La declaración “de buena fe”
Enviado por smamauri • 11 de Noviembre de 2012 • Ensayo • 469 Palabras (2 Páginas) • 550 Visitas
LA vide puede ser muy buena muy nice requete cida y asi pero la verdad no es lo que nosotros haveces esperamos
La declaración “de buena fe” que Montaigne hace explícita, y de la cual sabrá extraer consecuencias infinitas, es a la vez una de las más antiguas de la humanidad, garante en última instancia de todo fenómeno significativo y comunicativo, de las propias instituciones sociales, de las relaciones humanas y del lenguaje mismo: ¿cómo podrían fundarse la sociedad, la cultura, el conocimiento, el lenguaje, con su extraordinario tesoro de conceptos, imágenes, metáforas y símbolos, e incluso, cómo podría desencadenarse todo acto fundador de sentido, imaginación, intelección, comprensión de una sociedad y una cultura, si no es con un pacto manifiesto o sobreentendido de buena fe, de confianza?
Montaigne redescubre así una expresión de larga data, que el tiempo, el olvido y la nueva moral al uso habían vaciado de contenido, para volver a interpretarla y pronunciarla en toda su magnitud, hasta restituir su valor fundacional y restaurar su fuerza originaria: la garantía de buena fe es, para decirlo en los términos de Cornelius Castoriadis, constitutiva por excelencia, en cuanto es anterior y fundante de toda institución, y es previa a cualquier otro criterio de autoridad: “sólo somos hombres y sólo creemos los unos en los otros por la palabra”, dice el ensayista.
Ya desde sus tempranos orígenes, la protesta de buena fe implica una renovada garantía de confianza en la autenticidad, la veracidad y el valor de lo dicho por parte de quien lo dice y de su escucha. Al solicitar la confianza del otro en nuestras acciones podemos también demandar reciprocidad en su conducta. El término remite así tanto a la posibilidad de confiar en las palabras como a la de persuadir sobre la base de la autenticidad de lo afirmado. Pero además de este sentido moral y fundador de toda interacción social, esta protesta de sinceridad resulta clave como garantía del proceso de conocimiento que se está llevando a cabo, en cuanto afirma que existe una correspondencia entre nuestra forma de entender el mundo y predicar sobre él y las condiciones de ese mundo de que queremos dar cuenta. El reclamo de buena fe es por tanto la solicitud de un acuerdo, de un sentido básico de confianza respecto de la acción que se va a emprender: garantizar, fiar, confiar [...].
En el momento mismo de pronunciarse o inscribirse, la protesta “de buena fe” compromete a quien la hace, en este caso, el ensayista, con la práctica que va a llevar a cabo; garantiza por tanto la autenticidad de su esfuerzo y lo convierte en aquello que el escritor español Carlos Piera considera su rasgo principal: el ejercicio de responsabilidad; todo ensayo lleva la firma de su autor, y éste deberá responder hasta sus últimas consecuencias por aquél […].
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