Las ideas esenciales del liberalismo
Enviado por 31madrigal • 12 de Noviembre de 2014 • Tesis • 2.339 Palabras (10 Páginas) • 161 Visitas
CAPITULO I ANTECEDENTES
Historia
Las ideas esenciales del liberalismo fueron elaboradas por John Locke (1632-1704), Montesquieu (1689-1755), David Hume (1711-1776), Adam Smith (1723-1790) y John Stuart Mill (1806-1873), entre otros.
La palabra "liberal" se utilizó por primera vez en España, a principios del siglo XIX, para denotar simpatía por una monarquía constitucional, con una constitución parecida a la inglesa. El poder del gobierno era lo viejo. Lo radicalmente nuevo es el respeto a las libertades individuales (también llamado "derechos humanos"). Es por eso que el socialismo y el comunismo son profundamente reaccionarios.
No hay latinoamericano que no pueda señalar que, durante el siglo XIX, su país funcionó bajo el amparo de una constitución liberal.
A finales del siglo XIX, las ideas del liberalismo dominaban en todo el mundo occidental. El liberalismo, sin embargo, se vio prácticamente marginalizado durante la mayor parte del siglo XX. Eso se debió, en gran medida, a la desilusión con el capitalismo provocada por la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de los años 30.
El Neoliberalismo se origina en la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial, este, es heredero de las teorías neoclásicas de finales del siglo XIX; pero es en los años setenta cuando comienza su auge a nivel internacional.
Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1967 Europa presenta un crecimiento económico, entre 1969 y 1971 se presenta un fenómeno conocido como "estanflación", poco crecimiento económico y aumento de la inflación, generando una grave crisis penetrando especialmente en los países capitalistas dependientes (tercermundistas) y afectados gravemente a los socialistas.
Fueron los gobiernos de Margaret Thatcher, en Gran Bretaña, Ronald Reagan, en Estados Unidos que dieron un brusco viraje, recuperando las viejas ideas liberales y las aplicaron con un éxito espectacular.
Era 1979, el año que Margaret Thatcher llegó al poder y lanzo la revolución liberal en Gran Bretaña. Era muy conocida por justificar su programa con una sola palabra, TINA: There is no Alternative. El valor central de la doctrina de la Thatcher y el neoliberalismo en sí mismo, es la noción de competencia entre naciones, regiones, empresas y por supuesto, individuos.
Estados Unidos, Europa y Japón inician procesos de estabilización económica, disminuyendo cargas fiscales, recortando gastos sociales, facilitando el intercambio con el exterior y se profundiza la división internacional del trabajo, se creía que con estas medidas el mundo estaba listo para iniciar su fase de crecimiento.
Desde principio de los años 80, el liberalismo volvió a considerarse como la única forma adecuada de gobernar. Era el nuevo liberalismo, el neoliberalismo.
El principal teórico liberal del siglo XX ha sido F. A. Hayek. Entre algunos exponentes tenemos a:
En Europa occidental: Lugwin Von Mises, economista y a Karl Popper, filósofo.
En Estados Unidos: Milton Friedman, economista.
En América Latina: Carlos Rangel, periodista y Luis Pazos, economista.
CAPITULO II EL NEOLIBERALISMO
A. Definición
La palabra liberalismo es, sin duda, una de las más ambiguas, tanto en el vocabulario político como en el vocabulario económico; designa una filosofía política, fundada en el valor de la libertad individual, describe así mismo un conjunto de principios ideológicos de una serie de partidos políticos en el mundo occidental e identifica una perspectiva de análisis frente a los mecanismos rectores del funcionamiento de la economía. Todos estos significados, sin embargo, tienen su fundamento en el llamado "liberalismo clásico", característico de un modo de observar el mundo de la economía política que se remonta por lo menos hasta Adam Smith.
A riesgo de comprimir en exceso los rasgos distintivos del liberalismo clásico, pudiera señalarse, primero: un compromiso con la libertad personal, definida como la no interferencia en las creencias y en la búsqueda de objetivos privados; segundo: una política de estricta libertad económica y, tercero: una doctrina del gobierno limitado y restringido a asegurar las funciones básicas de la organización de la sociedad, particularmente, la libertad, la seguridad y la justicia.
El liberalismo clásico entró en decadencia hacia fines del siglo XIX, y el término liberal empezó a ser usado frecuentemente para describir un liberalismo intervencionista o social, particularmente en los Estados Unidos y en el Reino Unido. Así, liberal en el sentido político llegó a identificar a aquél que propendía por la intervención del Estado para corregir particularmente las injusticias sociales.
Paralelamente y en parte como una respuesta tardía, fue surgiendo una tendencia "neoliberal" en los Estados Unidos referida a un grupo de políticos e intelectuales asociados con el partido demócrata, quienes aceptan que la intervención gubernamental fue en el pasado demasiado extensa y que debería hacerse un uso mayor del mercado.
Desde entonces el término Neoliberalismo cobijó una tendencia de renacimiento y desarrollo de las ideas liberales clásicas, tales como la importancia del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mercado libre.
En síntesis y desde una perspectiva moderna, el neoliberalismo puede ser definido como la creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado usualmente sí lo hace. El fracaso del gobierno en la consecución de sus metas (fallo del gobierno) es predecible y según los neoliberales ha sido confirmado por la experiencia.
El mercado, el intercambio voluntario de bienes y servicios satisfará habitualmente los requerimientos de los individuos con mucha mayor eficacia que el gobierno dentro de las restricciones de recursos limitados.
En realidad, el neoliberalismo y más precisamente el resurgimiento de las ideas liberales que impulsara Friedrich Hayek desde los años cuarenta, ha tenido un contexto favorable para su desenvolvimiento en los acontecimientos recientes de la historia mundial. La tesis del llamado "fin de la historia", expresión según la cual asistimos al triunfo de la democracia liberal capitalista y a la derrota definitiva del marxismo, nos deparará según sus defensores una expansión del liberalismo económico y político al que sólo se opondrán determinadas formas de nacionalismo y religión, significando un cambio radical en la consideración del papel del Estado como agente económico, cuyas funciones básicas se asociaron desde los años treinta a la responsabilidad de la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para asegurar objetivos como el pleno empleo de los recursos, y que tuvo
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