La Religion, Una Dimension Humana Relevante

La Religión, Una Dimensión Humana Relevante

El ser humano es un ser complejo por naturaleza. Sociólogos, sicólogos y antropólogos han tratado de dar explicaciones y conceptualizaciones acerca de qué es el ser humano, de cómo se define, pero sus intentos no han sido del todo satisfactorios. No han podido precisar, por la misma naturaleza compleja del hombre, una definición que abarque todos los elementos constitutivos de su ser. Hasta ahora, los autores están unánimemente de acuerdo en que el ser humano es un ente multidimensional, que no se define a partir de un solo aspecto de su ser, sino que en él convergen múltiples ámbitos o dimensiones de diferentes categorías. Esta multiplicidad de factores es lo que precisamente ha hecho imposible la capacidad de definirlo como tal.

Dentro de esta gama de dimensiones del hombre podemos citar la dimensión social, la dimensión intelectual, la dimensión afectiva, la dimensión sexual, la dimensión espiritual, etc., por nombrar algunas de las más importantes. Todas están presentes en el ser humano, pero varían en forma, en magnitud y en intensidad, dependiendo de diversos factores que inciden en ello, como el temperamento, la formación del carácter, las capacidades naturales de los individuos, la tendencia y predisposición hacia determinada dimensión, la cultura, etc.

Cada área o dimensión actúa de manera entrecruzada, superpuesta, pero en ocasiones, una dimensión predomina más que otra en alguna situación particular. No obstante, existe una dimensión que, por su importancia y trascendencia, por lo que representa, es capaz de influir de manera decisiva en la vida del ser humano, hasta el punto de regular y someter bajo su dominio y control a todas las demás dimensiones. Esta es la dimensión espiritual. Dimensión espiritual en su aspecto religioso.

No hay nada el mundo que ejerza mayor influencia en el hombre como sus convicciones y creencias religiosas: creencias en el mas allá, en lo sobrenatural, lo trascendente, en Dios, en la vida después de la muerte... Este influjo es tan intrínseco y connatural al hombre que no se ha registrado en la historia civilización alguna que no haya expresado de alguna forma esta dimensión espiritual a través de alguna forma o práctica de religión. .

Ya desde la más remota antigüedad, el hombre neardental (70,000 a.C.) tenía sus manifestaciones y ritos religiosos. Cuando enterraban a sus muertos los colocaban en posición fetal y les añadían alimentos y herramientas que les servirían en la otra vida. En la antigua Mesopotamia cada ciudad tenía un templo dedicado a sus dioses, a los que llamaban Zigurat; Egipto fue una civilización obsesionada con la muerte, con el más allá. Sus monumentos imponentes no eran más que manifestaciones de su creencia en una vida ulterior. Sus majestuosas pirámides fueron templos funerarios erigidos por los faraones como preparación para la otra vida. ¿Y qué decir de Grecia? Una civilización profundamente religiosa. Los griegos tenían todo un mundo organizado de dioses. Dioses antropomorfos que luchaban y rivalizaban entre sí y que tenían defectos como los demás seres humanos. Su mitología es de las más ricas y fascinantes de la historia. Y así, en el decurso de los tiempos, cientos de civilizaciones han desfilado por la historia con un denominador común: la dimensión espiritual expresada como una forma de religión.

¿Pero por qué las religiones juegan un papel tan importante en la vida de los hombres? El ser humano es un misterio. El hombre vive rodeado de enigmas acerca de sí mismo y de la vida que se escapan a su comprensión y entendimiento. Problemáticas como el origen

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