La Ley Del Amor
Enviado por Johnhenry • 29 de Julio de 2013 • 664 Palabras (3 Páginas) • 312 Visitas
LA LEY DEL AMOR
Hay cristianos que dicen que donde esté el amor, la ley nada tiene que hacer, porque el amor es lo más importante de todo. Así enfrentan el amor con la ley, casi como cosas que se excluyen, afirmando que Jesús abolió la ley, proclamando la única ley, la del amor.
Pero Jesús dijo: "No penséis que he venido a abrogar la ley y los profetas: sino a llevarlos hasta su perfecto cumplimiento". Ciertamente, el amor es lo más importante de todo, incluso el único motivo perfecto, con tal que sea verdaderamente amor. "Si me amáis, dice Jesús, guardaréis mis mandamientos, y yo rogaré al Padre, y él os dará otro Abogado, que es el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad". De modo que el amor es importante, pero también la ley.
Entonces, ¿qué relación existe entre el amor y la ley? Puede el amor dispensarnos alguna vez de la ley? Un padre da sus normas, su ley, a los hijos: "No crucéis la calle sin mirar antes a los lados". El niño todavía inmaduro piensa que se trata de una ley arbitraria, hecha para probar su obediencia; el niño prudente, que conoce bien a su padre, sabe que esa norma nace tan sólo del amor. Lo único que pretende el legislador es preservar del mal y del peligro al que ama. A Dios le importa mucho el daño que podemos hacer a los demás y también el mal que podemos causarnos a nosotros mismos.
El patriota no necesita una ley que le obligue a servir a la patria en tiempo de peligro; quiere servirla cuerpo y alma. El que ama a Dios de verdad no necesita una ley que le obligue a evitar el pecado y a practicar el bien; quiere conformar en todo y siempre su voluntad a la de Dios. Sólo así debe entenderse la frase de San Agustín tan traída y tan llevada por quienes tratan de exaltar el imperio del amor y abolir el régimen de la ley: "Ama y haz lo que quieras.
A todos se nos pide buscar el bien y evitar el mal. Con la diferencia de que unos lo cumplimos porque es una ley y porque tememos el castigo que se nos sigue de no cumplirla, mientras que otros, más maduros, lo cumplen porque expresa la voluntad de Dios al que aman sobre todas las cosas. Por su amor deseamos cumplir la voluntad, la ley de Dios. Por consiguiente, no hay conflicto, tratándose de Dios, entre su Ley y su Amor; ambas cosas son su voluntad.
Cuando pedimos a Dios que haga nuestro corazón semejante al suyo, le estamos pidiendo que nos conceda amar lo que El ama. El amor es la plenitud de la Ley. El amor nos ofrece el motivo más excelente para cumplir lo que manda la Ley. Nuestras acciones externas son las mismas, pero lo que les da valor es el espíritu con que se hacen.
Hay quienes se empeñan en encontrar oposición entre la ley y el amor, quienes afirman que, con tal de amar, podemos hacer cuanto nos plazca, incluso quebrantando la ley
...