La Santa Biblia: la palabra de Dios, por esencia y Espíritu
Enviado por gerardo cardenas • 1 de Junio de 2017 • Ensayo • 1.823 Palabras (8 Páginas) • 346 Visitas
UNIVERSIDAD SANTO TOMAS
ENSAYO
La Santa Biblia: la palabra de Dios, por esencia y Espíritu
CULTURA TEOLOGICA
PRESENTADO POR
CRISTIAN DAVID GERARDO CARDENAS VALENZUELA
28 DE MAYO DE 2017
La Santa Biblia: la palabra de Dios, por esencia y Espíritu
Cuando se lee un libro, se pueden detallar los rasgos del autor, no solo la caligrafía (cuando son escritos a mano), también su esencia, sus experiencias son las que hacen únicas sus prosas, las que resaltan la fuerza de sus palabras y el valor de estas, así, un Gabriel García Márquez, es fácil de distinguir de un Julio Cortázar, l momento de comparar sus obras, no por su grandeza, sino por sus expresiones, sus conectores y la forma en que hilan las ideas en sus historias, siendo así, La Biblia, debe funcionar de la misma manera, para detallar a su autor, Dios.
Pero, ¿cómo la escribió Dios a lo largo de los años? Utilizó una gran diversidad de manos, pero todas estas fueron inspiradas por Él, una misma inspiración, una fuerza que llenó el alma de quienes tomaron la pluma sobre el pergamino, como lo indica 2 de Pedro 1: 20-21:
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” 2 Pedro 1:20-21
Fueron un aproximado de 40 escritores diferentes, de profesiones y épocas distintas, hasta lenguajes distintos, Hebreo, Arameo y Griego en un lapso de mil quinientos o mil seiscientos años para ser hoy en día el libro más impreso del mundo. Un libro que ha perdurado tanto, puede considerarse como todo un manual de “supervivencia” y de fortaleza para quien lo lea, lo aplique y lo entienda.
Ahora bien, ¿cómo certificar que este libro no fuese alterado con los años?, la respuesta radica en los hombros de los Oferentes, herederos de los Escribas, que en la época de Jesús cuidaban las escrituras y eran los autorizados para realizar copias del antiguo testamento, su deber era el realizar las únicas copias de la Biblia autorizadas por la iglesia, las cuales, si no eran idénticas a las anteriores, sin importar que el error fuese en una coma o un punto, serian destruidas, con el fin de que no se perdiera el sentido de las sagradas escrituras.
Prosiguiendo con las características que identifican a La Biblia como la palabra de Dios, se debe tener en cuenta su propósito, el cual es exacto y fundamental de parte de Dios, “la salvación del ser humano y su retorno a la presencia de su Creador”, como se da a entender en gran parte de los salmos de David, así como en el libro de hebreos 2:2-4.
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” Hebreos 2:2-4
El Señor Jesús habló a sus fieles y discípulos mostrándoles la verdad, para que ellos pudieran enseñarla a todo el mundo, siendo su mensaje desde el comienzo hasta el fin la salvación del hombre (refiriéndose tanto a Adán como a Eva) que se alejó de Dios, pero nunca fue abandonado por Él, sino que continuamente buscó que su creación regresara, esta misma situación aconteció en la época en que Israel ya era un reino, pues el pueblo se alejaba de Dios por culpa de un rey y luego por otro regresaba a Él.
Los pasajes del Nuevo Testamento también poseen el mismo propósito, pues es en ellos que se encuentra a aquel que permite que el ser humano regrese a la presencia de Dios, Jesús el llamado “cordero inmolado” recibió tal nombre al sacrificarse por la humanidad en la cruz del calvario; en la antigüedad para que el pueblo de Israel pudiera recuperar su relación con Dios, era sacrificado un cordero sin mancha para limpiar los pecados de la multitud, así mismo hizo Jesucristo por toda la humanidad, siendo castigado sin merecerlo, se hizo como aquel cordero del sacrificio, al que se le derramaba toda la sangre y era presentado a Dios para la restitución y el perdón del pueblo de parte de Dios, es por eso que Jesús dijo:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Tan solo esto permitiría ver que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento tienen el mismo propósito, sin embargo, no se puede ignorar el desenlace del Libro, el cual es detallado en el Apocalipsis escrito por el apóstol Juan, en el que se menciona que después de la batalla del Armagedón (la lucha del bien contra el mal) tendrá lugar el juicio del gran Trono Blanco, en el que los seres humanos serán juzgados de forma personal por su fe y sus obras; después la humanidad que permanezca con Dios, gozará con el del tribunal de Cristo (donde recibieron sus coronas por su fe y obediencia a Dios) y finalmente disfrutaron del “Cielo nuevo y la Tierra nueva. Juan 14:6
Este Libro Sagrado ha resistido el paso de los años, sino que aun sus enseñanzas éticas, morales y conceptuales llegan a ser útiles en esta época, cosa que no ocurre con los textos filosóficos como los escritos por: Aristóteles, Hume, Kant y otros, pues, aunque sus filosofías eran excelentes en sus épocas, hoy en día perdieron gran validez no como libros teóricos sino como modelos de vida para el hombre, de ellos se realizaron gran cantidad de traducciones, más no tantas como la Biblia.
Las Escrituras han sido preservadas a través del tiempo, desde sus inicios, en el Antiguo y Nuevo Testamento hasta hoy en día, estas fueron heredadas, transcritas protegidas y guardadas desde su origen, por personas conocidas como escribas, ellos cumplían una labor muy importante en lo que respecta de la Biblia ya que ellos eran quienes copiaban los manuscritos; y tenían la misión de conservar, preservar y transmitir la Palabra de Dios.
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