo, teniendo fé, porque creyendo en nosotros es como se supera cualquier cosa, no sólo el temor.
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