La revelación de la sangre de Cristo
Enviado por julio8368 • 5 de Julio de 2018 • Práctica o problema • 471 Palabras (2 Páginas) • 238 Visitas
La revelación de la sangre de Cristo
Apocalipsis 5:9-10
Cada día el Espíritu de revelación nos sorprende con cosas nuevas. Toda nación, imperio y reino ha sido fundado a base de sangre. Casi a todos los que vivimos en un país se nos olvida que la nación, la libertad y las bendiciones que disfrutamos hoy es el resultado de que millares de personas derramaron su sangre para hacer esto posible. Sea esto que tuvieron que pelear una guerra de independencia o que muchos pioneros tuvieron que morir en el intento de establecer una nación en momentos díficiles. No hay una nación que no haya pasado por este proceso. También hemos estudiado como los grandes imperios de la historia no escatimaron en sacrificar la sangre de sus propios ciudadanos para satisfacer el hambre y la grandeza de poder de sus reyes, gobernadores dictadores. Todos ellos pensaron que estaban edificando algo eterno para la posteridad donde se les diera gloria al fundador. Solo que en la mayoría de los casos lo hicieron a costo de la sangre de otros y no la de ellos. Cuánto daño y tragedia nos han causado estos líderes egoístas derramando tanto la sangre de sus partidarios como la de sus enemigos para permanecer en el poder. Hablemos ahora de la nación de Dios, su iglesia que es el resultado de un derramamiento de sangre, la de Jesús. En el caso de la iglesia, el rey o el Señor no obligó o no manipuló a la humanidad para derramar su sangre para que Jesús tuviera un reino eterno. La fundación de esta gloriosa nación fue en los términos del eterno amor de Dios. Nadie fue esclavizado para libertar a otros. No se hizo una masacre humana para que surgiera una nación de la miseria de otra. La razón por la cual la iglesia es eterna y nada ni nadie puede vencerla es porque su fundamento es la sangre preciosa de Cristo.
Jesús en amor voluntariamente derramó su sangre en la cruz del calvario para redimir un pueblo para él. Por medio de la sangre venció a todos los enemigos de la raza humana y nos hizo para Dios reyes y sacerdotes. En este nuevo pacto de gracia Dios nunca demanda de su pueblo que derrame sangre para edificarle un imperio. Los mártires que lo hicieron en el curso de la historia lo hicieron por gratitud y amor por aquél que nos amó hasta la muerte. La verdadera iglesia de Jesús nunca ha derramado la sangre de sus adversarios para prevalecer, aunque sus enemigos han derramado su sangre creyendo que nos pueden exterminar. Por eso es que la iglesia de Jesús es el único imperio fundado con sangre que permanecerá eternamente.
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