La señorita Cora
Enviado por candombe • 29 de Abril de 2013 • Monografía • 3.537 Palabras (15 Páginas) • 1.146 Visitas
LA SEÑORITA CORA
La trama consiste en que un niño con una madre protectora va a un hospital de lujo para ser operado de apendicitis y a partir de ahí se establecen relaciones entre el niño y la enfermera, la madre y la enfermera
El cuento de “La Señorita Cora” relata el transcurso de varios días en un hospital desde el ingreso del niño protagonista. Inicialmente, la enfermedad es casi episódica, el horizonte de expectativas de esa historia es escaso en cuanto a grandes emociones... Las fuerzas operantes al principio son el conflicto entre la madre y Cora, hay un miedo de la madre de que no sepan atender al niño como es debido
Podría verse aquí una dimensión posesiva de la madre hacia el niño, a lo que el niño responderá con un deseo de liberación “ya estoy lo suficientemente grande para dormir solo de noche, me parece”.
Además, se puede evidenciar que hay conflicto social, una conciencia y un orgullo de clase en la madre
el conflicto lo genera y lo produce la madre, y afecta a Cora y al niño, mientras que el padre no se da cuenta (el niño y la madre piensan que es porque siente una atracción sexual hacia Cora). “su padre se hacia el desentendido y de paso seguro que le miraba las piernas como de costumbre”.
El padre es el gran ausente de la novela, nunca oímos su voz, se habla de él pero no realiza ninguna actividad, es un personaje borroso frente a otros personajes que están muy dibujados. Por otro parte, eliminar el punto de vista de la madre responde narrativamente a que se le han bajado los humos, está aplastada ante la inminencia de la muerte del niño, pero en la trama produce inquietud porque se elimina uno de los puntos de referencia; por lo tanto, el conflicto del niño es con la adolescencia, la enfermedad es casi anecdótica y le sirve como una especie de experiencia iniciativa (dormir fuera de casa, tener que responder frente a una mujer que le resulta atractiva...). La ausencia del padre agudiza el conflicto (“mi madre me trata como a un niño delante de una mujer”).
Por otra parte, Cora proyecta lo que ha visto en la madre en el niño, a la vez que mantiene una conducta muy profesional y de acuerdo con las normas (en parte porque es una principiante, hay un deseo de agradar a la institución más que al paciente). Ella se deja llevar, y en su actitud hay una pretensión a veces de humillar al niño (“hombrecito”, “grandecito”, lo desnuda bruscamente...).
Tiene una cierta agresividad, aunque también delicadeza, respecto al niño, y el niño la acusa (llora, incluso llega a desear la muerte violenta de la enfermera...) “a pesar de los cólicos me mordí las dos manos y llore tanto que nadie, nadie puede imaginarse lo que llore mientras la maldecía y la insultaba y le clavaba un cuchillo en el pecho cinco, diez, veinte veces, maldiciéndola cada vez y gozando de lo que sufría y de cómo me suplicaba que la perdonase por lo que me había hecho”.
Sin embargo a lo largo del relato Cora va a desarrollar hacia él una actitud afectiva inicial.
Al leer el relato, lo primero que nos sorprende es el cambio de punto de vista narrativo y el cambio del narrador. Hay varias voces narrativas, varios puntos de vista. El autor nos mete en la cabeza de los personajes no hay un narrador omnisciente, el único omnisciente es el lector. No hay diálogo porque no hay comunicación entre los personajes, el problema de la comunicación es típico.
No hay marca textual que indique que se cambia de voz, de narrador, la marca es el propio discurso y es el propio lector el que se tiene que dar cuenta del cambio. Esto responde a este deseo de Cortázar de renovar, porque él concibe la literatura como juego, experimento, revolución...
La incomunicación es total en este cuento y sólo la muerte como posibilidad inminente permitirá un esbozo de comunicación; pero ya los dados han sido lanzados y ya es muy tarde para Pablito. La angustia de Cora la acompañará el resto de su vida, como un cáncer doloroso.
El cuento atmosférico como lo es: La señorita Cora, nos enfrentan a una situación en muchos casos trivial que se va complicando al ritmo de la angustia que se acrecienta en los personajes y/o en los lectores. La atmósfera de incertidumbre y desasosiego nos conduce a la angustia; en donde, los horizontes del mundo de los personajes se van "angostando".
Los personajes cortazarianos son seres solitarios que luchan a su manera por reivindicar su derecho a una vida auténtica. La soledad que rodea a estos personajes es producto de la incomunicación voluntaria que los caracteriza. Esta soledad, hija de la incomunicación, genera a su vez enajenación y angustia.
Finalmente, los personajes de Cortázar se mueven en un mundo de caos, poblado de agudas obsesiones, de minuciosos temores, de repetidos desencuentros y de insólitos desenlaces. En medio del vasto territorio de la tristeza, las criaturas cortazarianas habitan la comarca agreste de la nostalgia, quienes están en constante búsqueda - por eso la nostalgia- de aquello que les hace falta para vivir auténticamente; por consiguiente, todos los personajes se muestran desprotegidos, vulnerables y a veces tiernos; de la misma manera, nuestra simpatía y afecto incondicionales inundan a estos seres de condición marginal y desempeño enajenado.
cuenta la historia de un adolescente que es hospitalizado y que se enamora de una de las enfermeras que lo atienden. Esta historia no presenta mayores enredos a causa de las acciones de los personajes. Nada ocurre en el relato que sea sorprendente, dentro de los posibles eventos de la vida cotidiana de cualquier persona. Pero a este tema tan simple Julio Cortázar le aplica una técnica narrativa extraordinaria. La manera más aproximada de describir esta técnica sería decir que se trata de una sucesión de soliloquios de los personajes, pero no son exactamente soliloquios, porque en ocasiones las series de oraciones que presentan los pensamientos de cada personaje desembocan en enunciados que dan cuenta de una interacción con otro personaje, aunque sin convertirse necesariamente en un diálogo.
Conocemos la historia de Pablo, el adolescente hospitalizado, a través de los pensamientos de los distintos personajes que se relacionan con él y de los suyos propios. Cada personaje se convierte en un narrador, que desde su perspectiva va dando a conocer lo que ocurre con el muchacho. Pero algunas veces los pensamientos, discretos y silenciosos, se entrecruzan con hechos que están sucediendo y que ameritan una respuesta en voz alta del personaje que narra hacia un interlocutor. Lo que resulta más interesante
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