La Virgen De La Artagracia
Enviado por ronaldraymer • 16 de Octubre de 2014 • 4.275 Palabras (18 Páginas) • 1.916 Visitas
Celebración del día de la virgen en RD
Índice
Introducción ----------------- pag.2
Contextualización ------------pag.3
Objetivo general--------------pág.4
Objetivo especifico-----------pág.6
Desarrollo --------------------pág.9
Conclusión -------------------pág.
Bibliografía----------------pág.
Introducción
En el siguiente trabajo, conoceremos acerca de la celebración del día de la virgen de la Altagracia en República Dominicana, en esta investigación conoceremos y contextualizaremos que tan importante es esta celebración para los y las Dominicanas.
Aquí se conoce el objetivo general de el tema tratado aquí, para que los y las lectoras obtengan mayor conocimientos de esta celebración en este país, conoceremos todo lo relacionado con este tema ´´la celebración del día de la virgen de la Altagracia, en República Dominicana ´´.
Conceptualización
Celebración del día de la virgen de la Altagracia en República Dominicana, como los celebran sus pelegrinos o seguidores de esta celebración, como se comportan como actúan y que piensan que piensan los demás de este tipo de personas.
Objetivo general
Acerca de la aparición de esta virgen
Existen diversos testimonios y leyendas acerca del origen de la Virgen de la Altagracia en la República Dominicana, uno de los testimonios más recientes es la publicación del libro de John Fleury, el cual tiene como nombre "Historia de Nuestra Señora, la Virgen de la Altagracia"; en este libro se afirma que las creencias o fe hacia la Virgen de la Altagracia no debe ser asentada en mitos y supersticiones, sino sobre hechos y datos que han sido comprobados por la Iglesia Católica.
Los franceses se habían apoderado de la isla Tortuga y de los territorios de la Isla Grande. Con el tiempo y debido a la imposibilidad de España para controlar esos territorios, los franceses se habían decidido por el control total de la isla de Santo Domingo, apoderándose de Santiago y otros territorios, provocando que el gobernador y capitán Gral. Ignacio Caro organizara una columna al mando de Francisco Segura y Sandoval.
Hay una leyenda que tiene su origen -casi seguro- en hechos verídicos, de un hacendado de Higüey con dos hijas. A la vuelta de un viaje a Santo Domingo, pasando la noche en una posada, compartió su desilusión porque, aunque había encontrado las cintas y botones que le había pedido la hija mayor, no hallaba ni una estampita de la "Altagracia" que su hija menor quería tanto. Con eso, apareció un anciano con un lienzo de la Virgen: "¡Es eso lo que está buscando!" Luego el anciano desapareció.
El hacendado llevó el cuadro a su casa, y lo colgó en la sala principal. Al día siguiente el lienzo no aparecía. Se lo encontró de nuevo en la copa de un naranjo. En los próximos días se repitió la desaparición una y otra vez.
El "Antiguo Santuario" está construido donde se ubicó el naranjo
¿Para que los dominicanos realizan esta celebración ¿ los y las dominicanas que realizan esta celebración la hacen algunos por costumbres y otros por fe , mayor mente como es un país muy católico se realiza por fe.
El dominicano es un ser muy creyente, acerca de esta virgen ya bien sea por crianza o costumbre pero lo que sí se puede decir es que tiene bastante fe. Las personas que realizan o celebran este día, lo asen con mucho amor y con mucha fe por favor recibidos o por asían de gracias.
Esta celebración se realiza el 21 de enero de cada año en república dominicana, es un día de fiesta que es bastante respectado por los dominicanos, en esta fecha o próximo a esta se observan a las personas visitando la basílica de Higüey.
Porque haya se encentra un cuadro de la virgen el primer cuadro que aparición en república dominicana.
A la vez, hay un historiador, Gerónimo Alcocer, quien escribió (en 1650) que los hermanos Alfonso y Antonio Trejo - hidalgos de Plasencia, España - trajeron el cuadro. Los investigadores pueden demostrar que los hermanos vivieron en Higüey, desde 1508. Hay siete u ocho documentos que lo confirman, pero en España no hay ni la más mínima pista de su existencia: es un misterio.
Objetivo especifico
Hay miles de peregrinos que visitan la Basílica de la Altagracia en Higüey cada año. Vienen con todo tipo de ideas. Algunos tienen la fe para mover montañas. Otros no entienden demasiado. Pero todos tienen tanta fe que han tomado la decisión de viajar, gastando dinero y tiempo, para visitar a la Virgen.
¿Por qué es tan popular esta "Protectora del Pueblo Dominicano"? La respuesta es muy sencilla: Porque es "milagrosa". ¿Y por qué es "milagrosa?" La segunda respuesta necesita algo más de tiempo:
Todo milagro es la respuesta de Dios a la fe. Jesús nos dice: «Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis» (Mateo 21, 22). Dios es amor. Jamás se ha metido donde no haya sido invitado. Sin embargo, él quiere ayudarnos, y solamente hace falta que le pidamos "con fe en la oración" para que intervenga en las formas más inverosímiles y asombrosas. Él sabe que los más genuinos en su pueblo son muchas veces los más sencillos, así que está contento de simplificar las cosas, permitiendo que una imagen enfoque su fe. Claro está: el buen católico adora solamente a Dios y reserva su veneración para los santos representados en las imágenes.
Sería un error si sólo nos quedamos asombrados frente a los milagros, con la boca abierta y la mente corriendo tras explicaciones fáciles. Es cierto que los milagros son insólitos y llamativos, pero a Dios no le gusta el "figureo". Cada vez que él interviene en la vida de alguien es porque quiere atraerlo hacia él. Dios no quiere perder a ninguno de nosotros. Por eso nos llama la atención para que nos paremos en el camino y consideremos la vida y nuestro lugar en ella. Su deseo es que -por nuestra propia voluntad- tomemos la decisión de enmendar nuestras vidas, y buscar a Dios.
Efectivamente, jamás he oído de un milagro conseguido por intercesión de la Virgen de la Altagracia que no trajera -como consecuencia- la conversión de la persona (o alguien cercano a la persona) que la recibió.
Volvamos a contemplar
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