La Predicacion En La Iglesia De Hoy

Desde los comienzos de la iglesia, la predicación ha sido parte esencial de la misma. Fue el mismo Jesús quien dio el mandato “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”. O sea que la predicación es parte fundamental de lo que es la iglesia. Es mediante la predicación, cuya fuente es la biblia, que se lleva el mensaje de salvación a los hombres. La predicación sigue siendo útil para la iglesia de hoy, pues el mensaje de Cristo hoy tiene la misma pertinencia o más d lo que tuvo en el pasado. Sin embargo la predicación debe reformarse y alinearse con los tiempos.

Cuando hablamos de que debe reformarse, no nos referimos a que debe dejarse de predicar la sana doctrina. Al contrario, hoy más que nunca hay que predicar la sana doctrina, para contrarrestar aquellos que se levantan a conquistar la gente con doctrinas erróneas, utilizando la Palabra y sacándola de contexto. Pero si, la predicación debe alinearse con los tiempos.

Nuestra sociedad es una en constante cambio, dónde hay una crisis en los valores y las familias, están a punto de colapsar, si no es que ya lo hicieron. Por lo tanto, aunque la sociedad parezca tener este problema desde hace mucho tiempo, no podemos negar que los mismos se han acrecentado, lo que va de acuerdo con lo que establece la Palabra, de que en los últimos tiempos “el padre se levantaría contra su hijo y el hijo contra su padre”. También debemos tener en cuenta que las personas hoy en día, se educan más, por lo que también aumenta la incredulidad de quien sólo confía en su razonamiento. Por lo tanto, el predicador debe prepararse para enfrentar los retos que tiene en estos tiempos. La audiencia de hoy día no es la misma, ni tiene la mismas necesidades que una audiencia de las décadas del cincuenta o sesenta, aunque en materia espiritual podemos decir que si, y en una era que la tecnología a avanzado tanto, el predicador no puede quedarse atrás.

Por lo tanto, tomando en cuenta esta realidad, podemos decir que la preparación académica es una alternativa para la iglesia. Pablo le dijo a Timoteo: “Deseo que prosperes en todo así como prospera tu alma”. Aunque puede interpretarse este versículo como prosperidad material, también se debe prosperar intelectualmente y académicamente. No basta sólo conocer la palabra y exponerla con denuedo, hay algo que es la aplicación práctica. Podemos escuchar un predicador traer una disertación hermosa, pero si no dice como se puede aplicar a la vida, como va a poder trasformar, si no usa un lenguaje que entienda, quedaría a la expectativa de tomar una decisión, ese individuo que tiene la necesidad apremiante de la salvación.

La iglesia y el predicador, realmente tienen de la preparación académica una alternativa. El predicador debe prepararse para llevar la palabra a todo tipo de persona y lugar, y debe hacerlo con adecuacidad. Así que debe capacitarse para esa tarea.

En tiempos pasados, se consideraba al que se convertía y principalmente al que abrazaba el pentecostalismo, como era una persona ignorante. Lamentablemente, fueron estereotipados de esa manera. Sin embargo, cuando una persona tal vez campesina o pueblerina, llevaban una vida de consagración, podía llevar

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