La Parabola Del Tesoro Escondido
Enviado por 1L2E3T4Y • 5 de Diciembre de 2013 • 2.353 Palabras (10 Páginas) • 1.244 Visitas
La parábola del tesoro escondido”
(Mateo 13:44)
Introducción:
1. 1. En nuestro tema de las parábolas de Jesús, nosotros hemos visto...
a. a. Diferentes maneras en que el mensaje del reino de los cielos es recibido; “El Sembrador”.
b. b. Los esfuerzos de Satanás de corromper el carácter del reino, pero la consumación final del reino será de pureza y esplendor, eso se nos asegura en la parábola del trigo y la cizaña.
c. c. El crecimiento y el desarrollo del reino se nos asegura en las parábolas de la semilla de mostaza y de la lavadura.
2. 2. Cada una de estas parábolas las encontramos en Mateo 13, y al continuar examinando este capítulo encontraremos más todavía.
a. a. Dos de ellas las encontramos en Mateo 13:44-46.
1) 1) Una es “la parábola del tesoro escondido”.
2) 2) La otra es “la parábola de la perla de gran precio”.
b. b. Igual que las parábolas de la semilla de mostaza y la levadura, donde encontramos un mensaje semejante, aquí encontramos también lo mismo.
1) 1) El tema de las parábolas anteriores es de crecimiento y desarrollo.
2) 2) El tema de estas parábolas es del valor precioso del reino de los cielos.
[En esta lección nos concentraremos en la “parábola del tesoro escondido”, comenzando con...]
I:-La explicación de la parábola.
A. Los detalles de la parábola...
1. 1. Un hombre encontró un tesoro escondido en un campo, primero fue y lo escondió, luego procedió a comprar aquél campo. Aunque tuvo que vender todo lo que tenía para poder comprar el campo, lo hizo con la anticipación de aquél tesoro, que con todo derecho le pertenecía.
2. 2. Jesús es el verdadero tesoro, en él está la abundancia para hacernos ricos y útiles.
3. 3. El evangelio es el campo donde está el tesoro escondido, cuando lo haya lo esconde de nuevo, denota un genuino celo que no permitirá que Satanás arrebate lo qué es suyo.
B. El significado de la parábola.
1. 1. El significado de esta parábola está en enfatizar el valor que tiene el reino de los cielos.
a. a. El reino de los cielos vale infinitamente más de lo que cuesta ser un discípulo de Cristo, y aquellos que saben donde está el tesoro, con gozo dejan todo lo demás para asegurarlo.
b. b. El reino de los cielos es el apreciado reconocimiento de las reglas de Dios sobre el corazón y la vida, incluyendo la salvación del presente y del futuro. Es el gran privilegio de haber sido hechos una bendición para otros, para la gloria de Dios. Todo esto es un inestimable y precioso tesoro, qué aquél que lo entienda y lo obtenga, estará dispuesto a dejar toda cosa que estorbe obtener ese tesoro.
2. 2. Lo que distingue esta parábola de la siguiente, es el valor del reino de los cielos a una persona que accidentalmente lo encuentra.
a. a. Aunque no lo andaba buscando, su valor fue inmediatamente reconocido.
b. b. El reino de los cielos ha sido y será el lugar de salvación para muchos. Nosotros debemos de aprender que el propósito de esta lección es asegurar ese tesoro incalculable de salvación para aquellos que lo descubran y lo obtengan.
C. El apóstol Pablo es un ejemplo de ello...
1. 1. Él descubrió este tesoro de una manera inesperada.
a. a. Iba de camino a Damasco a perseguir discípulos: Dice Hechos 9:1-2; “Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a .........”.
b. b. Él pensaba que estaba bien: Dice Hechos 26:9-11; “Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret. Y esto es precisamente lo que hice en Jerusalén; no sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo daba mi voto contra ellos. Y castigándolos con frecuencia en todas las sinagogas, procuraba obligarlos a blasfemar; y locamente enfurecido contra ellos, seguía persiguiéndolos aun hasta en las ciudades extranjeras”.
c. c. Pero cuando él encontró al Señor, aprendió su voluntad y no vaciló en llevarla acabo, aunque el precio a pagar, fuera muy grande: Dice Hechos 26:19-23; “Por consiguiente, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco y también en Jerusalén, y después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles, que debían arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por esta causa, algunos judíos me prendieron en el templo y trataron de matarme. Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: que el Cristo había de padecer, y que por motivo de su resurrección de entre los muertos, Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles”.
2. 2. Él valorizó lo que había encontrado.
a. a. A veces vale la pena, apreciar lo que en verdad es de valor. Dice Filipenses 3:4-11; “Aunque yo mismo también podría confiar en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos”.
b. b. Cuando escribió el “evangelio de la gloria de Dios”, él hizo referencia de él, como un tesoro: Dice 2 Cor. 4:7; “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros”.
c. c. También mencionó en sus escritos los “tesoros de sabiduría y conocimiento” que nosotros encontramos en Cristo: Dice Col. 2:1-3; “Porque quiero que sepáis qué gran lucha tengo por vosotros y por los que están en
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